En el Sudeste Asiático, más precisamente en Tailandia, una conmovedora historia de amor y lealtad capturó la atención de miles de personas. Se trata de Moo Daeng, un tierno perrito sin hogar de aproximadamente 10 años, que se convirtió en una figura icónica por vivir en las afueras de un supermercado tras perder a su dueña allí en noviembre de 2024.
Desde entonces, Moo Daeng permaneció diariamente en la entrada del local, con la esperanza intacta de reencontrarse con quien había sido su compañera inseparable. A pesar de los esfuerzos de empleados y clientes por reconfortarlo con caricias y muestras de afecto, el perrito, vestido siempre con su característica remera roja, no abandonaba su puesto habitual, lo que evidenciaba su profunda tristeza y fidelidad.
Fue justamente esta imagen de nobleza y devoción lo que llevó a vecinos y visitantes del lugar a unir esfuerzos para brindarle alimento y atención veterinaria, y garantizar así su bienestar físico. Paralelamente, un fotógrafo local compartía la emotiva historia de Moo Daeng en redes sociales, acción que permitió capturar la atención de miles de usuarios conmovidos por su situación.
Gracias a la difusión masiva en internet, el relato llegó hasta la princesa Siribha Chudabhorn, sobrina del rey de Tailandia y una reconocida activista por los derechos de los animales. Profundamente conmovida por la lealtad del perrito y consciente de su dolor emocional, la princesa decidió adoptarlo oficialmente, y le brindó, de esta manera, un hogar lleno de cariño con la atención especial que necesitaba.
En una emotiva publicación en Facebook, la princesa compartió detalles sobre la adopción, con su compromiso de ayudar a Moo Daeng a superar esta difícil etapa de pérdida. “Todos mis perros han sufrido traumas, ya sea por abuso, abandono o lesiones. Pero en el caso de Moo Daeng, se trata de una depresión severa“, explicó con sensibilidad. Además, afirmó que compartirá el progreso del perrito e incluso prometió llevarlo a visitar personalmente los lugares que él recuerde con cariño cuando sea posible.
La depresión en perros: un problema real que merece atención
La historia de este perrito tailandés permite hablar sobre un tema poco tratado: la salud mental de los amigos peludos de cuatro patas. Aunque comúnmente se asocia la depresión únicamente con los seres humanos, los perros también pueden padecer esta condición emocional.
Diversos estudios veterinarios demuestran que los perros experimentan sentimientos profundos, tales como tristeza, ansiedad y estrés, los cuales pueden derivar en cuadros depresivos. En este caso, la depresión canina, explica el sitio Total Vet, se caracteriza por cambios en el comportamiento habitual del animal, que incluyen apatía, aislamiento, pérdida de apetito, sueño excesivo o alteraciones en el sueño, y una reducción considerable en la actividad física y social.
Uno de los factores más frecuentes que desencadenan una depresión severa en los perros es la pérdida de su dueño. Es que los perros, al ser animales sociales, crean vínculos emocionales muy fuertes con sus cuidadores humanos, quienes representan su principal fuente de afecto, seguridad y bienestar. Por eso, cuando ocurre la muerte del dueño, muchos perros experimentan un proceso de duelo muy similar al humano, y manifiestan síntomas claros de tristeza profunda y desorientación, acompañados por una evidente pérdida de interés por las actividades que antes disfrutaban.
Consejos para ayudar a un perro con depresión por la pérdida de su dueño
Este tipo de depresión puede prolongarse por semanas o incluso meses si no se brindan los cuidados emocionales adecuados al animal.
- Adaptación al nuevo hogar: Si la muerte del dueño implica que el perro deba mudarse, es fundamental facilitar una transición suave. Lo ideal es que el perro sea adoptado por un familiar o persona conocida que pueda mantener algunas rutinas anteriores. Si esto no es posible, es importante presentarle su nuevo entorno gradualmente, proporcionarle objetos familiares como juguetes o mantas, y brindarle tiempo suficiente para adaptarse.
- Mantener rutinas estables: Los perros encuentran seguridad en la rutina. Alimentarlo, pasearlo y jugar con él en horarios establecidos ayuda a reducir su ansiedad y a recuperar su sensación de normalidad.
- Brindarle atención extra: Incrementar las muestras de afecto, acariciarlo, hablarle con suavidad y compartir tiempo de calidad pueden mejorar significativamente su estado emocional.
- Estimulación física y mental: Incorporar nuevas actividades o juguetes puede ayudar a distraer al perro y reducir su tristeza. Los paseos al aire libre, ejercicios moderados y juegos interactivos son muy beneficiosos.
- Socialización gradual: Fomentar encuentros controlados con otros perros o personas conocidas puede ayudarlo a recuperar su sociabilidad y confianza.
- Considerar la ayuda profesional: En casos severos o situaciones complicadas, es importante acudir a un veterinario o especialista en comportamiento canino, quien podrá recomendar terapias específicas o incluso tratamiento farmacológico si es necesario.