No cesan los problemas en la cárcel La Modelo de Bucaramanga, pero esta vez no solo por la crisis sanitaria que vive por cuenta de un brote de tuberculosis, donde al menos 85 internos han sido diagnosticados con esta enfermedad, sino por la presunta negativa de recibir más reclusos en sus instalaciones.
Según se conoció, trabajadores del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) se habrían opuesto al traslado de más reclusos al penal, argumentando riesgos para la salud pública.
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El Sindicato de Empleados Unidos Penitenciarios (Seup) expresó su rechazo a la decisión de trasladar a 33 personas privadas de la libertad desde estaciones de la Policía Metropolitana de Bucaramanga hacia la cárcel Modelo.
Los funcionarios señalaron que la crisis sanitaria actual representa un peligro tanto para los internos como para el personal penitenciario. Este incidente ocurrió el viernes 28 de febrero, cuando los reclusos fueron llevados al penal, pero su ingreso fue presuntamente impedido por los trabajadores del Inpec.
“Queremos decirle a la Dirección Regional Oriente: no podemos aceptar este tipo de órdenes que van en contravía de la salubridad de los privados de la libertad y de la misma sociedad bumanguesa. La Secretaría de Salud de Bucaramanga son los que han venido y han hecho las pruebas y ellos mismos nos han enviado la alerta temprana de no ingreso”, señaló uno de los voceros de Seup.
Entretanto, la cárcel Modelo de Bucaramanga alberga a 2.123 internos, de los cuales aproximadamente el 3% ha sido diagnosticado con tuberculosis, una enfermedad causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis.
Aunque esta afección suele atacar principalmente los pulmones, también puede comprometer otros órganos como los riñones, la columna vertebral y el cerebro. Según los datos proporcionados, 54 de los casos detectados se encuentran en la fase inicial del tratamiento, mientras que 20 están en la fase II.
El sistema de vigilancia epidemiológica Sivigila registró 25 casos en 2024 y 49 en 2025. Sin embargo, 19 de los casos reportados en 2025 presentaron síntomas respiratorios desde finales de 2024, sin que se les garantizara un diagnóstico oportuno.
Esta demora en la atención ha sido motivo de críticas por parte de los familiares de los internos, que han utilizado las redes sociales para denunciar lo que consideran una falta de diligencia por parte de las autoridades.
Además, el Sindicato de Empleados Unidos Penitenciarios (SEUP) ha advertido sobre los riesgos que implica la llegada de nuevos reclusos a un penal que ya enfrenta una crisis sanitaria.
Según el sindicato, la propagación de la tuberculosis no solo pone en peligro a los internos, también a los trabajadores del sistema penitenciario, que comparten espacios cerrados y de alta densidad poblacional con los reclusos.
La tuberculosis es una enfermedad altamente contagiosa que se transmite a través del aire, especialmente en lugares con ventilación deficiente y condiciones de hacinamiento, como las cárceles.
Por su parte, los familiares de los internos han alzado la voz para exigir una mejor atención médica y medidas más efectivas para contener la propagación de la enfermedad.
Asimismo, Claudia Amaya, secretaria de Salud de Bucaramanga, señaló hace unos días que los retrasos en la realización de pruebas diagnósticas por parte de la IPS encargada han complicado la respuesta ante la emergencia.
La funcionaria explicó que la demora en los análisis de laboratorio ha dificultado la detección temprana de los casos, un factor crucial en un entorno de hacinamiento como el de la cárcel, donde los internos comparten espacios reducidos.
“Era necesario haber realizado las pruebas de laboratorio con mayor oportunidad, especialmente en un entorno de hacinamiento donde los internos comparten celdas estrechamente. Pese a ello, hemos recibido buena disposición del director del penal para facilitar nuestra labor”, afirmó Amaya, según testimonios recopilados por Blu Radio.