El expresidente salvadoreño Mauricio Funes, quien pasó de ser un aclamado periodista a un mandatario acusado de corrupción, falleció el martes por la noche a los 65 años en Nicaragua, donde residió durante los últimos nueve años bajo la protección del gobierno de Daniel Ortega. El Ministerio de Salud nicaragüense confirmó su muerte, atribuida a una “grave dolencia crónica”.
Funes gobernó El Salvador entre 2009 y 2014 como el primer presidente del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), un partido nacido de la guerrilla. Aunque su ascenso representó una esperanza de cambio para muchos, su legado quedó marcado por acusaciones de corrupción que lo llevaron a acumular más de 26 años de condenas penales en su país. Para evitar la justicia, se exilió en Nicaragua en 2016, donde recibió la nacionalidad y evitó ser extraditado.
Antes de su carrera política, Funes se destacó como periodista. Nacido el 18 de octubre de 1959 en San Salvador, se ganó el reconocimiento internacional por su cobertura de conflictos armados y su rol como conductor de programas que abordaban temas controvertidos. Entre 1991 y 2007, fue corresponsal de CNN y recibió premios como el de Periodismo Internacional de la Universidad de Columbia. Su popularidad lo llevó a ser candidato presidencial del FMLN, partido que buscaba un liderazgo fresco y alejado de las cicatrices de la guerra civil.
Con el lema “Nace la esperanza, viene el cambio”, Funes prometió un gobierno incluyente que garantizara el Estado de derecho. Durante su mandato, redujo los homicidios mediante una tregua con las pandillas, una medida que, aunque efectiva en sus resultados inmediatos, luego le valdría una condena de 14 años de prisión al ser considerado un acuerdo ilícito. Su gobierno también fue acusado de desviar 351 millones de dólares de fondos públicos.
El colapso de su imagen y del FMLN se consolidó tras su salida del poder. El partido, que también gobernó entre 2014 y 2019 con Salvador Sánchez Cerén, perdió paulatinamente apoyo popular, hasta quedar sin representación en el Congreso en las últimas elecciones legislativas. Mientras tanto, Funes enfrentó otros procesos judiciales, incluyendo uno por aceptar una avioneta como soborno a cambio de adjudicar un proyecto público.
A pesar de las controversias, algunos recuerdan el optimismo que generó su llegada al poder. Figuras como el cardenal Gregorio Rosa Chávez y el sacerdote jesuita José María Tojeira veían en Funes una oportunidad de cambio. Admirador del arzobispo Óscar Arnulfo Romero, Funes había prometido gobernar con una “opción preferencial por los pobres”. Sin embargo, su mandato y sus acciones posteriores mancharon esas aspiraciones iniciales.
Con información de AP y AFP.