La tragedia que ha arrasado varios municipios enteros de la Comunidad Valenciana por las intensas lluvias que han acompañado a la DANA se ha saldado con al menos 62 víctimas mortales. Miles de personas vivieron con horror las inundaciones durante la tarde y la noche del martes, buscando a familiares entre el caos derivado por el temporal. Muchos de los afectados vivieron un auténtico infierno mientras trabajaban, tras negarse sus empresas a desalojar sus locales comerciales y obligando a sus empleados a mantener sus horarios laborales intactos.
Las redes sociales han sido testigo de imágenes escalofriantes, como puede ser el caso de empleados de Mercadona atrapados en un camión de reparto o dependientes de Ikea incapaces de salir de la nave a causa de las lluvias torrenciales y los desbordamientos de los ríos. Muchos usuarios no han tardado en exigir responsabilidades a estas empresas, que pusieron en riesgo la vida de sus empleados para mantener su cadena de producción intacta. Algunos apuntan indignados hacia la complicidad de las autoridades con esta situación, ya que, esta mañana, la alcaldesa de Valencia María José Catalá ha agradecido a la compañía de Juan Roig su colaboración con los afectados.
Durante el temporal, empresas de reparto como Glovo y Uber Eats también continuaron operando, enviando a sus repartidores a las calles bajo condiciones extremadamente peligrosas. Los repartidores, muchos de ellos en motocicleta o bicicleta, se enfrentaron a intensas lluvias, carreteras anegadas y fuertes ráfagas de viento. Las redes sociales rápidamente se llenaron de críticas hacia estas plataformas, acusándolas de anteponer el beneficio económico a la seguridad de sus empleados, mientras usuarios y trabajadores denunciaban la falta de medidas preventivas y la ausencia de protocolos de suspensión de actividades en circunstancias de emergencia climática.
“Nos hemos jugado el pellejo por vender cuatro cosas”
El periodista Daniel Bernabé ha recogido en su red social X (antigua Twitter) el testimonio de una trabajadora valenciana que solicitó durante la tarde de ayer marcharse a su casa por el temporal. Advertida por sus compañeras que libraban, la empleada solicitó a su jefe interrumpir su jornada para protegerse, lo que le fue negado. “Nos hemos jugado el pellejo por vender cuatro cosas”, afirmaba, al tiempo que aseguraba que presentaría acciones legales contra su empresa de la mano de su sindicato.
Según recoge el artículo 21 de la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales, los empresarios están obligados a “informar lo antes posible a todos los trabajadores afectados acerca de la existencia de dicho riesgo” en caso de catástrofe o riesgo grave. De acuerdo a lo establecido con dicha Ley, el trabajador “tendrá derecho a interrumpir su actividad y abandonar el lugar de trabajo, en caso necesario, cuando considere que dicha actividad entraña un riesgo grave e inminente para su vida o su salud”.
Indignación en redes sociales
El debate acerca de la responsabilidad empresarial sacude las redes en un día de luto. La Ley de Prevención de Riesgos Laborales es clara en cuanto a los derechos del trabajador en situaciones de riesgo grave e inminente, como las vividas durante este temporal. Según la normativa, es el deber del empresario no solo informar sobre los riesgos, sino también facilitar la interrupción de la actividad y la evacuación en caso de amenaza para la salud o la vida de sus empleados.
Ante la presunta vulneración de este derecho en muchos casos, se espera que se inicien investigaciones para determinar si hubo negligencia en el cumplimiento de estas obligaciones. La falta de preparación y de información, así como las decisiones de las empresas de anteponer la producción y el servicio a la seguridad de sus empleados han despertado la indignación de la opinión pública, que reclama mayor rigor y compromiso en la protección de los derechos laborales en situaciones de crisis.