Los partidos de la oposición de Georgia han convocado este lunes una nueva jornada de protestas para exigir la apertura de una investigación internacional por presunto fraude electoral tras las elecciones parlamentarias celebradas el pasado 26 de octubre y que han levantado la polémica en el país, donde varias formaciones aún no han reconocido la victoria del gubernamental Sueño Georgiano.
Está previsto que los asistentes se reúnan sobre las 17.00 (hora local) para dar comienzo a una marcha que terminará en el Parlamento, situado en el centro de Tiflis, la capital de Georgia.
Esta manifestación tendrá lugar nueve días después de que se celebraran los comicios, si bien cuatro partidos siguen sin aceptar el resultado oficial anunciado por la Comisión Electoral. Así, sostienen que se ha producido una «falsificación masiva» de votos y piden una repetición electoral «bajo control internacional».
La Coalición para el Cambio y el Movimiento Nacional de Unidad han participado en los preparativos, de los cuales no han formado parte los miembros del partido Por Georgia, que ha dicho estar «centrada en obtener pruebas del fraude electoral», según informaciones del portal de noticias News Georgia.
Varios medios de comunicación afines a la oposición han asegurado que las acciones de este lunes serán declaradas «indefinidas», si bien se trata de la segunda protesta convocada en el país tras las elecciones. La primera tuvo lugar el pasado 28 de octubre después de que se conocieran los resultados preliminares.
La propia presidenta del país, Salome Zurabishvili, rechazó los resultados, cuestionados también por la Unión Europea y Estados Unidos. La situación ha llevado incluso a la detención de dos personas por supuestas irregularidades, según ha informado el Ministerio del Interior.
Por su parte, Sueño Georgiano ha rechazado las acusaciones vertidas en su contra y ha reprochado a Zurabishvili su actitud, al tiempo que ha hecho lo propio con la Unión Europea, que ha suspendido ‘de facto’ su proceso de adhesión al considerar que las autoridades del país no habían mostrado interés en aplicar las reformas necesarias para ingresar al bloque comunitario.