Fernando Alves Ferreira, condenado a prisión perpetua por el femicidio de la madre de sus hijos, Eduarda Santos, escapó del Penal III de Bariloche en agosto de 2024. Durante el juicio, el brasileño de 30 años declaró autopercibirse mujer y solicitó llamarse Amanda, lo que la querella interpretó como una estrategia para evitar la pena. Ahora, el Ministerio de Seguridad de la Nación, mediante la Resolución 1216/2024 firmada por Patricia Bullrich, ofreció una recompensa de 5 millones de pesos “destinada a aquellas personas que, sin haber intervenido en los hechos delictuales, brinden datos útiles que permitan lograr la captura”.
Según la resolución, “quienes cuenten con información podrán comunicarse telefónicamente con el Programa Nacional de Recompensas, dependiente de la Dirección Nacional de Normativa y Relaciones con los Poderes Judiciales y los Ministerios Públicos de este Ministerio, llamando a la línea gratuita 134″.
El texto detalló que el pago de la recompensa será realizado en el ministerio “o en el lugar que designe la representante de esta Cartera de Estado, previo informe del representante de la autoridad interviniente sobre el mérito de la información brindada, preservando la identidad del aportante”.
Los detalles de la fuga
La fuga ocurrió durante una noche de principios de agosto de 2024, cerca de las 21:30. Alves Ferreira trepó el cerco perimetral del penal y llegó a la calle, donde abordó un vehículo azul que lo esperaba. Testigos aseguraron que el automóvil huyó rápidamente, lo que sugiere que el escape había sido planificado. Aunque un centinela disparó para disuadirlo, no logró detener la fuga.
El director del Penal III, José Ibarra, confirmó en aquel entonces que se inició una investigación interna para determinar por qué el recluso se encontraba en un sitio de seguridad media a esa hora de la noche. Además, señaló que la autopercepción de Alves Ferreira como mujer generó cambios en los movimientos internos del penal, ya que las instalaciones no están adaptadas para esos casos. Tras la fuga, las autoridades desplegaron operativos en la región, aunque hasta ahora no se han obtenido resultados.
En febrero de 2022, según lo consignado por el fiscal Martín Lozada, Alves Ferreira condujo a Eduarda Santos, oriunda de Brasil, a un sendero en el acceso al Lago Escondido, ubicado en el Circuito Chico de Bariloche. Según las investigaciones, al llegar al lugar, la víctima intentó escapar, pero recibió nueve disparos de un arma Magnum calibre .357, algunos por la espalda y otros en las manos. Su cuerpo fue hallado por turistas a 100 metros de la Ruta Provincial 77.
Durante el juicio, Alves Ferreira confesó el crimen sin expresar arrepentimiento. Lozada calificó el hecho como un asesinato con alevosía, al considerar que la víctima no tuvo oportunidad de defenderse. Además, la querella presentó una fotografía que Alves Ferreira habría modificado con inteligencia artificial para mostrar rasgos femeninos que no correspondían al momento de su captura.
El Gobierno de Río Negro emitió una alerta tras la fuga y reforzó los controles en las rutas provinciales y nacionales cercanas a Bariloche. Las autoridades investigan la posible negligencia interna que permitió que Alves Ferreira estuviera fuera de su celda al momento del escape. Hasta el momento, las fuerzas de seguridad no han logrado recapturarlo.
El juicio
Durante el inicio del juicio contra Fernando Alves Ferreira por el asesinato de Eduarda Santos en febrero de 2022, el abogado defensor sostuvo que el caso no califica como femicidio, ya que su cliente se identifica como mujer, lo que la coloca, según él, en igualdad de género con la víctima. “Amanda y Eduarda eran dos amigas”, declaró.
Según la investigación, el imputado, quien estaba en pareja con otro hombre, habría “contratado” a Eduarda para tener hijos, a cambio de mantenerla económicamente. Sin embargo, la relación se deterioró cuando la joven comenzó a establecer límites en relación con la disposición de los niños, que en ese momento eran menores de dos años.
En cuanto al perfil del imputado, se lo describió como “una persona fría, calculadora, cínica y con capacidad de premeditar el asesinato”. Esta caracterización se basó en los llamados que realizó después del ataque, en los cuales fingía preocupación al sostener que la joven “habría salido en plena noche y no había regresado”.
Por otro lado, en aquel entonces, la defensa oficial, a cargo de Nélson Vigueras, cuestionó la acusación al señalar que no se pudo probar la autoría del crimen ni establecer quién conducía el vehículo en el que la víctima fue trasladada hasta el lugar del asesinato. Además, declaró: “No hay femicidio, no hay alevosía porque inexorablemente se requiere que un hombre mate a una mujer. Amanda es y era una mujer antes del 16 de febrero del 2022, vamos a escuchar aquí a su hermana, a sus amigos del Brasil que en sus primeros años y su adolescencia ya se expresaba como una mujer”.
El abogado también destacó aspectos de la apariencia y comportamiento del imputado: “Botox, brillo labial, su forma de caminar, su forma de sentarse, su tono de voz, en septiembre del 2020 se hizo una lipoaspiración para adecuar su cintura a lo que ella considera una figura más femenina”. Añadió que, aunque no están de acuerdo con la acusación, solicitarán formalmente la exteriorización del cambio de género, un trámite que permite validar el cambio en el documento.
De todos modos, Alves Ferreira confesó ante la Justicia. “Me declaro culpable por la muerte de Eduarda Santos de Almeida. Yo sí soy el responsable, no lo planeé”, afirmó. Según informaron fuentes judiciales, admitió la autoría del crimen, a pesar de las recomendaciones de sus abogados defensores.
En su declaración, el imputado solicitó que los investigadores analicen los teléfonos y profundicen en ciertos aspectos de la acusación, con el propósito de esclarecer los motivos que lo llevaron a cometer el asesinato. En esa línea, aseguró que lo hizo “para proteger” su seguridad y la de los hijos mellizos que tuvo con la víctima. Además, vinculó a Eduarda con el narcotráfico: “Cuestiones de narcos y todo lo que saben ustedes, y Eduarda estaba involucrada en eso”.