Durante septiembre, una exhibición de autos y bicicletas tuvo lugar en Lincoln Park, en El Paso, Texas. Sin embargo, no se trató de una convención de vehículos comunes, sino de un fenómeno surgido en el suroeste de Estados Unidos. Conocido como lowriding, se trata de una forma de expresión de las comunidades mexicoamericanas y chicanas que suma cada vez más participantes.

De acuerdo con AP, el lowriding es un movimiento de expresión que consiste en la personalización de un vehículo, desde los neumáticos, hasta el sistema de sonido, con diseños y colores vivos. De esta forma, las comunidades participantes tienen el fin de mostrar el orgullo, honrar a la familia y enaltecer la cultura.

A diferencia de los hot roads o muscle cars, que suelen tener neumáticos grandes y alcanzar altas velocidades, la comunidad lowrider modifica automóviles y motocicletas para que sean bajos y lentos, según Alberto Pulido, director del Departamento de Estudios Étnicos de la Universidad de San Diego, citado por AP. Por esta razón, el lema del movimiento es “low and slow”. Sin embargo, esto provocó su asociación errónea con la cultura de las pandillas.

El lowriding consiste en personalizar un vehículo con diseños y colores vivos y para que sean más bajos y lentos

Al respecto, Pulido comentó que, en sus inicios, el lowriding se vinculaba con estereotipos dañinos como gánsteres. Por ejemplo, el thriller Boulevard Nights, de 1979, enseña cómo el personaje principal intenta evitar ser atraído por las pandillas callejeras del este de Los Ángeles, cuyo estilo “cholo” se asemeja al de los lowriders.

Si bien la percepción sobre el movimiento mejoró con el paso del tiempo, Pulido señaló que asistió a exhibiciones en las que la policía se hizo presente de inmediato.

La historia del lowriding

Tal como indica Pulido, la cultura del lowriding se remonta a la época posterior a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) cuando las carreteras y autopistas en California empezaron a crecer y la gente comenzó a personalizar sus vehículos. Sin embargo, existe un debate en torno al lugar de su nacimiento entre Los Ángeles y San Diego.

El lowriding se originó en el suroeste de Estados Unidos. No obstante, Los Ángeles se considera el lugar donde se vio por primera vez, mientras que San Diego busca el reconocimiento a su influencia en la cultura, según el medio citado.

El lowriding se convirtió en una representación de la comunidad que se transmite de generación en generación

En los años 70 y 80, los clubes de lowriders se convirtieron en una representación de la comunidad y ofrecían ayuda mutua, como viajes compartidos y donaciones de alimentos, según Héctor González, miembro del Comité de Conservación del Parque Lincoln, también citado por AP. “Es algo que se transmite de generación en generación”, explicó.

Con el paso del tiempo, el lowriding se convirtió en un fenómeno que mezcla las culturas latina y estadounidense y atrae a entusiastas de alrededor de todo el país a sus convenciones. Así, las que en su momento fueron exhibiciones de 40 lowriders, hoy en día alcanzan más de 300 y se realizan con mayor frecuencia.

Según González, el enfoque de la cultura en las ruedas, los sistemas hidráulicos y los accesorios ayudó a que el lowriding se convirtiera en una industria en auge. En este sentido, su crecimiento condujo a la apertura de 25 negocios en El Paso en los últimos dos años, incluidos talleres de carrocería, tapicería y ropa.