Foto de archivo del papa Francisco

Después de su última crisis de broncoespasmo, las condiciones clínicas del papa han recuperado una cierta estabilidad, pero sigue necesitando ventilación mecánica no invasiva, informa el Vaticano.

A lo largo del día de hoy ha alternado ese tipo de ventilación con el tratamiento con oxígeno de altos flujos por cánulas que había estado siguiendo en los últimos días. No tiene fiebre y no ha sufrido nuevos episodios de broncoespasmo.

Este sábado “el Santo Padre está apirético (es decir, sin fiebre) y no muestra leucocitosis (recuento alto de glóbulos blancos que significa que hay demasiados leucocitos circulando por la sangre, por lo general, debido a una infección)“, informa el Vaticano en su último parte de salud.

Fuentes vaticanas apuntan que los médicos expresan una cierta cautela todavía para sacar más conclusiones de su estado de salud y de las consecuencias que ha tenido la crisis de broncoespasmo que sufrió el viernes por la tarde; por eso el equipo médico sigue manteniendo un pronóstico reservado y se dan unas horas para dar más detalles.

Sus parámetros hemodinámicos (referidos a la sangre) se han mantenido estables, ha comido (puede comer sólido), y ha participado activamente en la fisioterapia respiratoria.

Su humor es bueno. El Vaticano apunta a que está orientado y consciente: de hecho, esta tarde ha recibido la eucaristía y después se ha dedicado 20 minutos a la oración en la capilla del hospital, lo que significa, confirman desde la Santa Sede, es que se puede mover y desplazar (con dificultad, pero la misma o parecido con la que lo hacía antes de ser ingresado). La jornada de hoy ha consistido en descansar y recuperarse y no se ha dedicado a trabajar como ha estado haciendo en estos últimos días.

El pontífice sufrió ayer un broncoespasmo con inhalación de vómito que obligó al equipo médico a intervenir rápidamente con una broncoaspiración y ventilación mecánica no invasiva. Esta noche la ha pasado tranquilo y ahora está descansando, informa el Vaticano.

Este viernes se cumplieron dos semanas desde que el papa Francisco fue hospitalizado el pasado 14 de febrero en el hospital Policlinico Gemelli de Roma a causa de una infección respiratoria polimicrobiana (es decir, una mezcla de virus y bacterias y otros organismos), que pronto se confirmó como una neumonía bilateral en ambos pulmones, lo que requería medicación adicional.