En la primera oportunidad fallaron. El cricket que habían llevado para forzar las rejas había hecho mucho ruido. Entonces, por unas horas, abortaron el plan criminal. Un día después, de madrugada, regresaron a Acassuso, en San Isidro. Primero treparon una pared medianera de 2,20 metros de altura y subieron al techo de la casa del exjuez federal y excamarista Guillermo Rivarola. Entraron en la propiedad después de forzar los barrotes de una ventana. “Silencio, la plata, la plata”, le espetaron al exfuncionario judicial cuando se despertó abruptamente. Lo amenazaron con destornilladores y lo redujeron. Se hicieron de un botín de 19.000 dólares, dos pistolas, dos revólveres, cinco carabinas, municiones y un reloj. Antes de escapar, le dejaron un mensaje a la víctima: “Te entregaron, por eso sabíamos que eras fiscal”, gritó uno de los ladrones.

La banda del Millón volvió a protagonizar otro robo en San Isidro

Era la madrugada del miércoles pasado y la denominada banda del Millón volvía a protagonizar un robo en San Isidro. Se trata de una organización criminal dedicada ingresar en casas cuando los propietarios de los inmuebles duermen. Se caracteriza por la violencia. En marzo del año pasado asesinaron a golpes a un vecino de Las Lomas, Jorge Enrique De Marco, y en noviembre último, torturaron a otro vecino de Acassuso, al que le robaron 220.000 dólares.

Los golpes de la banda del Millón no son robos al voleo. Todos los asaltos que protagonizó la gavilla tuvieron una inteligencia y una planificación previas para no dejar ningún detalle librado al azar.

Como sucedió en otros robos que llevó adelante la organización criminal, los ladrones que irrumpieron en la casa del exjuez Rivarola eran menores y la inteligencia previa al golpe fue hecha por un delincuente que está preso alojado en una cárcel del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), así surge de la investigación dirigida por el fiscal general adjunto de San Isidro, Patricio Ferrari.

Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. En las últimas horas, detectives de la policía bonaerense de la Superintendencia de Seguridad Región Amba Norte I, conducida por el comisario mayor Lucas Borge, y personal de la Patrulla Municipal de San Isidro detuvieron a tres sospechosos de haber participado del robo en la casa del exjuez Rivarola. Se tratan de tres adolescentes de ente 14 y 16 años, quienes quedaron a disposición del fiscal del fuero penal juvenil Andrés Zárate.

En poder de los sospechosos detenidos en el barrio La Cava, en Beccar, el personal policial secuestró 3000 dólares, joyas, teléfonos celulares e indumentaria que habría sido comprada pocas horas antes. Ahora, los detectives policiales y judiciales intentan identificar a un cuarto ladrón que participó del último robo.

Después, en otro allanamiento de urgencia, se secuestraron municiones de fusil que habrían sido parte del botín robado en la casa de Rivarola. También se encontró la ropa que utilizaron los ladrones en el asalto.

Filmaciones clave

Según pudieron reconstruir los investigadores a partir de las filmaciones de las cámaras de seguridad de la Municipalidad de San Isidro y dispositivos privaos, los delincuentes llegaron y escaparon en un automóvil Peugeot 408 gris. Las imágenes fueron la clave para identificar la chapa patente del vehículo.

Pocas horas después del robo, se localizó el automóvil utilizado por los delincuentes estacionado en Marconi al 2600, en Beccar, en cercanías de La Cava, donde vivían la mayoría de los delincuentes que integran la banda del Millón.

Los elementos secuestrados en poder de los sospechosos

En el operativo donde se secuestró el vehículo se detuvo a un sospechoso, identificado por fuentes judiciales como Juan Manuel Moyano, de 31 años, quien trabaja para una APP que conecta a choferes con pasajeros.

Moyano, al ser indagado, reconoció haber sido el conductor del automóvil en el que los delincuentes llegaron a la casa de Rivarola. Fue el quién aportó la información de que los ladrones habían ido la noche anterior al robo, pero desistieron del plan criminal por el ruido que hizo la herramienta utilizada para forzar las rejas.

Moyano también dio los nombres y apodos de los delincuentes. Sostuvo que la madrugada del atraco, el miércoles pasado, llegaron a la casa de la víctima 1.50. “Se bajaron todos. Yo me quedé a la vuelta, esperándolos como conductor. Volvieron al auto a las 4.50 y subieron con bolsos largos, tipo de armas [sic]. Cuando volvíamos escuché que decían que el que le había dado la data de la casa para que roben eran Brandon, que actualmente está preso en [la cárcel de ] Campana”, dijo el chofer de la banda, según pudo reconstruir LA NACION de fuentes judiciales.

El nombre Brandon, aportado por Moyano, no pasó desapercibido para el fiscal Ferrari y su equipo de colaboradores.

En la investigación que llevó tras las rejas a varios integrantes de la banda del Millón, el representante del Ministerio Público y detectives de la policía bonaerense habían determinado que la inteligencia previa de los robos la hacía Brandon Brites, quien buscaba información en Google Maps y en perfiles de redes sociales como Facebook y LinkedIn.

“La presente investigación criminal exhibe la existencia de una organización delictiva demasiado plural, caracterizada por un sinnúmero de intervinientes que se empeñan a diario en ejecutar delitos contra la propiedad de notable impacto y en horas de la madrugada en diferentes casas de San Isidro, con la abultada peligrosidad que caracteriza a sus acciones y la reiteración que parece no cesar. Diferentes técnicas de investigación han dejado al descubierto que aquel grupo que en su inmensa mayoría reside en el barrio La Cava ha perfeccionado en el último lapso de tiempo sus habilidades para ejecutar sus robos valiéndose de diferentes medidas de inteligencia previa, victimizando a personas en su mayoría de avanzada edad, a quienes no dudan en golpear en cada uno de sus atracos cada vez más violentos y con la única finalidad de hacerse de sus bienes o ahorros. La organización conocida como Banda del Millón o de los Millones no duda a la hora de ejecutar sus robos casi a diario para luego dilapidar esos bienes de manera ostentosa y exhibirlos en las redes sociales”, sostuvo el fiscal Ferrari en un dictamen presentado ante el juez de Garantías de San Isidro Esteban Rossignoli en el que fundamentó los pedidos de detención de varios integrantes de la banda del Millón.

Cuando el representante del Ministerio Público Fiscal hizo referencia a que la banda hacía “inteligencia previa” se refería a que, según se pudo reconstruir durante la investigación, los “objetivos” no eran escogidos de forma azarosa. El primer dato los aportaba Brites, que en ese momento estaba alojado en un instituto de menores acusado de un homicidio ocurrido en la villa La Cava.

Tras los robos de la banda del Millón y ya mayor de edad, Brítez fue traslado a la cárcel de Campana, la Unidad 57 del SPB.

En las últimas horas, por pedido del fiscal Ferrari, la jueza de Garantías de San Isidro Andrea Rodríguez Mentasty ordenó una requisa en la celda y los lugares comunes donde se alojaba Brites. En el operativo se secuestró un teléfono celular que se sospecha fue el utilizado para que el sospechoso se comunicara con el resto de la banda que protagonizó el robo en la casa de Rivarola.

“Gracias al seguimiento de las cámaras de seguridad del Municipio de San Isidro y a las tareas de investigación de la Policía bonaerense, se logró identificar al auto Peugeot 408 que intervino en el robo en la casa de un vecino”, sostuvo el municipio en un comunicado de prensa después de la detención de los sospechosos.