La asistencia del embajador de Colombia en Venezuela, Milton Rengifo, en representación del país a la investidura presidencial del dictador Nicolás Maduro, desencadenó miles de críticas contra la postura del presidente de la República, Gustavo Petro. Sus detractores lo señalaron de ser cómplice del régimen.
A su vez, varios sectores del país condenaron la decisión de no romper relaciones diplomáticas con el vecino país, pese a que admitió que las elecciones celebradas el 28 de julio de 2024 no fueron libres.
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De acuerdo con el primer mandatario, las elecciones en Venezuela no fueron libres por la influencia del régimen en las votaciones que conllevó al fraude electoral, sino por los bloqueos económicos impuestos por varios países en todo el mundo.
“Si las elecciones de Venezuela no fueron libres, al realizarse bajo el bloqueo económico que se convierte en una extorsión explícita, es importante mantener la tesis del diálogo político más amplio posible en Venezuela, el levantamiento integral del bloqueo y una nueva posibilidad de expresión libre del pueblo de Venezuela”, señaló Petro.
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