El pasado 5 de noviembre, además votar entre Donald Trump o Kamala Harris en las elecciones presidenciales 2024, los ciudadanos de Carolina del Norte aprobaron la Enmienda 1. Conocida también como la enmienda “solo para ciudadanos”, restringe para únicamente los ciudadanos estadounidenses el derecho a votar en los comicios estatales.
Según cifras preliminares de la Junta Electoral Estatal, consignadas por Associated Press, la medida obtuvo un apoyo del 77,6%. Todos los condados votaron a favor, a excepción de Orange y Durham. El estado vecino de Carolina del Sur también avanzó en ese mismo sentido y aprobó una medida similar con el 86% de los votos, según ABC News 4.
Este cambio constitucional introduce una modificación en el Artículo 6 de la constitución estatal de Carolina del Norte. La modificación impulsada por líderes republicanos, como el presidente de la Cámara de Representantes, Tim Moore, establece la prohibición del voto para quienes no son ciudadanos.
Aunque Carolina del Norte ya limita el derecho al sufragio a los ciudadanos nacidos o naturalizados en Estados Unidos, los impulsores de la medida afirman que la modificación previene interpretaciones futuras de la ley que pudieran abrir el voto a no ciudadanos. Los detractores, sin embargo, argumentan que la enmienda podría generar confusión entre los ciudadanos naturalizados. Además, consideraron innecesario el cambio, ya que la constitución estatal ya excluye a los no ciudadanos del proceso electoral.
Qué es lo que establece a Enmienda 1 de Carolina del Norte
La enmienda “solo para ciudadanos” modifica la constitución de Carolina del Norte al reemplazar la redacción actual, que establece el derecho al voto para “toda persona nacida en Estados Unidos y toda persona naturalizada, de 18 años de edad”, con el enunciado: “Solo un ciudadano de Estados Unidos que tenga 18 años de edad” puede votar.
Este cambio elimina la palabra “naturalizada” del texto constitucional, aunque los promotores aseguran que los ciudadanos naturalizados están implícitamente incluidos en el derecho al voto, ya que forman parte de la ciudadanía estadounidense.
Los defensores del cambio consideran la enmienda como una medida de protección a la integridad electoral del estado. Según Destin Hall, presidente del Comité de Reglas de la Cámara de Representantes y uno de los principales impulsores de la enmienda, el cambio elimina “toda duda razonable de que solo los ciudadanos pueden votar en las elecciones de nuestro estado”.
El republicano también advirtió sobre la posible interpretación expansiva de la constitución actual, que algunos podrían considerar como una “base mínima” en lugar de una restricción para limitar quiénes pueden votar.
Las recientes medidas en ciudades como San Francisco y el Distrito de Columbia, que permitieron el voto en elecciones locales a algunos inmigrantes no ciudadanos, precipitaron la elaboración de esta enmienda en Carolina del Norte, según Hall.
En el Viejo Estado del Norte, una auditoría electoral de 2016 arrojó que de los 4,8 millones de votos registrados en esas elecciones, 41 fueron emitidos por inmigrantes legales aún no naturalizados, según AP. Con una población de votantes registrada que supera los siete millones, la nueva enmienda pretende cerrar cualquier espacio para el voto de no ciudadanos y prevenir que ocurran casos similares en el futuro.