Los gatos se convirtieron, al igual que los perros, en los mejores amigos del ser humano. La presencia de ellos en nuestro hogar puede garantizarnos un espacio libre de energías negativas. Sin embargo, son muy territoriales, así que si estás pensando en tener otra mascota, es necesario que sepas con qué animal no tendrá inconvenientes.

Los perros tienden a buscar más la aprobación y atención de sus dueños, mientras que los gatos pueden ser más selectivos en sus interacciones

Según el sitio web de Sanicat, marca de arena para gatos que se fabrica a partir de bentonita natural y minerales, los felinos pueden llevarse bien con animales que crezcan con ellos, sobre todo, si son de un tamaño similar, ya que su instinto cazador convierte en presas a los más pequeños. Por ejemplo, pueden ser agresivos con reptiles como lagartijas y serpientes.

El cariño entre perros y gatos es muy habitual en la convivencia

En caso de que sea al revés, es decir, que tengas un perro que es más grande que tu gato y no sabés cómo será la reacción al tener contacto, los especialistas brindan una serie de recomendaciones:

  • Mantener al perro con correa al principio.
  • Limitar el contacto entre el gato y el perro a momentos supervisados.
  • Permitir que el gato tenga un refugio seguro, como una habitación separada.
  • Mantener algunos rincones donde solo el gato pueda esconderse.
  • Es recomendable hacer el primer contacto en un ambiente neutral, fuera de casa.

Cada animal debe tener su espacio para alimentarse

Por otra parte, Purina tiene una serie de pasos para lograr el acercamiento, si es que el perro fue el segundo en llegar a casa:

  1. Asociar la llegada de la nueva mascota con algo bueno. Ofrecerles juguetes para que asocien el contacto con cosas buenas y de este modo se sientan menos amenazados por la presencia del otro.
  2. Pasar un buen rato con cada uno de ellos. Lo importante es que la mascota más antigua de la casa no se sienta excluida para no sentir celos con el recién llegado.
  3. Para el gato, colocar los tazones de agua y comida en lugares altos, donde el perro no pueda alcanzarlos, también es una forma de señalar que, aun con el nuevo miembro de la familia, no lo dejás de lado.

Así mismo, advierten que “en estos momentos, lo ideal es demostrar calma y tranquilidad” a los animales, ya que “nuestras acciones también son observadas por ellos e influyen en su comportamiento más de lo que nos imaginamos”.

Por último, algo no menos importante: es fundamental respetar sus individualidades. Un rincón para cada uno y atención individual en cada caso. Que ellos entiendan que la llegada de uno no desplaza al otro los hará sentirse a gusto. Si tu perro intenta comer la comida del gato, los etólogos recomiendan ubicar el tazón en un lugar al que no llegue el perro y que el arenero del gato o la colchoneta del can estén en distintos espacios.

Es importante que los dos animales se sientan mimados

El portal web Relax My Cat fue más allá y mencionó que los golden retrievers, los labradores y los beagles son las tres razas de perro con las que tu gato no tendrá inconvenientes. Pero sea cual fuera el animal que quieras incorporar al hogar, es necesario consultar con un veterinario de confianza para proporcionarle a tus mascotas su bienestar y felicidad.