El Gobierno de Países Bajos ha acordado una reforma migratoria bajo el nombre ‘Ley de Medidas de Emergencia de Asilo’ con el que busca implementar controles fronterizos a partir del mes de noviembre, a la par que la expulsión de solicitantes de asilo sirios a zonas seguras de su país.
Así se desprende de una carta enviada por el primer ministro neerlandés, Dick Schoof, al Parlamento y en la que reconoce que el Ejecutivo abordará la aprobación de esta nueva ley «lo antes posible», según informaciones recogidas por la radiotelevisión pública neerlandesa NOS.
El Ejecutivo de Países Bajos, una coalición liderada por el ultraderechista Partido por la Libertad (PVV), busca suprimir los permisos de asilo permanentes y prohibir también la reagrupación familiar de hijos adultos y parejas de hecho. «No voy a poner cifras de cada media. Las entradas bajan y las salidas suben», ha dicho el primer ministro Schoof.
Las autoridades neerlandesas consideran que el país atraviesa por una «crisis de asilo» ante la que urge actuar «inmediata y urgentemente» para aprobar «un amplio paquete de medidas» que alivien la presión sobre el sistema migratorio.
La cuestión migratoria en Países Bajos es un asunto complejo que incluso llegó a provocar el colapso del gobierno del ex primer ministro Mark Rutte, ahora secretario general de la OTAN. El líder del PVV, Geert Wilders, quien quedó fuera del Ejecutivo por el veto de sus socios de coalición, se impuso en los comicios con una propuesta contundente contra la migración.
De hecho, Wilders se comprometió a ponerle freno a la migración irregular y aseguró que Países Bajos no participaría del pacto migratorio de la Unión Europea.