Durante el fin de semana, tres cerditos fueron robados de una exhibición de arte en Copenhague, después de que un provocador artista dijera que los iba a dejar morir de hambre como forma de declaración sobre el bienestar de los animales en Dinamarca, uno de los mayores exportadores de carne de cerdo del mundo.
En una entrevista del lunes, el chileno Marco Evaristti dijo que el propósito de su muestra, titulada ¿Y ahora a quién le importa?, era “despertar a la sociedad danesa” sobre el maltrato que reciben los cerdos, y citó estadísticas según las cuales decenas de miles de estos animales mueren diariamente debido a sus penosas condiciones de vida.
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“Como artista, tengo una voz que puedo alzar sobre estos temas”, declaró Evaristti, de 62 años. “Así que pienso compartir mis ideas sobre el modo en que Dinamarca trata a sus animales”.
La exhibición se inauguró el viernes en los galpones de un exmatadero en el Distrito de Empacamiento de Carne de Copenhague, e incluía tres cerditos vivos enjaulados en carritos de supermercado sobre una pila de paja. En las paredes, pinturas de gran formato de la bandera danesa y de cerdos masacrados.
Sin embargo, los cerditos no murieron: desaparecieron.
Evaristti dijo que si bien el espacio de la exhibición había sido limpiado el sábado a la mañana, los integrantes de las organización de los derechos animales fueron a chequear el estado de los cerditos. El robo ocurrió poco después de que ellos se fueran. “Mientras el personal higienizaba los baños, alguien les cerró la puerta con llave”, declaró el artista, y agregó que unos cuatro minutos después, cuando se abrió, “salieron y los cerditos ya no estaban”.
Un vocero de la Policía de Copenhague afirmó que fueron notificados del robo minutos antes del mediodía del sábado, y que por el caso no había ningún detenido. Evaristti admitió también que tanto él como su familia recibieron numerosas amenazas y que no espera que los animales sean devueltos.
La utilización de animales en obras de arte suele ser muy criticada.
En 2017, después de varias protestas y de una petición on line firmada por más de medio millón de personas, el Museo Guggenheim de Nueva York tuvo que retirar tres obras con participación de animales de una exposición de artistas conceptuales chinos. En 2000, en un museo danés, Evaristti exhibió diez peces de colores en licuadoras individuales y permitía que los visitantes encendieran las máquinas. Algunos lo hicieron.
Los grupos de derechos de los animales estaban divididos sobre la última exposición de Evaristti: algunos están de acuerdo con su mensaje, pero no con sus métodos y forma de presentar el problema. Una reseña de un periódico local criticó la muestra calificándola de “vanguardia anticuada”.
Mathias Madsen, director de campaña de Anima International Dinamarca, dijo en un comunicado que su organización había denunciado a Evaristti ante la policía cuando anunció sus planes de matar de hambre a los lechones.
“Eso violaría numerosos artículos de la Ley de Bienestar Animal danesa, y queríamos que las autoridades estuvieran preparadas para intervenir”, dijo Madsen, y agregó que la fuerte reacción pública ante la exposición fue un recordatorio de que la gente considera inaceptable el sufrimiento animal.
Según el Consejo Danés de Agricultura y Alimentación, en Dinamarca hay unas 5000 granjas porcinas que producen alrededor de 28 millones de cerdos al año. La mayoría son sacrificados, y más del 70% de la carne de cerdo danesa se exporta a países de la Unión Europea.
Birgitte Damm, asesora principal de animales de granja y visones de la organización Protección Animal Dinamarca, dice que en los corrales daneses mueren unos 25.000 lechones por día, algunos de ellos de hambre, porque las cerdas son criadas para dar a luz 20 lechones por lechigada, pero sólo tienen 14 tetillas para amamantar.
“Entendemos perfectamente la indignación, la frustración e incluso la furia por el continuo abuso de millones de cerdos en la industria porcina danesa”, dice Damm sobre la muestra de Evaristti. “Esto viene pasando desde hace décadas y es completamente inaceptable. Sin embargo, no podemos permitir que tres cerdos individuales en particular sufran para que nosotros podamos demostrar nuestro punto de vista”.
Evaristti dijo que la idea para la exposición surgió a partir de la lectura de un artículo periodístico sobre ese tema que fue publicado en octubre. “Hasta ese momento, sabía que algo andaba mal en Dinamarca, pero no sabía que fuera tan grave”, dijo el artista.
El lunes por la noche, en la entrevista, Evaristti tuvo que enfrentar una pregunta crucial: ¿Cómo sigue la cosa? Dijo que sin los cerditos, la exposición sería “aburrida” y “meramente plástica”, y el martes optó por levantar directamente la muestra.
“Si al cuerpo le quitás el corazón no puede sobrevivir, salvo como un cuerpo sin alma”, dijo el artista. “Y mi exposición ya no tiene alma. Es solo un cuerpo y no me interesa representar un cuerpo. Quiero el cuerpo con su alma”.
(Traducción de Jaime Arrambide)