El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó este jueves que su país aplicará medidas recíprocas si el gobierno de Estados Unidos, liderado por Donald Trump, impone aranceles a los productos brasileños.
“Es muy simple. Si él grava los productos brasileños, habrá reciprocidad en Brasil a la hora de gravar los productos que son importados de Estados Unidos”, declaró Lula en una rueda de prensa en Brasilia.
El mandatario brasileño subrayó que Trump fue elegido para gobernar Estados Unidos, mientras que él fue elegido para dirigir Brasil, y en este sentido exigió “respeto” a la soberanía de su país.
“No me preocupo si va a pelear por Groenlandia, el Golfo de México o Panamá, lo que tiene que hacer es respetar la soberanía de otros países”, sostuvo Lula.
Las declaraciones del líder brasileño responden a recientes comentarios de Trump, quien acusó a Brasil, China e India de ser “tremendos creadores de aranceles” y de querer perjudicar la economía estadounidense.
“Vamos a imponer aranceles a países que realmente quieren perjudicarnos. Quieren perjudicarnos, aunque básicamente quieren hacer el bien a su país. Mira lo que hacen los demás: China es un tremendo creador de aranceles, India, Brasil y tantos otros países...”, advirtió el líder republicano en un evento esta semana.
A pesar de sus críticas, Lula reafirmó su intención de mantener la cooperación con Estados Unidos, calificándolo como uno de los principales socios comerciales de Brasil.
“Quiero mejorar esa relación, exportar más, importar más, si es necesario, y mantener la relación”, señaló. El líder brasileño expresó su disposición a reunirse con Trump en la próxima cumbre del G7, si es invitado, o durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.
Migrantes brasileños deportados
El viernes pasado, la administración de Donald Trump deportó a 88 migrantes brasileños. Estos llegaron a su país esposados en un vuelo que aterrizó en Manaos, la capital del estado de Amazonas.
A raíz de esto, el gobierno de Lula presentó una queja ante el presidente republicano por las condiciones en las que los migrantes fueron trasladados.
“Se presentará una petición de explicaciones al gobierno de Estados Unidos sobre el trato degradante a los pasajeros del vuelo”, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil en X.
El vuelo tenía como destino final Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais, pero tras hacer una parada en Manaos para repostar combustible, surgieron problemas con el sistema de aire acondicionado. La situación provocó un motín entre los pasajeros, algunos de los cuales activaron la puerta de emergencia, descendieron del avión y caminaron sobre un ala en señal de protesta.
El ministro de Justicia y Seguridad Pública, Ricardo Lewandowski, criticó el uso de esposas a los deportados, calificándolo de una “falta de respeto a los derechos fundamentales de los ciudadanos brasileños”.
En respuesta, ordenó que un avión de la Fuerza Aérea Brasileña transportara al grupo hasta Belo Horizonte, donde algunos denunciaron haber sido víctimas de maltratos por parte de agentes estadounidenses.
“Ni siquiera un perro merecía ser tratado así”, dijo uno de los deportados tras aterrizar en Brasil, detallando que pasó “casi 50 horas esposado, sin comer bien” y que llevaba “cinco días sin ducharse”.
El vicepresidente Geraldo Alckmin también respaldó la postura del gobierno y elogió la decisión de Lewandowski por medio de su cuenta de X. Además, destacó que la Constitución brasileña establece la “dignidad de la persona humana” y la “prevalencia de los derechos humanos” como principios fundamentales de la política exterior de Brasil.
(Con información de EFE)