Naomi Watts junto a Dvid Lynch en el rodaje de 'Mulholland Drive'

La muerte de David Lynch ha sido una gran pérdida para buena parte del mundo del cine, pero quizá ha afectado especialmente a una persona. El director se granjeó grandes amistades y se rodeó de una serie de colaboradores habituales, quienes iban desde el compositor Angelo Badalamenti al escritor Barry Gifford pasando por actores habituales en sus películas y series como Kyle MacLachlan o Laura Dern. Pero hay una persona en concreto con la que estableció un gran vínculo y a la que además descubrió al resto del mundo, en una época en la que estaba cerca de desaparecer, al menos a nivel de visibilidad.

No me habría quedado en Hollywood si no hubiera conocido a David Lynch. Llevaba 10 años suspendiendo audiciones y no pasaba nada… Literalmente, estaba alejando a la gente. Les incomodaba porque estaba en plan: ‘¡Necesito un trabajo! Necesito un trabajo’”, desvelaba en una reciente entrevista nada menos que Naomi Watts, la estrella de cine a la que dio conocer el cineasta. Aunque la australiana es una actriz mundialmente conocida a día de hoy, lo cierto es que tuvo grandes problemas para encontrar trabajo durante aquella época, a finales de los 90 y antes de toparse con Lynch y la película que lo cambiaría todo: Mulholland Drive.

Tal y como desvela la actriz, las cosas se pusieron tan mal que “mi agente de entonces me dijo: ‘Eres demasiado intensa. Estás incomodando a la gente’”, recordaba. Sí, necesito un trabajo. Estoy desesperada, necesito trabajar. Planeé volver a casa varias veces”, detalla, explicando cómo fue su encuentro con Lynch. “En resumen, David Lynch me llamó y tiene una forma muy diferente de hacer castings», continúa. «Me sentó, me miró a los ojos y me hizo preguntas, y la mayoría de las veces yo pensaba: ‘¿Cómo me quito de tu camino? ¿Cómo puedo acelerar esto?’ Porque estoy segura de que no estoy bien, porque acabo de tener esa programación: No soy divertida, no soy sexy, soy demasiado vieja, soy demasiado esto, demasiado aquello. Y él me vio y fue capaz de quitarme esas carillas”.

Imagen del rodaje de 'Mulholland Drive'

El cine después de Lynch

No es de extrañar por todo ello que la actriz haya sido una de las más conmovidas por el fallecimiento del director, tal y como lo expresaba en redes sociales: “Su tutoría creativa fue realmente poderosa. Llevaba más de diez años intentando abrirme paso en el mundo, suspendiendo audiciones a diestro y siniestro. Por fin me senté frente a un hombre curioso, radiante de luz, que pronunciaba palabras de otra época, me hacía reír y me hacía sentir a gusto. ¿Cómo pudo ‘verme’ si yo estaba tan bien escondida y hasta me había perdido de vista? Cada momento juntos se sentía cargado de una presencia que rara vez he visto o conocido”, aseguraba la australiana.

En 2001 Mulholland Drive puso en el mapa a Watts y el resto, como suele decirse, es historia. Desde blockbusters como King Kong a otras propuestas muy distintas como The ring, Lo imposible o Inland Empire, de nuevo con Lynch, Watts ha podido demostrar su talento y valía en múltiples ocasiones. Aunque ya nunca vaya a poder colaborar de nuevo con Lynch, la actriz puede decir con la cabeza alta que fue una de las personas más cercanas a él y sentirse agradecida de que el cineasta se fijase en ella, un agradecimiento extendido a todos los cinéfilos ya que si no también se habrían perdido a una gran intérprete como ella.