Este viernes, Roberto Giordano falleció a los 75 años de edad mientras era atendido en el Sanatorio Mater Dei de Palermo en el marco de una cirugía por el cambio de una operación de marcapasos. Famoso por convertirse en el peluquero de destacadas celebridades del espectáculo y recordado por sus frases, fue una de las grandes figuras de la moda en la década de los ‘90.
Criado en las calles de la localidad bonaerense de Quilmes, el peluquero siempre soñó con destacarse a nivel internacional y llevar su estilo a las pasarelas de todo el mundo. Su madre, Isabel Pepe Rodriguez, era ama de casa. Su padre, Ludovico Giordano, un inmigrante italiano que trabajaba como electricista. Además, su familia estaba integrada por dos hijos más. Juntos vivían en una humilde casa de chapas. En ese contexto heredó la pasión por la utilización de las tijeras gracias a su abuelo sastre. De él aprendió los valores que implementaría en su carrera: “Hay que trabajar de sol a sol”. A los 16 años consiguió su primer trabajo: barrer una peluquería del barrio. En ese lugar forjó una ilusión: conocer la capital de Francia para conocer de cerca el mundo de la alta costura.
Con esas ideas, años después logró trabajar con numerosas figuras como Valeria Mazza, Andrea Frigerio, Pampita, Nicole Neumann, Dolores Barreiro. En los ‘90 Giordano fue un referente del mundo de la moda. Durante años, sus desfiles se destacaron como un clásico de la temporada de verano en Punta del Este, con presentaciones en otras ciudades costeras como Mar del Plata y Pinamar.
Una de sus más célebres frases nació durante un Superclásico. Fanático de Boca, el peluquero estaba llegando al estadio Monumental cuando fue confrontado por hinchas de River Plate. “No me peguen, soy Giordano”, lanzó y quedó para la historia.
“¡Qué noche, Teté!”, fue otro de sus sellos. El latiguillo del fallecido formaba parte de cada desfile que le tocaba conducir con Teté Coustarot. La exmodelo recordó el inicio de esta expresión al ser invitada en La Noche de Mirtha (El Trece), en diciembre del año pasado. Según relató en su anécdota, en la segunda noche del desfile, los novios de las modelos estaban sentados en la primera fila y se los notaba cansados. Teté tuvo una idea para levantarles el ánimo y acordó que, cuando ella dijera “¡Qué noche, Roberto!”, todos se levantaban a aplaudirla “como si hubera pasado algo extraordinario”.
“No le dije nada a Roberto y nunca pensé que me iba a contestar. Cuando le digo: ‘¡Qué noche, Roberto!’, se paró la primera fila, empezaron a festejar. Él vio eso y me dijo: ‘¡Qué noche Teté!’. Ahí quedó, pero fue como una especie de chiste”, contó entre risas.
En 2005, el peluquero volvió a hacer de las suyas en Viña del Mar. Con el objetivo de renovarse, y marcar tendencia nuevamente, el peluquero habló sobre el look de Luciana Salazar. Con la idea de justificar la impactante imagen de la modelo, Giordano expresó que no se trataba de una decisión estética, sino apenas un incidente meteorológico. “El viento le levantó la remera, que era de una tela muy delgada. Lo que pasa es que tiene mucho volumen”, le dijo Giordano a la prensa chilena, según informó el diario Las Ultimas Noticias.
Noticia en desarrollo…