El 6 de enero de cada año se celebra una de las fechas más mágicas para niños y adultos, el día de Reyes. A primera hora de la mañana, la ilusión se apodera de grandes y pequeños al encontrar junto a sus zapatos los regalos que pidieron por carta a los Reyes Magos, un momento lleno de alegría y sentimiento que, cómo no, suele acompañarse con un desayuno a la altura.
El Roscón de Reyes es el dulce típico en esta fecha señalada, también en la noche anterior, un momento en el que las familias se reúnen para probar un trozo de este delicioso bollo con aroma a azahar, normalmente mojado en un buen chocolate a la taza.
A pesar de su indiscutible poder conciliador, que reúne a grandes y pequeños en un único momento de disfrute gastronómico, el Roscón y sus tradiciones también genera su propia tanda de debates. Hay quienes lo prefieren relleno, con nata o trufa, y quienes buscan opciones más sencillas y sin complementos. Mientras que algunos apuestan por la tradición, otros prefieren probar cosas nuevas y dejarse sorprender por las innovadoras apuestas de los pasteleros. Sea como fuere, hay un ‘miedo’ común a todo aquel que se sirva un trozo de este dulce navideño: encontrar un haba en su interior.
La historia del haba
Esconder un haba en los interiores de este delicioso bollo es una tradición que se ha conservado a lo largo del tiempo, sin embargo, algunas personas no tienen claro su sentido. El haba oculta en el roscón de Reyes es, más que una simple sorpresa, un elemento cargado de historia y tradición. Para comprender qué representa esta pequeña legumbre en el dulce navideño, es necesario remontarse a sus raíces históricas y entender su evolución a lo largo de los siglos.
Esta legumbre, que hoy en día suele ser motivo de bromas y juegos en las reuniones familiares, tiene un significado único cuyos inicios se remontan al propio origen del roscón. Este dulce tuvo su nacimiento en el siglo II a.C., durante las Saturnales, festividades romanas dedicadas al dios Saturno, quien era venerado como el protector de las cosechas. Estas celebraciones marcaban el fin del periodo más oscuro del año y el inicio de la luz, un momento de júbilo para campesinos y esclavos, quienes eran liberados temporalmente de sus labores. En ese contexto, se elaboraba una torta dulce que, con el paso de los siglos, evolucionaría hasta convertirse en el roscón que conocemos hoy.
El haba no formaba parte de las primeras versiones de este postre. Fue en el siglo III d.C. cuando comenzó a incorporarse como un elemento simbólico. En aquel entonces, esta legumbre representaba la fertilidad y la prosperidad, valores profundamente arraigados en las sociedades agrícolas de la época. Encontrar el haba en la torta era motivo de alegría, ya que se interpretaba como un presagio de buenos tiempos por venir.
Con el paso de los siglos, el roscón de Reyes fue evolucionando, hasta llegar a la Edad Media, cuando ya se disfrutaba un manjar más parecido a lo que conocemos hoy en día. Para este momento, el significado del haba también había cambiado. Por esa época, según los historiadores, a quien le tocase el haba del roscón de Reyes se ganaría el derecho a ser el ‘rey del haba’ durante todo el día, un puesto nada agraciado.
Cada año, el elegido como el “rey del haba” tomaba las riendas del reino y tenía permiso para gastar bromas a los nobles durante el día que duraba su reinado. Este breve periodo de aparente poder invertía temporalmente las jerarquías sociales del momento, permitiendo que una persona de baja alcurnia se burlara de quienes ostentaban títulos y privilegios. Sin embargo, esta inversión de roles no estaba exenta de consecuencias: al finalizar el día, los nobles tomaban represalias contra el “rey del haba”, castigándolo como parte de una tradición que mezclaba humor y humillación.
¿Qué significa que te toque el haba en el Roscón?
Hoy en día, el haba en el roscón de Reyes se ha mantenido como una parte importante de la fiesta navideña. Aunque en muchos lugares se ha acompañado por figuras y regalos más modernos, el haba sigue siendo un recordatorio de las raíces históricas y culturales del Roscón. Sin embargo, la simbología del haba es ahora bien distinta a como era antaño. En España, es tradición que la persona que encuentra el haba deba pagar el Roscón el próximo año, una costumbre divertida que añade emoción a la experiencia de compartir este dulce.