En el Capitolio de los Estados Unidos, no solo se debate sobre leyes y políticas, sino también sobre qué bebida energética ofrecer para mantener despiertos a los legisladores y periodistas durante las intensas jornadas de trabajo.

La bebida en cuestión es Celsius, una marca que, en los últimos años, ganó una sorprendente popularidad en los pasillos del Congreso. Pero detrás de su éxito, surgen preguntas y polémicas que vale la pena explorar.

La representante Anna Paulina Luna (republicana de Florida) con una lata de Celsius en la Cámara de Representantes (Mark Schiefelbein/AP)

Una bebida energizante que se convirtió en un símbolo cultural

En el sótano de la Cámara de Representantes, una máquina expendedora blanca con pantalla de alta definición, a menudo vacía antes de lo previsto, se convirtió en un símbolo de la cultura energética del Capitolio. La máquina vende latas de Celsius, que rápidamente se convirtieron en un imprescindible para aquellos que buscan un impulso de energía durante las largas sesiones legislativas.

La bebida contiene 200 mg de cafeína por lata y fue adoptada tanto por políticos como por periodistas, quienes encuentran en ella una alternativa más efectiva que el café para mantenerse alerta durante las maratones políticas, según explican desde The Washington Post en un artículo titulado: “El Gobierno de Estados Unidos funciona con Celsius. Basta con preguntarle a cualquiera en el Capitolio”.

Una pausa energética en medio del trabajo: la máquina expendedora del Capitolio siempre lista para recargar fuerzas a todos (Foto X @victoriaregisk)

Celsius, que fue lanzada inicialmente en Suecia en 2009 y dirigida a un público femenino, ganó terreno entre los hombres, especialmente en el ámbito político. Su sabor refrescante y la promesa de una fórmula que aumenta el metabolismo la convirtieron en una opción popular para aquellos que necesitan una dosis rápida de energía sin los efectos secundarios que a veces producen otras bebidas energéticas.

Las polémicas en torno a Celsius

A pesar de su éxito, Celsius no está exenta de controversias. Una de las más recientes surgió cuando un influencer en redes sociales acusó a la bebida de contener niveles peligrosos de cianuro, lo que generó un gran revuelo entre los consumidores, de acuerdo con Euronews.

Sin embargo, estas afirmaciones fueron rápidamente desmentidas. La bebida contiene cianocobalamina, una forma sintética de vitamina B12, que puede liberar pequeñas cantidades de cianuro, pero en niveles que son completamente seguros para el consumo humano. Según expertos, los niveles de cianuro en Celsius son muy bajos y están por debajo de los encontrados en otras bebidas energéticas comunes, como Monster y Red Bull.

Aunque la bebida cumple con las regulaciones alimentarias tanto en EE.UU. como en la Unión Europea, la creciente popularidad de Celsius generó preocupaciones sobre sus efectos a largo plazo, especialmente debido a su alto contenido de cafeína y su capacidad para aumentar el metabolismo.

A pesar de las afirmaciones de la marca de que sus efectos termogénicos fueron respaldados por estudios, estas investigaciones fueron financiadas por la propia compañía, lo que ha generado escepticismo en algunos sectores.

Un hábito arraigado en el Capitolio

Lo que comenzó como una bebida energética dirigida al mercado de los atletas evolucionó hasta convertirse en un fenómeno de consumo en el Capitolio. Políticos de ambas partes, incluidos el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, y la senadora Joni Ernst, son conocidos por su consumo habitual de Celsius. Algunos, como la senadora Cynthia Lummis, se convirtieron en verdaderos embajadores de la marca, asegurándose de tener siempre una reserva de la bebida en sus oficinas.

Entre Juramentos Ceremoniales, El Presidente Johnson Toma Un Sorbo De Celsius Video X @HowardMortman

Para muchos en el Capitolio, Celsius no es solo una bebida energética; es una necesidad diaria. Los reporteros que cubren el Congreso, los legisladores que participan en intensos debates y hasta el personal de apoyo confían en esta bebida para mantener el ritmo en su apretada agenda. “Es como un ritual”, afirma un miembro del personal del Senado. “Si no tengo mi dosis de Celsius, no puedo rendir al máximo”.

A pesar de las controversias y los debates sobre su seguridad, lo cierto es que Celsius encontró un nicho de mercado en el Capitolio de EE.UU. y se convirtió en un símbolo de la energía y el ritmo frenético de la política estadounidense.