“Va a ser muy importante que el Malba se convierta cada vez más en un destino internacional. Que la gente salga de donde esté para visitar Buenos Aires”, dijo a LA NACION desde Nueva York Rodrigo Moura, curador brasileño que ocupará desde marzo el cargo de director artístico del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires. Una noticia esperada desde 2021, cuando Gabriela Rangel renunció a este cargo, y doblemente necesaria tras la partida de Guadalupe Requena, su directora institucional, en mayo último.

Durante la Noche de los Museos, el público suele formar filas de varias cuadras para entrar al Malba

Nacido en Belo Horizonte en 1975, durante los últimos seis años Moura fue curador en jefe de El Museo del Barrio de Nueva York, una institución central del arte latinoamericano en el hemisferio norte. Antes se desempeñó como curador adjunto en el Museo de Arte de San Pablo (MASP) y llegó a ser director artístico del Instituto Inhotim, museo al aire libre que cuenta con una de las mayores colecciones de arte contemporáneo de Brasil, donde comenzó a trabajar hace dos décadas.

Ahora será el responsable de ampliar la comprensión y el alcance de la Colección Malba; de desarrollar el programa de exposiciones temporarias en Malba y Malba Puertos; de impulsar colaboraciones con otras instituciones y de implementar las estrategias para “fortalecer el perfil del museo como referente del arte latinoamericano a nivel global”. También tendrá a su cargo la supervisión de las áreas de Publicaciones, Educación y Programas Públicos, y la articulación con los departamentos de Cine y Literatura. Claro que no lo hará solo: trabajará en colaboración con el Comité de Programación, el Board de Dirección, el Círculo Internacional y el Comité Artístico del museo.

La programación de la flamante sede de Malba Puertos también estará a su cargo

“Es una alegría darle la bienvenida al primer director artístico brasileño en la historia del museo”, dijo Eduardo Costantini, presidente honorario y fundador de una institución cuya dirección artística estuvo desde 2001 a cargo del mexicano Agustín Arteaga; el argentino Marcelo Pacheco; el español Agustín Pérez Rubio y la venezolana Rangel. La elección de Moura se suma a la gran cantidad de público que llega atraído desde el país vecino –más de la mitad de los visitantes extranjeros- por Abaporú (1928), pintura de Tarsila do Amaral considerada una de las obras maestras del arte latinoamericano del siglo XX y símbolo de la modernidad en Brasil.

-¿Cuáles van a ser tus principales objetivos como director de Malba?

-Todavía no sé, hay mucho que aprender. Creo que cuando uno llega a una institución nueva, tiene que aprender primero antes que decir lo que hay que hacer. Pero al mismo tiempo tengo en general una visión que sería como, en términos como muy amplios, consolidar la presencia global del museo. O sea, tenerlo más presente en la escena internacional.

-¿Cómo ves a Malba actualmente hoy a nivel global?

-Yo sigo el museo desde su principio, desde su creación. Y tengo mucha admiración, porque tiene una visión muy fuerte también, y una colección que es como una áncora muy importante. Creo que los elementos para hacerlo cada vez más internacional ya están, se trata de crear una estrategia. No creo que había antes una perspectiva del arte latinoamericano de una manera tan evidente, tan clara como empezó a hacer Malba hace casi 25 años. No creo que exista, sobre todo en América del Sur, otro museo donde se pueda ver arte moderno, arte contemporáneo latinoamericano de manera tan completa y tan comprensiva. Cuando uno va a museos internacionales que tienen colección latinoamericana, es parte de una narrativa mucho más amplia. Siempre el arte latinoamericano sigue así, con una participación más pequeña.

Abaporú (1928), óleo sobre tela de la artista brasileña Tarsila do Amaral, atrae mucho público brasileño al Malba

-Hablando de esa colección, Malba atrae mucho público brasileño gracias a Abaporú. ¿Qué significa esta obra para Brasil?

Wow, es una obra que es no solo muy importante como obra de arte, sino también como una imagen de la cultura visual brasileña, de la Antropofagia. Es una obra clave del siglo XX, desde cualquier perspectiva. Y es muy popular, está muy diseminada en Brasil. La gente la conoce, está en todas partes.

-¿Cuál es la primera muestra que se va a inaugurar bajo tu dirección?

-No sé todavía.

Muestra actual de Tunga en el Malba

-¿Planeás traer muestras desde instituciones extranjeras? ¿Te vas a enfocar más en el arte local o habrá un equilibrio entre ambas cosas?

-Creo que un equilibrio, creo que es muy importante estar en diálogo con players internacionales, con museos, instituciones con colecciones tan importantes como la de Malba. Pero creo que es tan importante como tener la escena local muy bien representada en el museo.

-Tras haber sido curador en jefe del Museo del Barrio durante seis años, ¿qué opinas sobre el lugar que ocupa el arte latinoamericano a nivel global?

-Creo que no hay arte del siglo XX y del siglo XXI sin arte latinoamericano. Es un rol central, que es justamente pensar las relaciones entre centro y periferia de una manera radical, de una manera irreverente. Y repensar las relaciones de poder. Yo creo que eso es lo que hace el arte latinoamericano. Pensar las vanguardias, las ideas del siglo XX desde una perspectiva que se parece más al futuro que al pasado. Creo que la gente ahora se pone al día ahora con muchas de las semillas teóricas del arte latinoamericano del siglo XX. Se llega al punto de entender lo que sea la antropofagia, lo que son las relaciones entre centro y periferia.

Esculturas de Gabriel Chaile en Malba Puertos

-¿Conocés Malba Puertos?

-Estuve en la inauguración. Me pareció una estupenda oportunidad de hacer formación de público, de hacer exposiciones que no se pueden hacer en el edificio de la ciudad. Creo que es un proyecto súper interesante. Creo que es muy joven, pero tiene un potencial increíble.

-¿Cómo se van a diferenciar las programaciones de ambas sedes?

-Yo creo que ya son diferentes porque la arquitectura, los espacios son muy distintos. Yo creo que Malba Puertos tiene la posibilidad de hacer exposiciones más expansivas, más experimentales, quizás. Me encantaron las muestras de la inauguración. Estoy muy ilusionado de poder colaborar con el equipo del museo para pensar otras exposiciones.

-¿Qué tipo de audiencia te interesa más y cómo planeas atraerla?

-Yo creo que una cosa muy interesante del Malba es que ya tiene una participación del público muy importante. Es un museo muy popular, muy querido, muy visitable. Va a ser muy importante que se convierta cada vez más en un destino internacional. Que la gente salga de donde esté para visitar Buenos Aires, para ver Malba y una colección de arte moderno y contemporáneo que no se puede ver en otra parte.

-¿Cuáles pensás que son los desafíos del museo para seguir creciendo?

-Creo que hay mucho a desarrollar en términos de coleccionismo todavía. Hay mucho espacio para la colección contemporánea, para hacer exposiciones internacionales, diálogos internacionales que sean relevantes y que también sirvan para llevar el arte latinoamericano a nivel internacional, en exposiciones fuera del país. Es muy importante tener más circulación, más conocimiento y también desarrollar el coleccionismo contemporáneo.

-¿Con las dificultades económicas actuales, cómo se puede crear una muestra blockbuster?

-Creo que el público va a estar si uno trae exposiciones de calidad que sean accesibles. La accesibilidad es un punto clave. Se pueden hacer cosas de muy alto nivel, que tengan muchos puntos de entrada para muchos públicos distintos. Porque el arte es un lenguaje. No queremos hacerlo solo para un público especializado, sino para todo público. Eso es muy importante.

La Piscina del argentino Jorge Macchi en Inhotim, inspirada en una de sus acuarelas

-¿Qué opinas sobre el arte argentino?

-Me encanta. Tuve la oportunidad de trabajar en un museo brasileño que se llama Inhotim. Es un parque de esculturas al aire libre, muy lindo. Trabajé muy cerca de Jorge Macchi, desarrollando una pieza site specific. Y también para la misma colección, trabajé con la viuda de Víctor Grippo. Esas han sido mis dos experiencias más directas. Yo sigo, siempre que puedo, todos los países de América Latina, pero sobre todo Argentina, que tiene mucha proximidad con Brasil. Como Fernanda Laguna, Marta Minujín, y otros. Literatura, música, el cine, las artes visuales… Yo crecí con Piazzolla, con Borges, con Cortázar. Me siento muy próximo.

-O sea que seguramente habrá varias muestras de arte argentino.

-Sin duda, yo creo que sí. Es uno de los roles principales de Malba. Y ojalá tengamos la posibilidad también de hacer estas muestras en colaboración con museos extranjeros y que se ponga el arte argentino en circulación. Que el museo también como un espacio para la ampliación del alcance del arte argentino.