Durante el verano, el calor intenso puede tener un impacto considerable en nuestro organismo, y uno de los efectos más frecuentes es la disminución de la presión arterial. Este fenómeno, conocido como hipotensión, puede provocar síntomas como mareos, debilidad, visión borrosa e incluso desmayos, lo que afecta el bienestar diario. Por ende, para prevenir estos malestares y sobrellevar mejor las altas temperaturas, es fundamental tomar algunas precauciones. A continuación, se dan a conocer una serie de recomendaciones esenciales para cuidar tu salud en los días de calor extremo.

Es importante tener en cuenta que la presión arterial es un indicador clave del funcionamiento de nuestro sistema circulatorio y, durante los días de calor extremo, puede verse alterada debido a la dilatación de los vasos sanguíneos. Este proceso, que ocurre como respuesta natural para regular la temperatura corporal, provoca una disminución en la presión arterial, lo que puede generar sensación de fatiga y malestar. Además, la pérdida de líquidos a través del sudor contribuye a una menor circulación sanguínea, lo que aumenta el riesgo de descompensaciones. Por eso, es crucial prestar atención a las señales del cuerpo y adoptar medidas que ayuden a mantener un equilibrio adecuado. A continuación, algunas de las recomendaciones más destacadas:

  • Hidratación constante

Tomar agua es un hábito clave, principalmente en los días de verano

El calor provoca una pérdida significativa de líquidos y minerales a través del sudor, lo que puede disminuir el volumen sanguíneo y reducir la presión arterial. Por eso, es bueno mantenerse hidratado durante todo el día, incluso si no se siente sed. Aunque el agua es la mejor opción, también se puede optar por infusiones frías, jugos naturales sin azúcar o bebidas ricas en electrolitos. Como consejo adicional, lo mejor es evitar el consumo en exceso de alcohol y bebidas con cafeína, ya que pueden contribuir a la deshidratación.

  • Alimentación balanceada

Es recomendable optar por comidas ligeras y en porciones más pequeñas, distribuidas durante el día, en lugar de consumir grandes cantidades de alimentos en una sola comida. Por ende, incorporar frutas y verduras frescas y con alto contenido de agua, como sandía, melón, pepino y tomate, ayudará a mantener la hidratación y a aportar minerales esenciales como el potasio, que son clave para equilibrar los líquidos en el organismo.

  • Ropa adecuada

Usar ropa ligera, de colores claros y confeccionada con tejidos naturales y transpirables, como el algodón o el lino, es fundamental para que el cuerpo pueda liberar calor de manera eficiente. Asimismo, hay que evitar las prendas ajustadas que impidan la circulación del aire y optar por calzado cómodo y fresco por la acumulación de calor.

  • Evitar la exposición prolongada al sol

Durante las horas de mayor radiación solar, que suelen ser entre las 11 y las 17 horas, es importante buscar lugares frescos y con sombra para descansar. En el caso de necesitar salir al sol, se debe proteger la cabeza con un sombrero o gorra y aplicar protector solar en las áreas expuestas de la piel. Estos cuidados son esenciales para prevenir golpes de calor y otras complicaciones relacionadas con el sol.

  • Actividad física moderada

Para evitar una caída brusca de la presión arterial, se recomienda hacer ejercicio de manera moderada

La actividad física intensa en días calurosos puede aumentar la deshidratación y generar caídas bruscas de presión arterial. Por eso, si se desea hacer ejercicio, hay que procurar hacerlo en horarios más frescos, como temprano por la mañana o al atardecer. Además, es fundamental hidratarse correctamente antes, durante y después del ejercicio para evitar cualquier descompensación.

  • Escuchar a tu cuerpo

Es crucial prestar atención a las señales del cuerpo. Por ejemplo, si se comienza a experimentar síntomas como mareos, debilidad o visión borrosa, es importante descansar inmediatamente en un lugar fresco y elevar las piernas para mejorar la circulación. Además, también hay que tomar agua para rehidratarse y, si los síntomas persisten, es fundamental consultar a un profesional médico.