River necesitaba un lavado de cara. La última imagen dejada en Mendoza, por la derrota ante Independiente Rivadavia y el escandaloso final, en una pelea todos contra todos activada por un gesto en el festejo de Sebastián Villa, había sido deslucida, opaca y sorpresiva, en función de lo que se esperaba del equipo de Marcelo Gallardo. En La Plata ganó 2-1, se acercó a la Copa Libertadores 2025 y tu ráfagas de buen juego, con velocidad y precisión, pero celebró porque Franco Armani tuvo siete atajadas impresionantes, una de ellas el penal a Carrillo que pudo ser el empate.

Estudiantes supo ser campeón de la mano de Eduardo Domínguez y siempre da pelea, aunque por estas horas se debate entre finalizar el año de la mejor manera posible y proyectar un 2025 con salidas y llegadas para relanzarse como protagonista en el ámbito local e internacional.

El entrenador Millonario sorprendió con la titularidad de Manuel Lanzini en lugar del lesionado Echeverri. Justo cuando se duda sobre la continuidad del exvolante ofensivo de West Ham, la noche platense era una buena chance para mostrarse decisivo. Pero salvo algún que otro chispazo, no aprovechó la oportunidad y fue reemplazado rápido.

Franco Armani, la gran figura de River en La Plata

El partido arrancó frenético. Estudiantes tuvo tres chances de gol antes del minuto de juego (sí, increíble): en dos de ellas, respondió de manera descomunal Franco Armani, ante Tiago Palacios y Manyoma. Pero River respondió con dos golpes de knock out en cinco minutos: a los 3, convirtió con un zurdazo de Colidio entrando como N° 9 y a los ocho se anotó en la red Maxi Meza con un golazo. Ese segundo tanto fue, desde la sumatoria de pases y la precisión en velocidad, un estado ideal de lo que pretende Gallardo para su equipo.

Todo nació de un saque largo de Armani para Bustos; el lateral derecho filtró para Lanzini, que hizo la diagonal de 10 a 7 con la posesión del balón; metió un gran taco para Solari y allí comenzó un ataque de handball lateralizando de afuera hacia adentro con velocidad y precisión: Solari jugó para Colidio, pivoteo sutil en forma de asistencia y definición perfecta de Meza junto al palo derecho del arquero Mansilla. Golazo.

Maxi Meza, autor del golazo para el 2-0 de River ante Estudiantes

Estudiantes acusó el golpe y River tuvo el tercero, con un derechazo de Meza que Mansilla mandó al córner. El 4-3-1-2 millonario, con Lanzini por delante de Simón, Villagra y Meza, se hizo un acertijo sin solución para el medio campo local. Arriba, Solari y Colidio aportaban movilidad para sacarle referencias a la última línea y volver a ingresar “atacando el espacio”. Pero se desinfló después de los 20 minutos.

El Pincha llegó al descuento tras un derechazo de Palacios, pero a instancias del VAR se corrigió el fallo inicial de Penel y se sancionó la mano del futbolista local. Todo había nacido de un error de Zabala en una cobertura (exceso de confianza) y un pase de Meza a Palacios. Un dato no menor: Armani había salvado otro mano a mano en primera instancia. Descomunal lo del arquero de 38 años, que ya venía de tener atajadas impresionantes en partidos anteriores.

Domínguez tuvo que ajustar el dibujo táctico al 4-4-2 porque al 4-2-3-1 River lo estaba desgastando por las bandas. Estudiantes defendía en inferioridad numérica porque a los laterales Meza y Arzamendia los atacaban mano a mano. Cada nueva aproximación local era bien desarticulada por Armani, de arriba, de abajo.

Lo mejor de un partidazo

Estudiantes no atacaba mal, pero la faltaba un centrodelantero de oficio. No estuvo cómodo José Sosa en esa posición y Domínguez para la segunda etapa lo reemplazó por Guido Carrillo. Estudiantes tuvo la posesión y trató de descontar rápido, pero todas las resoluciones eran demasiado apuradas o se equivocaba en la toma de decisiones finales, ya sea para encarar, tirar un centro o patear al arco. Hasta que Meza desbordó por la derecha, metió un centro pinchado al segundo palo y Carrillo (un 9 especialista) descontó de cabeza: 1-2.

“Más rápido” y “para adelante”, fueron un par de indicaciones que dio Gallardo desde el banco ante un giro en posesión que no le gustó de Meza a la altura del círculo central. Es como si River todavía debiera rendir materias para aproximarse a lo que pretende el entrenador desde el ideal.

Gallardo había resuelto meter tres cambios juntos incluso antes del descuento de Estudiantes: así ingresaron Pity Martínez por Meza, Franco Mastantuono por Solari y Nacho Fernández por Lanzini. El conjunto visitante casi que no podía sacar ni siquiera un contraataque (la pelota se pasaba por arriba a los tres ingresados), se limitó a resistir ante la embestida de Ascacíbar, Carrillo, Manyoma y Tobio Burgos.

El zurdazo de Facundo Colidio para el 1-0 ante Estudiantes

Y si quedaba alguna duda sobre quién era la figura del partido, lo ratificó Armani desviándole un penal a Carrillo con los pies, luego de que el árbitro Penel sancionara la mano de Mastantuono (ubicado en la barrera) tras un tiro libre de Arzamendia. El arquero millonario, en la situación diez recibida en la noche del viernes, le sacó un mano a mano a Manyoma luego de un error de Nacho Fernández.

¿El abrazo inicial de Enzo Pérez con el DT millonario fue un presagio de lo que se verá en 2025? Le quedan varios capítulos todavía al 2024. Por lo pronto, River le sigue poniendo los pelos de punta a Gallardo. Pero tiene a Armani, que a los 38 años transita uno de los mejores capítulos de su carrera.