El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se ha manifestado por primera desde que se golpeó la cabeza en el baño este sábado y que le ha impedido por seguridad trasladarse a Kazán, Rusia, para asistir a la cumbre de los BRICS. «Hay que esperar unos tres días para saber el alcance del golpe», ha contado.

En una conversación con el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) a la Alcaldía de Camaçari, en el estado de Bahía, Luiz Caetano, Lula le ha dicho que el golpe que sufrió fue consecuencia de una «torpeza más», pero que ha sido «grave».

«No afectó a zonas más delicadas. Cualquier cosa en la cabeza es muy fuerte. Estamos esperando porque los médicos han dicho que tengo que esperar al menos tres días, o cuatro para conocer el alcance del golpe», ha explicado Lula a Caetano, a quien ha llamado para desearle suerte en la segunda vuelta de las elecciones.

El pasado sábado, Lula ingresó en el hospital con un fuerte traumatismo en la cabeza. Si bien en ningún momento perdió el conocimiento, requirió de cinco puntos de sutura en la parte posterior. Por seguridad, los médicos desaconsejaron que viajara hasta Rusia, pero seguirá el evento a través de videoconferencia.

El encargado de liderar la comitiva brasileña será el ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Mauro Vieria.