El 19 de septiembre de 2024 se registró la muerte de Fabiola Posada, más conocida en la industria de la farándula colombiana como la “Gorda” Fabiola, una comediante que durante varios años compartió su vida con el también humorista Nelson Polanía “Polilla”.
A punto de cumplirse cinco meses del deceso de Posada, su pareja volvió a hablar de los últimos momentos que compartió con la comediante en un especial presentado por Caracol Televisión en el programa Expediente Final.
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“Hoy será un día cargado de emociones, sale un programa que sinceramente nunca hubiese querido hacer, al contrario, siempre las líneas de nuestra comedia se hacían punzantes hacia ese tipo de cosas, así era ella, un sarcasmo de hilaridad que no tenía muchas veces vetos para ningún tema, un día como hoy las fibras y pensamientos que afloran son un huracán interno de emociones”, fue la forma con la que “Polilla” expuso en su cuenta de Instagram que el programa sería emitido
El programa comenzó con un monólogo de Diva Jessurum, que recordó que en el cumpleaños de Sábados Felices, Posada bromeó con la posibilidad de protagonizar un capítulo de Expediente Final, lo que también fue extraño para “Polilla”
“Me siento raro haciendo este programa con el que tantas veces tomamos del pelo con la “Gorda”, es como una realidad, hacer este programa es enfrentar otra realidad dura. Siento que uno a veces desfallece, son muchos recuerdos. Siempre duele el corazón, es un despecho raro, porque es nunca volver a encontrar esa persona”.
Sobre lo que ha sido su proceso de duelo, “Polilla” reveló que tenían múltiples tradiciones en diciembre que tuvo que realizar por su cuenta, a excepción de la renovación de votos, que se había convertido en un punto infaltable de sus travesias en el exterior.
“El 7 de diciembre teníamos el compromiso de estar juntos. Ese día decidí armar la Navidad, afrontar ese duelo. Yo no podía pasar sin sacar todo, eso fue muy difícil. Cuando viajábamos hacíamos renovación de votos, muchas promesas, de estar juntos. Habíamos prometido estar juntos hasta viejitos, es cuando uno se da cuenta de que los planes que uno tiene, no son los mismos de Dios”.
Polanía referenció la canción Debí tirar más fotos de Bad Bunny para asegurar que cuando un ser querido muere, queda la sensación de que el amor entregado fue insuficiente.
“Yo pensaba igual que en la canción, «si uno supiera que todo va a pasar, hubiera hecho más videos, más cosas». Cuando la persona se va, uno piensa que los te quiero, los te extraño son insuficientes”, indicó Polanía.
Los dos hijos que tuvo antes de iniciar una relación con “Polilla” indicaron que Fabiola en ningún momento los dejó a un lado, sino que sumó el amor que tenía por ellos en su matrimonio con el comediante.
De la misma forma, recordaron que la comediante les contó en más de una ocasión sobre el bullying que sufrió cuando niña, ya que los demás menores la molestaban por su sobrepeso, algo que la acompañó durante gran parte de su vida y terminó convirtiendo en el tema que la volvió famosa con sus chistes.
Al hablar de los primeros años de su relación, Polanía expuso que Fabiola fue diagnosticada con diabetes meses antes de que estuviera embarazada de su tercer hijo, David, que nació prematuro por los tratamientos a los que debía someterse Posada.
“Comienzan esos cuidados míos hacia ella, se empiezan a dar desde siempre, hasta que en 2014 le dan cuatro infartos. Ella empieza con un dolor en el pecho y el 31 de octubre la llaman para un cupo de una cita médica, cuando vamos le hacen el electro y le descubren tres arterias tapadas”, declaró a Expediente Final “Polilla”.
Después de ser intervenida, Fabiola pasó por otros problemas de salud, lo que provocó que “Polilla” se convirtiera en su enfermero, aumentando el amor que se sentían. “Yo le decía «el amor sana»”, recordó Polanía.
Los tratamientos a los que se sometió provocaron que Posada dejara de tolerar las proteínas, haciendo que su estado de salud empeorara, hasta el punto de que estuvo a punto de fallecer en 2018, lo que tomó como una oportunidad para poder aprovechar el tiempo que aún le quedaba en la tierra.
Durante los últimos años, a pesar de que tenía un problema de sobrepeso, la forma de alimentarse de Posada no era la mejor y terminó padeciendo un cuadro de desnutrición, lo que hizo que su esposo entendiera que el tiempo de Fabiola estaba por terminarse. “Ella no iba a ser una persona de 80 años, pero yo pensaba en al menos 15 años de estar bien”, declaró Polanía.
En los últimos meses de vida, Posada viajó a España para cumplir el sueño de estar de gira en Europa, y aunque sus familiares le recomendaron no hacerla, ella tomó la decisión de seguir con sus objetivos, pero cuando volvió al país tuvo que ser hospitalizada.
En septiembre de 2024, días antes de su deceso, Polanía organizó un encuentro entre la “Gorda” y sus hijos para que se pudieran despedir. “Polilla” recordó que Fabiola falleció un día después de cumplir 61 años, por lo que alcanzaron a celebrar por última vez el natalicio de la humorista.
“No quería mensajes de cumpleaños ni nada, estaba muy decaída… Nos fuimos para la casa y como a la hora suena mi teléfono, de la angustia no lo vi y dejo de sonar, después sonó el de mi hijo”, declaró Polanía que fue la forma cómo se enteraron de que Posada estaba a punto de fallecer.
Polanía reveló cómo fueron los últimos momentos de vida de su esposa, que se despidió de sus seres queridos mientras ellos la rodeaban en la camilla en la que estaba acostada.
“A las ocho de la mañana, cuando estaba muy mal, decidimos llamar al padre Antonio para que le diera los santos óleos. Empecé a decirle en el odio «Yo te prometí que iba a estar contigo hasta el final y te lo estoy cumpliendo». Ella se fue muy tranquila, se fue feliz de que estábamos alrededor de su cuerpo, alrededor de ella”.
Por último, “Polilla” reveló que el día del sepelio de la “Gorda” le devolvió un elemento que guardó durante el tiempo que estuvieron juntos, con la ilusión de que en la otra vida puedan volver a compartir juntos.
“Hubo un detalle que le di, un pañuelo en agosto de 1999… Ella me lo devolvió, Lo guardé durante 28 años, lo primero que hice en el sepelio fue poner el pañuelo «Con este pañuelo, espero que algún día, no sé dónde, nos lo volvamos a entregar». Uno no puede hacerse el bobo con el duelo, eso ayuda a entender todo lo que paso. Yo creo que es eso, agradecerle a Dios por permitirme estar con la mujer más hermosa, la que siempre admiraré”.