Este año, EsSalud cumple 89 años de existencia. Esta institución es un referente a nivel nacional. Por lo tanto, es importante reflexionar acerca del estado actual del servicio que brinda a sus asegurados y de los pasos que se debería adoptar a futuro a fin de mejorar la satisfacción de sus pacientes. Para esto trataré acerca de dos políticas públicas trascendentes para esta institución: la priorización del gasto; es decir, una gestión pública adecuada, y la digitalización: un logro importante. Finalmente, concluiré con algunas reflexiones acerca de cómo un sistema de salud unificado podría traer beneficios a todos los peruanos.

En primer lugar, hay que señalar que EsSalud enfrenta un horizonte financiero complejo. Mantener la salud financiera de la institución es vital. Aunque suene a una verdad de perogrullo, es central mantener cierto balance entre sus ingresos y gastos. Además, se debe aprender a jerarquizar aquellos que sean realmente importantes. A fines de 2024, por ejemplo, se denunció que EsSalud gastó 250 mil soles en una fiesta navideña para los hijos de sus trabajadores. Por más “buenas intenciones” que haya habido detrás de esta fiesta, ¿puede una institución como EsSalud darse este tipo de lujos? La respuesta es simple y contundente: no. Con una simple búsqueda en Google, podremos ver titulares acerca de equipos averiados, largas filas y esperas inusitadas. Ante este panorama, los gastos deberían orientarse, primordialmente, a favorecer a los pacientes. Debemos, entonces, generar políticas públicas que marquen claramente cómo se debe gastar los fondos de esta institución, sancionando aquellos usos indebidos o suntuarios. Recordemos, además, que a fines de 2023, la OIT advirtió que EsSalud podría entrar en un déficit presupuestario. A pesar de que, aparentemente, se pudo evitar esta situación en 2024, aún la coyuntura sigue siendo compleja.

En segundo lugar, cuanto a la digitalización, debemos destacar aspectos positivos. La historia clínica electrónica de EsSalud ha sido implementada con relativo éxito. Esta es reconocida entre el personal sanitario como amigable y fácil de utilizar. Sin embargo, no se encuentra interconectada con el resto del sistema sanitario; ni público ni privado. La ley que aprobó el famoso Registro Nacional de Historias Clínicas Electrónicas (RENHICE) sigue siendo letra muerta: no existe aún una real interconexión, que es cada día más imperativa en un mundo donde lo digital tiene prioridad.

Asimismo, la mencionada falta de interconexión, se repite a nivel de sistema. Actualmente, el sistema de salud peruano se encuentra fragmentado y atomizado. Muchas de las decisiones se toman en diferentes ministerios, sin criterios unificados que le den coherencia al sistema. El Perú debería encaminarse, en un mediano plazo, a un sistema de salud unificado. Sin uno, podremos volver a ver situaciones tan complicadas como la de la pandemia de COVID-19, en donde inicialmente, cada institución velaba por sus asegurados y no por el íntegro de la población.

En conclusión, en este aniversario, EsSalud enfrenta desafíos y retos críticos que requieren de políticas públicas claras y definidas. La sostenibilidad financiera y la priorización del gasto deberán ser fundamentales para garantizar que los recursos beneficien a los pacientes. Asimismo, la digitalización es un avance importante, pero su impacto será limitado si no se acompaña de una verdadera interconexión entre los diferentes actores del sistema de salud.