Los gatos son, junto a los perros, uno de los animales favoritos para quienes buscan sumar un nuevo miembro a la familia. Esto es teniendo en cuenta que su carácter curioso e independiente los convierte en compañeros únicos, capaces de aportar tanto compañía como momentos de afecto. A menudo se perciben como animales autónomos, pero detrás de esa aparente independencia también necesitan atención y cuidado. En relación con esto, existen algunas señales que a veces son sutiles, pero que pueden indicar algún problema de salud. Y reconocer eso es fundamental para asegurar su bienestar en casa.
Por lo que dieron a conocer los expertos, los gatos organizan su día en tres actividades esenciales: comer, jugar y dormir. Esta rutina responde a su temperamento tranquilo y a su necesidad de evitar situaciones de estrés. Gracias a esta estructura, es posible notar rápidamente si un gato presenta algún problema de salud, ya que cualquier alteración en alguna de estas actividades básicas puede ser una señal de que algo no anda bien.
Los síntomas que pueden indicar que un gato está enfermo
Cuando los gatos se enferman, a menudo muestran cambios en su comportamiento, como dormir más, comer menos y volverse inactivos o apáticos. Si estos síntomas se acompañan de episodios adicionales, como vómitos o diarrea que persisten por más de 24 horas, es importante llevarlos al veterinario para una evaluación completa. Durante la consulta, el veterinario tomará la temperatura del gato, considerando que una fiebre se diagnostica cuando esta supera los 39,4°C. Además, examinará si el abdomen está hinchado y le preguntará al dueño sobre cualquier variación en su orina, como cambios en la frecuencia o la presencia de sangre, así como si el gato tuvo o no dificultades para defecar.
Por otro lado, el estado de su pelaje puede ser un indicador clave de su salud. Un pelaje opaco o sin brillo, junto con una pérdida gradual de peso y cambios en su condición física habitual, son síntomas que no deben pasarse por alto, ya que pueden señalar la presencia de una patología.
Además, es importante prestar atención a la postura y el comportamiento de tu gato, puesto que en el caso de notar que inclina la cabeza o parece deambular desorientado, esto podría ser un signo de problemas neurológicos o afecciones relacionadas con el oído o el sistema respiratorio. En algunos casos, estos problemas pueden ir acompañados de secreción ocular o mucosidad, lo que subraya la necesidad de una evaluación veterinaria para determinar la causa y recibir el tratamiento adecuado.
Otras señales a tener en cuenta
- Arcadas reiteradas: pueden ser causadas por obstrucciones en el estómago, esófago o intestino, o incluso por alguna enfermedad renal.
- Mal aliento: generalmente, está relacionado con problemas de salud dental, como infecciones en las encías.
- Tomar agua en exceso: esto puede ser motivo de preocupación, ya que podría indicar la aparición de diabetes, deshidratación o desnutrición.
- Aspecto de las heces: es crucial prestar atención a las heces que son más secas de lo habitual, que contienen parásitos, o que presentan un aspecto más líquido de lo normal.
- Rascado o lamido excesivo: este comportamiento puede señalar la presencia de parásitos, dermatitis o alergias estacionales.
- Irritabilidad o agresividad: puede ser un indicativo de dolor, malestar físico o factores psicológicos, como estrés y ansiedad.
- Cambios en el apetito: un aumento o disminución en el apetito puede ser señal de problemas de salud subyacentes, como enfermedades metabólicas o gastrointestinales.
- Letargo o falta de energía: cuando un felino muestra una disminución notable en su actividad usual, puede estar experimentando un problema de salud que requiere atención veterinaria.
- Cambios en la vocalización: un aumento en los maullidos o vocalizaciones inusuales puede indicar incomodidad, ansiedad o problemas de salud.