WASHINGTON.- Desolación y temor fue lo que se vivió en Kiev y las capitales europeas el martes a la mañana, cuando el presidente Donald Trump decidió poner en pausa la ayuda militar a Ucrania, una medida que alimentó la preocupación sobre la debilidad de los ucranianos en el campo de batalla y fogoneó los reclamos para que Europa salga a cubrir los baches que deje la ayuda norteamericana.
La decisión de Washington de pausar todos los futuros envíos de asistencia militar a Kiev podría revertirse si Zelensky, el mandatario ucraniano, hace un esfuerzo de buena fe por sentarse a negociar con Rusia, según informó el diario The Washington Post citando a un funcionario norteamericano.
Durante estos tres años de guerra, Ucrania dependió fuertemente de las armas norteamericanas, pero los analistas militares dicen que actualmente tiene suficiente equipamiento para sostener la línea de frente por al menos unos meses. Pero mantener ese nivel de combate a largo plazo va a ser complicado sin fuentes de armamento adicionales.
Después de prodigar elogios y agradecimientos a Estados Unidos por su ayuda hasta el momento, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal dijo el martes que su país estaba reuniendo fondos para desarrollar sus propias capacidades de defensa, y agregó que Ucrania ya produce el 30% de las armas y equipos usados en el frente de batalla, y para fines de este año esa cifra será del 50%.
“Tenemos que ser autosuficientes, es nuestra existencia la que está en juego”, dijo Shmyhal en conferencia de prensa, y agregó que Kiev sigue dispuesta a firmar un acuerdo por sus recursos minerales con Estados Unidos, que era lo planeado para la semana pasada, antes del choque en el Salón Oval entre Trump y Zelensky.
“Estados Unidos es un importante socio financiero militar y económico de Ucrania, y tenemos que preservar esa sociedad”, dijo el primer ministro. “Tenemos que encontrar la forma de seguir trabajando juntos para alcanzar una paz justa”.
En su intercambio diario con la prensa del martes, el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, celebró la decisión del gobierno de Washington y dijo que “realmente podía empujar al régimen de Kiev a un proceso de paz” y que era “la mejor contribución” para adelantar el fin de la guerra.
La defensa aérea: la que más afectada
Los funcionarios al tanto de la situación militar de Ucrania dicen que el país tiene un stock adecuado de algunas municiones, como proyectiles de artillería, y que podría conseguir el resto en otra parte, pero advierten que la falta de ayuda norteamericana dejara un peligroso vacío contra las imparables oleadas de misiles y drones rusos.
Los sistemas de misiles de defensa antiaérea, como los Patriot de origen norteamericano, serían muy difíciles de reemplazar, señala Roman Kostenko, excomandante del Ejército ucraniano y actual miembro de la Comisión de Seguridad Nacional de Parlamento de Ucrania.
“Esos son prácticamente los únicos misiles capaces de derribar misiles balísticos y así proteger nuestra infraestructura”, dice el legislador, y agrega que Ucrania tiene stock, pero que si los rusos “se dan cuenta de que nuestros aliados ya no nos envían más y deciden intensificar los ataques, entonces nuestras defensas antiaéreas se agotarán más rápido”.
Un funcionario de seguridad ucraniano dice que los efectos de la pausa en la ayuda de Estados Unidos todavía no están claros, pero coincide en que, al menos a corto plazo, los más afectados serán los sistemas de defensa aérea.
Llenar el vacío que deja EE.UU.
Si Europa no puede llenar de inmediato los vacíos dejados por Estados Unidos, las tropas ucranianas podrían mantener la línea del frente durante varios meses más. “El impacto inmediato será en las defensas aéreas”, dice el funcionario, que habló bajo condición de anonimato para referirse a temas sensibles. “Pero en lo que se refiere a nuestra capacidad para seguir luchando en Donbass y en el sur, la medida no es agradable pero tampoco vamos a colapsar por eso”.
Para el funcionario, lo que afectaría críticamente la capacidad de lucha de las fuerzas armadas de Ucrania sería un corte del suministro de información de inteligencia satelital, y como eso no se verá afectado, las consecuencias por ahora serán mínimas.
Michael Kofman, analista de defensa del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, señala que los ucranianos dependen menos que antes del equipamiento norteamericano, especialmente porque ha cambiado la misma naturaleza de los combates. “Hoy la mayoría de las bajas que inflige Ucrania son minas y drones que se producen dentro de Ucrania”, publicó Kofman en X.
The suspension of U.S. assistance for Ukraine is a very unfortunate and significant development, but it may not have immediate impact. Ukraine is far less dependent on the U.S. for day to day battlefield needs in 2025, than it was in earlier periods of the war. 1/
— Michael Kofman (@KofmanMichael) March 4, 2025
Malcolm Chalmers, subdirector del grupo de expertos en defensa Royal United Services Institute, con sede en Londres, coincide en que no hay que esperar un colapso inminente de los ucranianos en el frente de batalla, pero dice que a largo plazo se verán afectados.
“Según estimaciones recientes, hoy sólo el 20% del equipamiento militar total de las fuerzas ucranianas procede de Estados Unidos”, y un 25% adicional procede de Europa y otras partes del mundo. “El problema es que ese 20% es el más letal e importante”.
Los líderes europeos reiteraron sus promesas de seguir apoyando a Ucrania, aunque no está claro si podrán compensar totalmente el bache que deja Estados Unidos.
“Una cosa es el dinero y otro tema es la capacidad militar”
Los funcionarios y analistas dicen que con la ayuda ya prometida para 2025, incluida la de Europa, Ucrania tiene en una sólida base de financiamiento para el año. Y con suficiente voluntad política, los partidarios europeos de Kiev podrían reunir más fondos para ayuda militar, pero no podrían igualar las capacidades clave de Estados Unidos en materia de defensa aérea y ataque de largo alcance.
“Una cosa es el dinero y otro tema es la capacidad militar. En cuanto al dinero, el dinero está”, dice Nathalie Tocci, directora del Instituto de Asuntos Internacionales, con sede en Roma, y exasesora de política exterior de la Unión Europea (UE). “En cuanto al tema militar, está claro que los europeos carecen de algunas de las capacidades que suministraba Estados Unidos”. “Hasta que podamos cubrir esas capacidades que actualmente no tenemos, serán tiempos muy difíciles y Ucrania pagará un precio”, apunta Tocci.
Los funcionarios de la UE vienen tratando de motorizar un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania por un valor de más de 20.000 millones de dólares, pero sus esfuerzos se topan con los problemas económicos de los Estados miembros y las objeciones de otros, en particular Hungría, amiga de Moscú, que suele tratar de demorar la ayuda de la UE al gobierno de Kiev.
El realineamiento de Trump con Rusia también impulsó a las capitales europeas a acelerar los planes para reforzar las propias defensas de la UE.
El martes, el Poder Ejecutivo de la UE propuso un paquete que permita que las capitales europeas recurran a unos 157.000 millones de dólares en préstamos para inversiones en defensa. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que un plan como ese ayudará a los estados europeos a “concentrar la demanda y comprar juntos” y que también liberaría capacidad de producción para proporcionarle equipo militar a Ucrania.
ReArm means:
• More fiscal space for national public funding for defence through the escape clause
• A new instrument for loans to EU countries for defence capabilities most needed
• More flexible use of EU funding towards defence investment
• More private capital… pic.twitter.com/aa6JaoeuaY
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) March 4, 2025
La propuesta del martes incluye relajar las regulaciones para permitir que los estados miembros gasten más en defensa, reasignar algunos fondos y recurrir al capital privado.
Desde que comenzó la guerra, en 2022, Estados Unidos le ha proporcionado a Ucrania más de 100.000 millones de dólares en ayuda militar y económica, según estimaciones del Instituto Kiel para la Economía Mundial. El destino de la mayor parte de ese dinero ha sido comprarles armas a las empresas de defensa norteamericanas que fabrican armas en Estados Unidos.
Por Leo Sands, Catherine Belton, Ellen Francis y Siobhán O’Grady
Traducción de Jaime Arrambide