El verano es el momento del año para usar sandalias o andar descalzo en la playa, por lo cual todos queremos mostrar unos pies bien cuidados. Sin embargo, el calor, la exposición al sol, la arena y el uso constante de calzado abierto pueden resecar la piel de los talones, lo que provoca aspereza y hasta dolorosas grietas.

La buena noticia es que lucir talones suaves y sin resequedad es posible sin tener que ir a la pedicura. Para ello, solo hace falta una rutina de cuidados simples como exfoliación, hidratación, baños de agua tibia y protección solar.

La exposición que tienen los pies durante el verano puede provocar que los talones se resequen

A continuación, algunos consejos para mantener los talones suaves en el verano sin recurrir a la pedicuría.

Exfoliación

La acumulación de células muertas es una de las principales razones por las que los talones suelen volverse ásperos y resecos. La exfoliación diaria ayuda a eliminarlas y promueve la regeneración celular, lo cual deja la piel más suave y uniforme. Es aconsejable optar por exfoliantes comerciales o caseros, como una mezcla de azúcar y aceite de coco o de oliva, que además hidrata la piel.

Para exfoliar los talones, es conveniente los siguientes pasos:

  • Humedecer los pies en agua tibia durante unos minutos para ablandar la piel.
  • Aplicar el exfoliante en movimientos circulares y enfocarse en las zonas más ásperas.
  • Enjuagar con agua tibia y secar los pies.
  • Repetir este proceso una o dos veces a la semana para notar cómo la piel de los talones se suaviza progresivamente.

Hidratación

Para lograr un efecto rápido, es apropiado humectar los pies después de exfoliar

Después de la exfoliación, la hidratación es clave para mantener la suavidad. Los talones necesitan humectación diaria, especialmente en verano.

Se puede aplicar una crema hidratante para pies o usar aceites naturales como el de almendras, que es altamente nutritivo. Es recomendable aplicar una capa generosa de crema o aceite por las noches y usar medias de algodón para que el producto se absorba bien y no se pierda con el contacto con las sábanas.

También existen productos con ingredientes como la urea y el ácido láctico, que penetran profundamente en la piel y son ideales para tratar la resequedad severa.

Baños de agua tibia con sal

Un baño de agua tibia con sal es una forma relajante y eficaz de reducir la aspereza de los talones. La sal de Epsom contiene minerales que ayudan a ablandar la piel y mejorar la circulación.

Para hacer este baño, se deben hacer el siguiente procedimiento:

  • Llenar un recipiente con agua tibia y añadir media taza de sal de Epsom.
  • Sumergir los pies entre 15 y 20 minutos.
  • Al finalizar, secarlos bien y aplicar una crema hidratante.

Se puede hacer este baño una o dos veces por semana para mantener la piel de los talones suave y relajada.

Utilizar piedra pómez

La piedra pómez puede ayudar a suavizar las partes del talón más duras

Además de la exfoliación semanal, se puede optar por una piedra pómez para pies en las zonas donde haya durezas.

Es apropiado utilizarla en la ducha o después de remojar los pies en agua tibia. Se debe frotar suavemente sobre las áreas más ásperas. Es crucial evitar ejercer demasiada presión, dado que se podría lastimar la piel. Esto se puede hacer una o dos veces por semana, según sea necesario.

Evitar andar descalzo

Si bien en verano es común andar descalzo en casa o en la playa, esta práctica puede resecar los talones y contribuir a la formación de grietas.

Si uno se encuentra en interiores, es mejor usar medias suaves o pantuflas que protejan los pies del contacto directo con superficies duras y secas. En exteriores, se sugiere optar por sandalias cómodas que tengan un poco de amortiguación para evitar el impacto directo en los talones.

Al caminar afuera, es mejor optar por sandalias

Proteger los pies del sol

La exposición prolongada al sol puede deshidratar la piel de los pies y volverla más áspera y sensible.

Al igual que otras partes del cuerpo, los talones también necesitan protección solar. Siempre hay que aplicar protector solar en los pies y talones antes de exponerse al sol, especialmente si se planea estar al aire libre por períodos prolongados. Esto ayuda prevenir la sequedad y las manchas, y así mantener la piel saludable y joven.