El estado de Nueva York implementará, a partir del 15 de diciembre, una ley que prohibirá la venta minorista de perros, gatos y conejos. Esta medida busca poner fin a los abusos asociados con los criaderos industriales, permitiendo únicamente la adopción a través de refugios, rescates de animales y criadores con licencia. Con esta legislación, Nueva York se posiciona como uno de los estados más comprometidos en combatir la crueldad animal y las prácticas fraudulentas en el mercado de mascotas.
La normativa tiene como principal objetivo erradicar las prácticas conocidas como “fábrica de cachorros”, cadenas de suministro que abastecen a tiendas de mascotas con animales criados en condiciones deplorables. Según defensores de los derechos de los animales, estas operaciones afectan gravemente el bienestar de las mascotas y engañan a los consumidores, quienes a menudo adquieren animales enfermos o con problemas genéticos. Las autoridades estatales, encabezadas por la Oficina del Fiscal General de Nueva York, serán responsables de supervisar el cumplimiento de esta ley, imponiendo multas de hasta mil dólares a quienes la infrinjan.
La aprobación de esta ley se produce tras años de denuncias sobre las prácticas abusivas de algunas tiendas de mascotas en el estado. En 2021, la fiscal general Letitia James lideró una investigación que recopiló más de 100 quejas contra establecimientos acusados de vender cachorros enfermos. Entre los casos más resonantes estuvo el de la cadena Shake A Paw, que fue demandada por comercializar animales con problemas de salud graves y ocultar información a los compradores.
La investigación resultó en un acuerdo por el cual Shake A Paw pagó 300 mil dólares en restituciones a los afectados. Una de las historias más conmovedoras fue la de Erin Laxon, quien adquirió un cachorro mezcla de chihuahua y perro salchicha que enfermó gravemente y falleció poco después de la compra. “No hay palabras para describir el dolor de perder a una mascota que acabas de traer a casa”, relató Laxon durante el proceso judicial.
El impacto en tiendas y consumidores
La prohibición tendrá un efecto mixto en los distintos sectores del mercado de mascotas. Para los consumidores, representa una garantía de que no enfrentarán experiencias devastadoras como la de Laxon. Sin embargo, los dueños de tiendas de mascotas han manifestado preocupación, alegando que la medida podría afectar significativamente sus negocios, especialmente aquellos que operaban bajo estándares más estrictos.
En respuesta, Libby Post, directora de la Federación de Protección Animal del Estado de Nueva York, propuso que las tiendas se reinventen como centros de adopción y venta de suministros para animales. Según Post, esta transformación podría beneficiar tanto a los negocios como a los refugios, promoviendo la adopción ética y generando nuevas oportunidades de ingresos.
Nuevas oportunidades para fomentar la adopción ética
Con esta ley, las tiendas podrán colaborar con refugios y rescates de animales para organizar eventos de adopción. De esta manera, no solo se eliminan los riesgos asociados a los criaderos industriales, sino que también se ofrece una alternativa más responsable para quienes buscan incorporar una mascota a sus vidas. En este modelo, las tiendas se enfocarán en proporcionar productos y servicios para las necesidades de los animales adoptados, un mercado en crecimiento.
La prohibición en Nueva York forma parte de una tendencia creciente en Estados Unidos para frenar el maltrato animal. Estados como California y Maryland han implementado regulaciones similares, lo que sugiere un cambio cultural hacia prácticas más éticas en la cría y venta de mascotas. Este movimiento legislativo también busca educar a los consumidores sobre la importancia de adoptar en lugar de comprar, reduciendo la demanda de animales criados en masa.
Para organizaciones como el SPCA del condado de Suffolk, esta ley es un avance crucial, de acuerdo con CBS News. Su director, Roy Gross, afirmó que estas medidas representan “un paso fundamental para erradicar los criaderos abusivos y proteger a las mascotas de las condiciones inhumanas en las que han sido criadas durante demasiado tiempo”.
La lucha contra los criaderos industriales de animales
Al prohibir la venta minorista de perros, gatos y conejos, Nueva York envía un mensaje contundente sobre su compromiso con la protección animal. Si bien algunos sectores critican la medida por su impacto en ciertos negocios, los defensores de los animales argumentan que este es un sacrificio necesario para combatir décadas de abusos. La esperanza radica en que esta legislación inspire a otros estados a adoptar políticas similares, marcando un camino hacia un trato más ético y compasivo para los animales en todo el país.