“No creo que exista nada que afecte a la humanidad, que no tenga una cura natural. No puedo probarlo, pero lo creo”, afirmó el actor y director Mel Gibson durante una entrevista con el comediante Joe Rogan en la que aseguró que el uso de “terapias alternativas podría curar el cáncer”.
En este espacio, que genera conversaciones de amplio alcance y fuerte repercusión mediática, Gibson habló sobre el cáncer y las terapias alternativas para combatirlo, lo que desató un intenso debate en redes sociales. En la entrevista, que acumuló casi 5 millones de visualizaciones en solo dos días, afirmó que “tres amigos tenían cáncer en etapa cuatro y ahora ya no tienen cáncer, para nada”. Según sus palabras, esta situación se debía al uso de medicamentos no convencionales para tratar la afección.
Gibson, un actor, director y productor norteamericano, de ascendencia australiana, y reconocimiento internacional por su labor en la pantalla grande se desempeñó en distintos géneros como la acción, la drama y la comedia. Alcanzó fama mundial con la saga Mad Max y consolidó su éxito en Hollywood con Arma Letal. Como director, fue distinguido por Braveheart -Corazón Valiente- (1995), película que protagonizó y con la que ganó cinco premios Oscar, incluyendo Mejor Película y Mejor Director. También dirigió obras de impacto como La Pasión de Cristo (2004), filmada en arameo y latín.
En tanto, Rogan es un comediante, actor, comentarista de UFC y presentador de uno de los podcasts más populares del mundo: The Joe Rogan Experience. Con un estilo de entrevistas sin filtro, ha abordado temas controvertidos que le han valido tanto seguidores leales como críticas severas, especialmente por su postura frente al COVID-19. Su influencia ha impactando desde la carrera de artistas hasta el debate público, y a pesar de múltiples polémicas.
Fue en este ámbito que el actor se refirió al cáncer y las terapias alternativas para combatirlo, haciendo referencia a la vivencia de sus amigos. Más específicamente, el director se refirió al uso de “ivermectina. Fenbendazol”.
“No hay ninguna evidencia científica, ni ensayos clínicos avanzados en fase 3, que demuestren que la ivermectina tiene alguna utilidad como tratamiento para el cáncer”, sentenció en diálogo con Infobae el médico oncólogo Claudio Martín, presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC). Y agregó: “La ivermectina no tiene indicación para tratar el cáncer. Más allá de que pueda tener eventos adversos leves, moderados o severos, no existe evidencia que respalde su utilidad”.
A raíz de esta situación, la Canadian Cancer Society aseguró a través de sus redes sociales que la difusión de información errónea sobre tratamientos no probados, como algunos fármacos promocionados para enfermedades graves, es “peligrosa, cruel, irresponsable y da falsas esperanzas a las personas con cáncer y a sus seres queridos”. Además, afirmó que las terapias aprobadas científicamente son las únicas que han demostrado ser efectivas para detener el avance de enfermedades y advirtió que recurrir a tratamientos alternativos no respaldados puede tener “graves efectos para la salud, como que el cáncer se propague o empeore”.
Asimismo, Gibson y Rogan se refirieron a otras sustancias, una de ellas es el fenbendazol que, según Breastcancer.org, es un medicamento utilizado para desparasitar perros. “Si bien los resultados de algunos estudios llevados a cabo con células en placas de Petri y en ratones sugieren que el fenbendazol podría tener propiedades anticancerígenas, no se han hecho estudios en personas y no está claro qué efectos secundarios podría provocar o cuál podría ser la dosis óptima”, indica en dicha página el doctor Brian Wojciechowski, oncólogo médico en Alliance Cancer Specialists, Filadelfia.
Qué es la ivermectina
La ivermectina es un medicamento antiparasitario ampliamente utilizado, de acuerdo a MedlinePlus, y “se utiliza para tratar la estrongiloidiasis (oxiuros; infección por un tipo de lombriz redonda que entra en el cuerpo a través de la piel, se desplaza por las vías respiratorias y vive en los intestinos)”.
En ese sentido, desde la página perteneciente a los Institutos Nacionales de Salud (NIH), de Estados Unidos, explican que este fármaco se usa como tratamiento de la oncocercosis, también conocida como ceguera de los ríos, una infección “por un tipo de lombriz que puede causar erupciones, protuberancias bajo la piel y problemas de visión, incluida la pérdida de visión o la ceguera”. Aunque elimina los parásitos en desarrollo, “no mata a los gusanos adultos” y, por lo tanto, “no cura este tipo de infección”. Es por eso que el tratamiento puede extenderse durante años.
“La ivermectina es una droga antiparasitaria que tiene una serie de eventos adversos, como mareos, náuseas, vómitos, diarrea y trastornos gastrointestinales, entre otros”, afirmó Martin y agregó: “Todas las drogas tienen eventos adversos. Cualquier medicamento puede tener complicaciones, el problema radica en si los posibles beneficios superan las toxicidades esperables, es el médico quien evalúa los beneficios frente a los posibles eventos adversos”.
Por su parte, en diálogo con Infobae, el doctor Diego Enrico (MN 144531) Médico Oncólogo del Área de Tumores de Tórax de Instituto Alexander Fleming (IAF), explicó a Infobae que, “en los casos de sobredosificación se puede desencadenar síntomas graves como midriasis (dilatación de las pupilas), somnolencia, retraso en los movimientos, pérdida de coordinación muscular y temblores”.
Y añadió: “Cualquier de estos efectos adversos serían muy perjudiciales para un paciente con cáncer ya que podría exacerbar los posibles efectos adversos de las medicación oncológica. Además, al no estar la ivermectina formalmente aprobada para el tratamiento del cáncer, se desconoce las posibles interacciones con medicamentos oncológicos ya que no se han llevado a cabo estudios para evaluar específicamente esto”.
“Estas afirmaciones sin base científica constituyen un importante riesgo para la población y en espacial para los pacientes con cáncer. En primer lugar porque se trata de compuestos no autorizados para el tratamiento de esta enfermedad y algunos de ellos ni siquiera autorizados para su uso indiscriminado en humanos. Por ello, esto implica un grave riesgo de salud para pacientes que puedan ingerir estos compuestos en su afán de poder buscar alguna alternativa de tratamiento para esta enfermedad. Además, estas afirmaciones sin evidencia científica generan en la población una desinformada realidad sobre como debe ser el proceso formal y científico que se debe realizar para afirmar que un fármaco es efectivo para tratar el cáncer”, resaltó el experto del Fleming.
En ese tono, vale recordar que en 2021, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos alertaron sobre el aumento en los casos de envenenamiento relacionados con ivermectina, los cuales crecieron hasta cinco veces en comparación con los niveles previos a la pandemia.
Sobre el otro compuesto, el fenbendazole, Enrico destacó: “Es un antiparasitario de amplio espectro utilizado en medicina veterinaria contra parásitos gastrointestinales en ovejas, ganado, caballos, y otros animales. Esta medicación no esta aprobada para uso en humanos. Mientras que el clorhidrato es un compuesto derivado del ácido clorhídrico, con múltiples usos habitual en productos químicos y de limpieza. La ingesta desaconsejada de productos a base de dióxido de cloro o clorito de sodio tuvo mucha popularidad en la pandemia del COVID donde se reportaron múltiples casos de intoxicaciones e incluso muerte por la ingestión no autorizada de esta sustancia”.
En tanto, la sustancia restante nombrada por el actor y director y el comediante es el azul de metileno, el cual está aprobado para tratar la metahemoglobinemia, una enfermedad donde la sangre pierde su capacidad de transportar oxígeno, y se usa en cirugías para localizar ganglios linfáticos afectados por cáncer.
“El azul de metileno es un colorante orgánico que se utiliza como colorante de telas. En medicina este compuesto se utiliza para la tinción de células para su estudio en el microscopio y también para el tratamiento de la metahemoglobinemia, una afección sanguínea donde la hemoglobina no puede transportar el oxigeno al cuerpo. La hemoglogina es la proteína que se encuentra en los glóbulos rojos y que transporta y distribuye el oxígeno al cuerpo”, explicó el especialista del Fleming y alertó: “Cabe remarcar que ninguno de estos compuestos han demostrado, bajo evidencia clínica, ser tratamientos efectivos para el cáncer.”
De acuerdo a los NIH, su uso sin supervisión médica puede ser peligroso: en personas con una condición genética (deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa), puede destruir los glóbulos rojos y causar anemia grave. Además, puede generar problemas en recién nacidos, como dificultad para respirar y anemia severa. Y al combinarse con otros medicamentos, puede provocar un trastorno llamado síndrome serotoninérgico, que causa confusión, fiebre, temblores y problemas cardíacos.
Terapias alternativas contra el cáncer sin evidencia científica: un riesgo para la salud
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer es la principal causa de muerte en el mundo, con casi 10 millones de defunciones en todo el planeta, siendo que los tumores “más comunes son los de mama, pulmón, colon y recto y próstata”. El tratamiento varía según el tipo y la etapa de la enfermedad, y puede incluir desde cirugías hasta terapias avanzadas como inmunoterapia o trasplantes de células madre. Según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, algunas personas reciben un solo tratamiento, mientras que otras necesitan combinaciones.
“Por supuesto, como ocurre con otros tratamientos para el cáncer, habría que analizar casos individuales y muchas veces, además de utilizar el tratamiento supuestamente beneficioso, los pacientes recurren a terapias anticancerígenas probadas, como quimioterapia, terapias dirigidas o inmunoterapias. Pero, actualmente, no hay indicación para utilizar ivermectina como tratamiento para el cáncer. Podría decirse que esto es solo una cuestión de fe”, destacó Martín.
Al tiempo que agrego: “Todas las terapias que no han demostrado eficacia mediante investigación clínica seria, implican riesgos. Los pacientes se exponen a eventos adversos que pueden ser leves, moderados o severos. El consejo es que consulten con su médico”.
“Lamentablemente, hay muchas opciones no probadas. Es comprensible que los pacientes, ante un diagnóstico de este tipo, busquen información y tratamientos alternativos con la expectativa de lograr mayores beneficios. Esa actitud es totalmente entendible, dadas las circunstancias que atraviesan. Sin embargo, es importante destacar que, en la actualidad, se ha avanzado muchísimo desde el punto de vista científico. Los tratamientos probados ofrecen hoy mejores expectativas que las de hace 15 o 20 años”, recalcó el experto de la AAOC.
Cuáles son los tratamientos avalados para el cáncer
“Las actuales terapias para tratar los diferentes tipos de cáncer son la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia, la terapia hormonal, el tratamiento dirigido el cual consiste en un grupo de moléculas diseñadas para inhibir especialmente las células cancerígenas y no las células normales. Por ultimo la inmunoterapia, un tratamiento que ayuda al sistema inmunitario a eliminar las células cancerosas. La efectividad de todos estos tratamiento fue demostrada a través de los años bajo rigurosos estudios médicos internacionales”, aseguró Enrico.
Los tratamientos para el cáncer son variados y se adaptan al tipo y estadio de la enfermedad. A continuación, se detallan las opciones avaladas según el Instituto Nacional del Cáncer, en Estados Unidos:
1. Cirugía: se emplea para extirpar el cáncer del cuerpo. Es un enfoque común y efectivo para muchos tipos de cáncer, y varía según el estadio de la enfermedad.
2. Inmunoterapia: este tratamiento fortalece el sistema inmunitario para combatir las células cancerosas. Incluye varios tipos y se adapta según el tipo de cáncer.
3. Pruebas de biomarcadores: identifican genes, proteínas u otras sustancias en el tumor que pueden orientar al médico en la elección del tratamiento más adecuado.
4. Quimioterapia: consiste en el uso de medicamentos para destruir células cancerosas. Puede aplicarse sola o combinada con otros tratamientos, y suele generar efectos secundarios debido a su impacto en células sanas.
5. Radioterapia: utiliza altas dosis de radiación para destruir células cancerosas y reducir tumores. Es una opción común y efectiva para muchos tipos de cáncer.
6. Terapia dirigida: ataca cambios específicos en las células cancerosas responsables de su crecimiento y diseminación, limitando el daño a las células normales.
7. Terapia fotodinámica: utiliza un medicamento activado por la luz (fotosensibilizador) para destruir células cancerosas o precancerosas.
8. Terapia de hipertermia: aplica calor localizado (hasta 45 °C) para dañar o destruir células cancerosas con mínimo impacto en los tejidos sanos.
9. Terapia hormonal: ralentiza o detiene el crecimiento de cánceres sensibles a hormonas, como el de mama o próstata.
10. Trasplantes de células madre: restauran las células madre formadoras de sangre después de tratamientos como quimioterapia o radioterapia intensiva.
“Resulta importante comunicar cómo es el proceso para que un medicamento en oncología y en medicina, pueda llegar a ser utilizado en pacientes”, afirmó el experto de Fleming y agregó: “Para establecer que un medicamento es efectivo para tratar algún tipo de cáncer debe pasar por un proceso sistemático y riguroso llamado método científico donde se investiga si el fármaco es efectivo. Bajo este proceso, el compuesto debe ser sometido a estudios de investigación preclínicas (en cultivos celulares y ratones) y luego pasar por todas las fases de investigación clínica con pacientes voluntarios”.
Y continuó: “Se deben hacer ensayos clínicos de fase I con un numero limitado (10-50 pacientes aproximadamente) de pacientes voluntarios con cáncer donde se testea principalmente la seguridad de la nueva medicaciones, luego se deben realizar estudios mas grandes de fase II (100-200 pacientes), donde se vuelve a analizar la seguridad y además la efectividad del nuevo fármaco. Por ultimo, se debe llevar a cabo un ensayo clínico de fase III con un numero mayor de pacientes. Este tipo de estudios se realizan en múltiples centros de todo el mundo e incluye entre 500 y 2000 pacientes, donde se compara la nueva medicación en estudio contra el tratamiento estándar que ha demostrado ser el mas efectivo hasta ese momento”.
“Recién luego de que un medicamento haya demostrado ser seguro y efectivo en todas estas fases, es que se puede afirmar que este fármaco es útil para tratar algún tipo especifico de cáncer y puede ser usado por pacientes en todo el mundo. Los médicos nos regimos bajo este método científico para dar recomendaciones de tratamientos a nuestros pacientes. Por ello, la opinión de una persona sin estar fundamentada científicamente no reviste una verdad”, sentenció.
Ivermectina: el antiparasitario descartado durante la pandemia
El nombre de esta droga se repitió en más de una oportunidad durante la pandemia por COVID-19. En ese momento, distintas figuras apuntaban a esta sustancia como posible cura contra el virus SARS-CoV-2. Sin embargo, distintos estudios científicos que se realizaron en el mundo descartaron su uso.
A modo de ejemplo, mientras el COVID-19 avanzaba por el mundo, la ivermectina generó expectativas como tratamiento potencial tras un estudio australiano que mostró inhibición del SARS-CoV-2 en laboratorio, aunque con dosis 35 veces superiores a las seguras en humanos.
Un aspecto que se vio influenciado tras un ensayo en Bangladesh que reportó una tasa de curación del 98 % al combinarla con doxiciclina. Sin embargo, investigaciones posteriores cuestionaron estos resultados iniciales. Un metaanálisis destacó inconsistencias en los estudios, señalando que investigaciones de calidad moderada o superior no hallaron beneficios significativos.
Entre la información más reciente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó en noviembre de 2023 sus directrices para tratar el COVID-19. En estas, desaconseja enfáticamente el uso de ivermectina para pacientes con cuadros leves, moderados o graves de la enfermedad, salvo en ensayos clínicos.
Además, un trabajo en Brasil, publicado en The New England Journal of Medicine (2022), y otro en Colombia, reportado en JAMA (2021), concluyeron que la ivermectina no reduce hospitalizaciones, tiempo de resolución de síntomas ni complicaciones. Es por ello que la OMS subraya que el uso de ivermectina no tiene base científica sólida.