El escritor Santiago Posteguillo en la conferencia “Hispania, corazón de Roma

El escritor Santiago Posteguillo, reconocido por sus novelas históricas como Maldita Roma o Roma soy yo y ganador del Premio Planeta 2018 por su novela por Yo, Julia, narró el viernes 15 de noviembre en el Senado su testimonio sobre su experiencia durante la DANA que arrasó parte de la Comunidad Valenciana el pasado 29 de octubre y que dejó más de 220 fallecidos solo en esta comunidad autónoma. Posteguillo aprovechó su estancia en el Senado, en el marco de una conferencia sobre la importancia de Hispania en la historia romana, para narrar su experiencia en Paiporta, donde vive con su pareja. El escritor aprovechó para denunciar la falta de respuesta institucional tras el desastre.

“En este momento me van a permitir un exordio”, comenzó Posteguillo, quien relató cómo, a las 18:40 del 29 de octubre, su pareja le alertó sobre el desbordamiento del barranco del Poyo, situado a apenas 50 metros de su edificio. “No ha llovido en Paiporta y nadie ha avisado”, explicó, mientras describía cómo la situación empeoró en cuestión de minutos.

“Pensamos que al amanecer estarían la Guardia Civil, los bomberos, el ejército. Pero no había nadie”

El escritor y su pareja decidieron bajar para mover su coche, aparcado cerca de la estación de metro. Sin embargo, al llegar a la plaza, encontraron un palmo de agua cubriendo la calle. “Eso no era normal en tan poco tiempo”, recordó. Vecinos les advirtieron que no era seguro salir, y entre su “propia intuición” y los consejos, optaron por regresar a casa. Fue una decisión crucial: “En 13 minutos había un torrente brutal de dos metros de agua, arrastrando ramas, árboles, coches, todo. Se llevó una nave industrial enfrente de nuestro edificio, el muro de la fachada, y el local de al lado, que era una librería”.

Además, Posteguillo relató las angustiosas horas que siguieron. “Nos acostamos sin luz ni agua, pensando que al amanecer estarían la Guardia Civil, los bomberos, el ejército. Pero no había nadie. Solo el cadáver de una joven china que conocía, en mitad de la plaza, velado por su madre”.

El segundo día tampoco trajo auxilio. “Silencio, miedo… hay saqueos. ¿Han visto La Purga? Pues igual”, describió refiriéndose a la conocida película de terror, señalando cómo los propios vecinos se organizaron para trasladar el cadáver a un lugar más resguardado. La desesperación llevó a Posteguillo a usar sus contactos en el ejército, pero, sin embargo, eso tampoco sirvió para nada. “Hice una llamada al ejército. No puedo decir lo que me dijeron. Solo que cuando colgué, le dije a mi pareja: ‘Hemos de salir de aquí por nuestros medios’”, relató en el Senado.

El escritor explicó que a tercer amanecer, en el que no había nadie institucional, tanto él como su pareja decidieron marcharse. “Caminamos kilómetros por un paisaje de devastación como yo no he visto en mi vida: colas de gente para llenar cubos de agua de una manguera, cadáveres aun sin retirar, coches volcados, edificios destrozados,”, detalló. Tras muchos kilómetros andados, finalmente llegaron a Valencia, donde tienen otro piso.

En su intervención, Posteguillo lanzó duras críticas contra la gestión del desastre: “¿Cómo puede ser que en 48 horas no venga nadie?”, dijo. “Es cruel no avisar, pero más cruel no ayudar. Yo soy un privilegiado, pero ¿qué pasa con los mayores, con los que vivían en plantas bajas, con quienes no saben ni rellenar la documentación para pedir ayuda?”, añadió.

El escritor cerró su discurso con una reflexión: “En el siglo primero a.C., los políticos se mataban entre ellos. En el siglo XXI, la sensación en Paiporta es que los políticos apuñalan al pueblo”.