Centro, cabezazo y gol. La fórmula se repitió en los últimos tres partidos de Argentina fuera de casa. El tendón de aquiles de la selección pareciera estar en las pelotas paradas en contra. Por esa vía, el equipo de Lionel Scaloni sufrió tres de sus últimos cinco goles en partidos por eliminatorias, con la particularidad de que todos fueron en condición de visitante. Primero Colombia, luego Venezuela, y ahora Paraguay. Un llamado de atención pensando en lo que viene.
Toda una rareza en el ciclo, Argentina no pudo mantener el cero en tres de sus últimas cuatro presentaciones. Llamativamente, la selección es, después de Brasil, el conjunto más goleado entre los seis que se encuentran en zona de clasificación. Un marcado contraste en relación a las primeras cuatro fechas, en las que Argentina no recibió tantos. O con la Copa América de Estados Unidos, en la que solo Ecuador logró convertirle en la llave de cuartos de final.
En Asunción, Argentina padeció el juego aéreo de Paraguay y cayó justamente con un cabezazo de Omar Alderete, que burló la marca de Leonardo Balerdi y conectó de cabeza para vencer a Emiliano Martínez. En su regreso a la selección, Dibu tenía el objetivo de igualar a Sergio Romero en cantidad de vallas invictas en partidos por eliminatorias (13), pero pudo hacer poco para evitar la caída de su arco. La chilena de Antonio Sanabria y el testazo de Alderete ingresaron junto a un palo.
Alfaro apostó por un equipo con altura (1,80 de promedio, contra 1,77 de Argentina), con cuatro zagueros en línea (Velázquez, Gustavo Gómez, Alderete y Junior Alonso, todos conocidos del fútbol argentino) y una torre como Sanabria que roza el metro noventa. Argentina marcó en zona en los tiros libres y hombre a hombre en los tiros de esquina. Pero perdió casi siempre de arriba y pagó muy caros sus errores defensivos. Otamendi no estuvo en su noche y Romero, que lucía más firme, dejó la cancha en el entretiempo por una dolencia en el pie derecho. El reemplazante de Cuti fue Balerdi, que no pudo aprovechar su chance: cometió la infracción previa y perdió la marca en la jugada del segundo gol.
Argentina despejó apenas cuatro pelotas dentro de su área, mientras que Paraguay remató siete veces desde el rectángulo mayor. Sin embargo, los problemas defensivos de la selección no tuvieron que ver solamente con el desempeño de la última línea. Porque la Albirroja ocupó mejor el ancho de la cancha, ganó casi todas las segundas pelotas y presionó alto en la salida de Argentina para generar media docena de ocasiones de gol. Muchas de ellas por arriba, aunque también con juego asociado y remates de media distancia.
La selección, para colmo, llegó diezmada al partido en Asunción. Si bien Scaloni pudo contar con su defensa titular (Molina, Romero, Otamendi, Tagliafico), el DT debió desafectar a los dos zagueros suplentes por diversos problemas físicos: Germán Pezzella, con una fuerte molestia en el gemelo derecho; y Lisandro Martínez, quien suele pelear por un lugar con Otamendi y debió volverse a Inglaterra por un golpe en la cadera sufrido en su último partido con el United. Además de Balerdi, que ingresó en el entretiempo, el único zaguero en el banco fue Facundo Medina, que se integró al plantel el miércoles y casi no se entrenó con sus compañeros.
Habrá que ver cómo se encuentra físicamente Cuti Romero de cara al partido de este martes ante Perú, un compromiso clave para volver a la victoria en casa y recuperar la confianza tras un cierre de año con sobresaltos. Scaloni, se sabe, no suele arriesgar a aquellos futbolistas que no se encuentran al tope de sus posibilidades. Sin embargo, Cuti viene siendo el más sólido de la defensa y Argentina perdería demasiado con la posible ausencia del zaguero del Tottenham, que llegó tocado a la convocatoria y pidió salir en el complemento.
Aunque el pasaje al Mundial pareciera no correr peligro -solo una catástrofe deportiva dejaría sin Copa a la Argentina-, Scaloni volvió de Paraguay con bastante tarea para el hogar. El DT tendrá solo tres entrenamientos para corregir errores y planificar el partido con Perú, que perdió todos sus encuentros de visitante y no convirtió goles en esa condición. Tras ese encuentro, el entrenador tendrá cuatro meses de parate (el próximo compromiso será ante Uruguay, en marzo de 2025) para pensar algunas variantes tácticas y de apellidos pensando en lo que viene.
Con poco, Paraguay complicó a la Argentina y desnudó ciertas falencias defensivas que merecen ser revisadas. Una pequeña alarma para una Argentina que no suele mostrar estas fisuras.