Un comprador anónimo adquirió por €18 millones el llamado palacio “maldito” de Venecia, Ca’ Dario, conocido no solo por su imponente arquitectura gótica renacentista, sino también por las supersticiones que rodean las muertes y tragedias ocurridas entre sus paredes.
Ca’ Dario llevaba a la venta desde la pasada primavera en una agencia inmobiliaria, hasta que hace una semana un misterioso comprador, cuya identidad se mantiene en estricto anonimato, retiró la propiedad de la venta, informó el diario “Il Corriere” en su versión regional del Veneto.
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El palacio, que sigue siendo una de las estructuras más emblemáticas de la ciudad y un símbolo de fatalidad en Venecia, tiene una superficie aproximada de 1000 metros cuadrados, ocho dormitorios, ocho baños, una terraza con vistas al Gran Canal y un jardín privado.
Estas características, junto a su ubicación privilegiada cerca de la Basílica de Santa María de la Salud, lo convierten en una propiedad de lujo muy codiciada, aunque su historia, marcada por una serie de infortunios, hacen que muchos prefieran observarlo desde fuera al considerarlo un lugar maldito.
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Ca’ Dario fue construido entre 1479 y 1490 por Giovanni Dario, secretario del Senado veneciano, como residencia para su hija. Desde entonces, la familia Dario se vio envuelta en una serie de trágicas circunstancias que sembraron las bases de la superstición.
El primer golpe fue el asesinato de su yerno, Vincenzo Barbaro, tras un infortunio financiero, seguido del suicidio de la hija de Giovanni, Marietta, devastada por la muerte de su esposo, y culminando con la muerte de su nieto, Vincenzo, quien fue asesinado en un atentado en Grecia.
Estas primeras tragedias fueron solo el comienzo de una larga lista de infortunios que marcaron la historia del palacio: comerciantes que se arruinaron, poetas que murieron tras enfermar y otros propietarios que sufrieron destinos fatales.
En la década de 1960, el mánager del grupo de rock The Who, Christopher “Kit” Lambert, adquirió el palacio y se trasladó a Venecia, dónde se volvió dependiente de las drogas, y terminó con su fortuna y su carrera.
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Años después, el bajista del mismo grupo, John Entwistle, pasó una semana de vacaciones en Ca’ Dario, donde murió repentinamente de un infarto, sumando una tragedia más a la larga lista de sucesos fatales. Uno de los últimos y más conocidos propietarios de Ca’ Dario fue el magnate italiano Raul Gardini, involucrado en el escándalo de corrupción masiva que sacudió Italia en la década de 1990 y que terminó con su suicidio en 1993.