En diálogo con DEF, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) hizo un repaso de la actualidad del sector de la energía nuclear. (Foto: archivo DEF)

Hay un diplomático argentino que está dando que hablar en todo el mundo. Si bien la sede del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) –que conduce desde hace cinco años– se encuentra en Viena, el futuro de Rafael Grossi podría estar a casi 6800 kilómetros de distancia, en Nueva York. Su nombre suena como posible sucesor del portugués António Guterres como secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). “El proceso todavía no ha comenzado”, aclara, aunque reconoce que es una hipótesis que él contempla.

“Hoy nos encontramos en un cruce de caminos en el sistema internacional; existen fuertes cuestionamientos a la efectividad y utilidad del multilateralismo. Ahora bien, con sus dificultades y sus problemas, la ONU sigue siendo indispensable. Considero que debe volver a su objetivo esencial y primigenio de preservación de la paz y la seguridad internacionales”, sostiene, al analizar el contexto en el que le toca operar al máximo organismo multilateral del planeta.

En este mundo convulsionado, el estallido de la guerra en Ucrania obligó a Grossi a poner en marcha una activa labor diplomática al frente del OIEA, en particular tras la toma de las instalaciones de la central nuclear de Zaporiyia por parte de las tropas rusas en marzo de 2022. “Personalmente, he estado once veces en Ucrania desde el inicio del conflicto y he atravesado la línea del frente en cinco oportunidades”, recuerda el diplomático argentino, de 64 años, quien se encuentra al frente del OIEA desde diciembre de 2019.

El estallido de la guerra en Ucrania obligó a Grossi a poner en marcha una activa labor diplomática al frente del OIEA. (Foto: Fernando Calzada)

La proliferación nuclear en un mundo agitado

-¿Cuál ha sido el rol del Organismo Internacional de Energía Atómica en Ucrania?

-En el marco de su misión, el OIEA tiene una responsabilidad muy importante en el ámbito de la seguridad de las instalaciones nucleares. En el contexto de la guerra entre Rusia y Ucrania, desde el OIEA, hemos tomado una actitud muy proactiva para evitar que se produjera un accidente nuclear con consecuencias radiológicas. Eso nos llevó a intensas negociaciones y consultas periódicas con las autoridades de ambos países, incluidos los presidentes Vladimir Putin y Volodimir Zelensky. El resultado es que el OIEA cuenta actualmente, en un hecho inédito, con equipos técnicos instalados no solamente en la central nuclear de Zaporiyia, ubicada en territorio ocupado por la Federación Rusa, sino también en el resto de las centrales nucleares de Ucrania. El OIEA viene desempeñando un papel importante y yo creo que lo seguirá haciendo hasta tanto el conflicto entre en una fase de cese del fuego.

-¿Qué sucede con el programa nuclear de Irán y qué tan cerca está el país de la bomba atómica?

-La situación de Irán está en la agenda permanente del OIEA; el país tiene un programa nuclear sumamente ambicioso y amplio, en el marco del cual enriquece uranio casi al grado apto para su uso militar. Irán ha tenido una historia de claroscuros, por decirlo de manera diplomática, y, en algunas oportunidades, no ha cumplido sus obligaciones internacionales, lo que ha llevado a fuertes tensiones. En este momento de enorme volatilidad internacional, en particular en Oriente Medio, el papel que el OIEA está desempeñando en las negociaciones es absolutamente esencial. En Irán, tenemos una situación relativamente contenida, aunque muy cerca del umbral nuclear (NdR: que le permitiría acceder al armamento atómico).

-¿Corea del Norte ya cruzó ese umbral?

-Efectivamente, Corea del Norte cruzó ese umbral en 2006 y hoy cuenta con cerca de 50 o 60 ojivas nucleares. Todo esto demuestra la fundamental importancia del OIEA y su rol concreto y efectivo para preservar un régimen de no proliferación que, si bien no es perfecto, ha evitado que muchos más países se sumaran a la carrera nuclear en los últimos 50 años. Esto ocurre en momentos en que la hipótesis de una eventual utilización de las armas nucleares parece ser moneda corriente, lo cual es sumamente inquietante.

Corea del Norte cuenta hoy con cerca de 50 o 60 ojivas nucleares. (Foto: archivo DEF)

El lugar de lo nuclear en la agenda climática

-La energía nuclear está volviendo a escena en los últimos años. Usted prefiere hablar de un “retorno al realismo” y no de un “renacimiento”, al referirse al nuevo auge de la energía nuclear. ¿Por qué?

-He hablado de un retorno al realismo, más que de un renacimiento, porque hoy los países están frente a la necesidad de tomar decisiones concretas con relación a sus matrices energéticas. Y el concepto de “renacimiento nuclear” se acuñó hace ya algunos años en un contexto muy diferente, donde el interés por la energía nuclear formaba parte de un debate de tipo tecnológico.

-¿Cuáles son los factores que impulsan hoy a la energía nuclear?

-En primer lugar, la necesidad creciente de energía, en particular por la electrificación que se da en el marco de la descarbonización de las matrices energéticas mundiales. Naturalmente, en esa reevaluación, se observa un dato específico y muy concreto: la nuclear es una energía limpia, es decir, está prácticamente libre de emisiones de dióxido de carbono. Hay otro factor importantísimo, que es la seguridad energética. Eso se observa, de manera prevalente, en Europa central y oriental, donde las matrices energéticas eran muy dependientes del gas ruso y hoy se encuentran con la realidad geoestratégica de la guerra y las sanciones al único proveedor que tenían. Eso revaloriza la energía nuclear, porque quien tiene un reactor nuclear es absolutamente autónomo y soberano en sus decisiones energéticas.

-En las últimas Conferencias de Partes de la ONU sobre Cambio Climático, la energía nuclear ha vuelto a ser considerada como alternativa. ¿Cómo valora esta situación?

-Hasta hace pocos años, la gran ausente en este debate había sido la energía nuclear, lo cual mostraba una tendencia ideológica que no se apegaba a la realidad. Yo diría que el parteaguas se dio en la COP 28 de Dubái, en cuyo documento final se reconoció la energía nuclear como parte de la solución. Estamos ante un giro casi copernicano porque, hasta entonces, la energía nuclear no era siquiera mencionada.

-¿Es realista triplicar la potencia instalada en materia de energía nuclear, como planteó un grupo de países que suscribió un compromiso luego de la COP 28?

-En base a proyecciones de nuestros economistas energéticos, en el OIEA consideramos que existe la posibilidad de aumentar en 2,5 veces la potencia nuclear instalada y pasar de los actuales 372 gigavatios a unos 900 gigavatios en 2050. Puesto en otros términos, deberíamos pasar de los 50.000 millones de dólares que se están invirtiendo en nuevos reactores en todo el mundo a inversiones del orden de los 100.000 millones.

-¿En qué consiste la iniciativa Atoms4NetZero del OIEA?

-Como organismo de promoción de los usos pacíficos de la energía nuclear y sus aplicaciones, el OIEA brinda asistencia y cooperación técnica y científica a los países interesados. Por eso, decidí lanzar la iniciativa Atoms4NetZero, que conjuga una serie de programas de formación, capacitación técnica y asesoramiento para los decisores y planificadores de políticas energéticas. Lo que hacen los equipos técnicos del OIEA es desarrollar programas a medida, para que cada uno de los países pueda tener el apoyo necesario para ir formando sus propias capacidades.

Rafael Grossi junto al Papa Francisco, en el Vaticano. (Foto: archivo DEF)

La revolución de los pequeños reactores modulares

-¿Qué rol pueden desempeñar en el futuro las nuevas tecnologías de reactores y, en particular, los nuevos reactores modulares o SMR?

-La tecnología nuclear está en constante evolución. Hoy existen dos vertientes. Por un lado, los reactores de cuarta generación, que son los grandes reactores clásicos que hoy conocemos, e incorporan medidas en materia de seguridad, eficiencia en el uso de la energía y mejoras en temas de ingeniería. La otra tecnología en la que existe gran interés son pequeños reactores modulares, que implican un cambio de enfoque, de diseño y también de negocio. En lugar de tener grandes instalaciones, se trata de módulos de menor potencia, por ejemplo de 0 a 10 megavatios, que son escalables de acuerdo a las necesidades del comprador. Pueden ser también una solución en zonas remotas o países en los que la red eléctrica sea débil o no alcance todos los confines del territorio.

-¿Estamos ante una verdadera revolución en el modelo de desarrollo de la energía nuclear?

-Hay, en este momento, un enorme entusiasmo a nivel internacional. Existe, por primera vez en la historia, una demanda que está impulsando la energía nuclear. Tradicionalmente, vimos grandes compañías estatales, semiestatales o privadas, pero que funcionaban como semimonopólicas. Hoy tenemos empresas privadas, sobre todo en nichos muy particulares, como por ejemplo la inteligencia artificial o la alta tecnología, como Google o Microsoft, que firman contratos con desarrolladoras de pequeños reactores modulares. Son tendencias muy importantes que se están desarrollando y veremos los primeros reactores modulares funcionando dentro de los próximos cinco o seis años.

De acuerdo al funcionario, existe, por primera vez en la historia, una demanda que está impulsando la energía nuclear. (Foto: Fernando Calzada)

El potencial “transformador” del nuevo Plan Nuclear Argentino

-Usted estuvo en diciembre pasado en el lanzamiento del Plan Nuclear Argentino. ¿Cómo observa esta iniciativa del gobierno de Javier Milei?

-Argentina tiene enormes posibilidades porque, desde la creación de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), en 1950, ha habido una continuidad en sus programas nucleares, más allá de los avatares de la historia. Argentina es uno de los tres países de Latinoamérica que cuenta con reactores nucleares, junto a Brasil y México. Pero, además, Argentina es el único país de nuestra región que exporta tecnología nuclear, fundamentalmente reactores de investigación. Tiene una cadena de suministros en todo el sector que es bastante madura.

Ha habido una importante novedad, a partir del lanzamiento del nuevo Plan Nuclear, dirigido por el doctor Demian Reidel, que busca explotar estas capacidades y ponerlas al servicio de uno de los sectores más dinámicos, que es el de la inteligencia artificial. Argentina cuenta con un reactor patentado en EE. UU., el ACR-300, y sé que hay un grupo de ingenieros trabajando. Desde el OIEA, hemos brindado nuestro apoyo técnico-científico para asegurar que este programa tenga éxito. Yo creo que hay una dirección estratégica y una orientación muy clara para federar a un sector nuclear tan importante y diversificado en un proceso que puede ser realmente transformador.