Han salido a la luz nuevos detalles del crimen que ha conmocionado a Estados Unidos, tras el hallazgo del cuerpo de Sam Nordquist, un hombre transgénero de 24 años originario de Minnesota, quien durante un mes estuvo secuestrado en un motel, donde fue torturado, agredido sexualmente y, finalmente, asesinado. Los hechos ocurrieron en Ontario, Nueva York.
Según informó NBC News, siete personas han sido acusadas de participar en este brutal asesinato, que ha generado indignación nacional y cuestionamientos sobre cómo pudo ocurrir sin que las autoridades intervinieran a tiempo.
De acuerdo con la acusación formal presentada en el tribunal del condado de Ontario, Nordquist fue sometido a una serie de abusos inimaginables entre el 1 de enero y el 2 de febrero. Los cargos detallan que fue golpeado, pateado, atado con cinta adhesiva y obligado a consumir heces, orina y tabaco.
Además, se le vertió lejía sobre el cuerpo y se le insertó un objeto en el ano. La fiscalía también señaló que dos niños, de 7 y 12 años, fueron forzados a participar en los ataques, lo que añade un nivel aún más perturbador al caso.
Siete acusados enfrentan cargos por asesinato y tortura
Entre los acusados se encuentra Precious Arzuaga, de 38 años, quien habría atraído a Nordquist desde su hogar en Oakdale, Minnesota, hasta Nueva York tras conocerse en línea. Junto a ella, otras seis personas han sido imputadas: Thomas Eaves (21 años), hijo de Arzuaga; Jennifer Quijano (30 años); Kyle Sage (33 años); Patrick Goodwin (30 años); Emily Motyka (19 años); y Kimberly Sochia (29 años), según informó NBC News.
Todos enfrentan cargos de asesinato en primer y segundo grado, secuestro, conspiración y poner en peligro el bienestar de un menor.
Arzuaga, Sage, Goodwin y Quijano también han sido acusados de abuso sexual agravado. Según la fiscalía, los acusados ocultaron el cadáver de Nordquist envolviéndolo en bolsas de plástico y abandonándolo en un campo cercano. Los restos fueron encontrados el 13 de febrero, días después de que la madre de Nordquist denunciara su desaparición.
Detalles escalofriantes en la investigación
En una conferencia de prensa, Kelly Wolford la fiscal adjunta del condado de Ontario, expresó su consternación al afirmar que los crímenes son “casi imposibles de comprender”. Según las autoridades, los acusados trataron a Nordquist “como a un perro”, obligándolo a obedecer órdenes bajo condiciones inhumanas.
Wolford también destacó que los siete acusados se conocían entre sí, algunos de ellos mantenían relaciones románticas. Entre los implicados, Goodwin y Sage ya tenían antecedentes por delitos sexuales y estaban en libertad condicional al momento de los hechos. Goodwin, además, residía en una habitación cercana en el motel Patty’s Lodge, donde Nordquist fue retenido y torturado.
El papel de los niños en el crimen
Uno de los aspectos más impactantes del caso es la presunta coerción de los dos menores para participar en los abusos. Según la acusación, Arzuaga habría obligado a los niños a intervenir en los ataques contra Nordquist.
Wolford calificó este hecho como “uno de los aspectos más preocupantes” de la investigación, señalando que las vidas de los menores quedaron marcadas para siempre por lo que presenciaron y vivieron.
Hasta el momento, no se ha confirmado si los niños son hijos de Arzuaga, tampoco si están bajo custodia estatal. Wolford evitó comentar sobre este tema, pero subrayó que los menores también son considerados víctimas en este caso.
Críticas a las autoridades por parte de la familia
La familia de Nordquist ha cuestionado duramente la actuación de las autoridades locales, sugiriendo que su muerte pudo haberse evitado. Según declaraciones de su madre, Linda Nordquist, y su hermana, se solicitaron dos controles de bienestar para Sam antes de su desaparición. Además, afirmaron que Nordquist había expresado sentirse en peligro ante una agencia local de servicios sociales.
“Sam podría estar vivo hoy si hubieran hecho su trabajo”, declaró Linda Nordquist entre lágrimas. La policía estatal de Nueva York respondió a estas críticas asegurando que tomaron “las medidas de investigación adecuadas”. Sin embargo, el Departamento de Servicios Sociales del condado de Ontario no ha emitido comentarios al respecto.