La música, en todos sus géneros, sirve para mejorar la concentración. Distintos profesionales de la salud, como prestigiosas universidades de todo el mundo, dieron el visto bueno a este concepto y desarrollaron una serie de teorías para justificar por qué un tema musical puede ayudarnos en la tarea de concentrarnos en una actividad.
Según un estudio publicado en la Universidad Católica de La Plata, aprender a tocar un instrumento musical desde pequeño, mejora el rendimiento cognitivo en diversos aspectos. Este punto de partida será indispensable para que, tiempo más tarde, la persona pueda fortalecer su cerebro y concentrarse de manera más activa, sin la posibilidad de distraerse por los objetos que están a su alrededor.
“Estudiar con música de fondo proporciona beneficios. Estudios comprueban que la música estimula zonas del lóbulo prefrontal que están relacionadas con la atención, la concentración y la satisfacción. Cuando se estudia con música, uno se concentra más, siente que la información fluye más rápido y que los problemas se resuelven con mayor facilidad”, destacó la institución educativa bonaerense en un artículo ubicado en su página web.
En esa misma línea, se remarcó: “Al escuchar música se activa la zona del lóbulo frontal, que se encarga de mejorar tu capacidad de concentración. Se estimulan las zonas del lóbulo temporal, cuya misión es elevar tu habilidad matemática y de lenguaje”.
Dentro de una infinita variable de géneros musicales, el estilo clásico es uno de los más elegidos para concentrarse. Al ser solamente instrumental, sin ninguna voz, las melodías son más parsimoniosas y digeribles al oído, que forma parte de todo un esquema cerebral para que la persona ponga énfasis en la tarea que debe hacer.
Al facilitar la atención, la música clásica es un aliado para esos momentos de uno debe centrarse en un deber, como, por ejemplo, estudiar para un examen, prepararse para un desafío deportivo, entre otras tareas cotidianas que forman parte de nuestro día a día.
Otro estilo de música que estimula la concentración es la ambiental, la cual se diferencia de la clásica al ser más moderna. En definitiva, estos dos géneros, con melodías similares, pero con distinta intensidad una de la otra, son las dos más elegidas por los profesionales para dicha tarea.
Por su parte, la psicóloga española Laura Herrero, en una publicación de su cuenta de Instagram, añadió sobre el poder terapéutico de la música y cómo, con escuchar varias canciones por día, el cerebro recibe señales positivas.
“El poder terapéutico de la música en nuestra vida es inexplicable. Nos permite sentir emociones, y lo más importante, compartirlas. Además, es una vía de expresión de nuestro mundo interno y tiene el poder de unir personas”, explicó la especialista, quien sumó una opinión calificada sobre el tema y reafirmó cómo la música, en sus distintas versiones, puede favorecer la psiquis de una persona.
De esta forma, las melodías generan una armonía en los circuitos cerebrales e introducen a la persona en un clima apto para poder enfocarse en sus actividades.