Desde que se descubrió el 27 de diciembre del año pasado al asteroide 2024 YR4, la comunidad científica está en vilo por el posible impacto que tendría en la Tierra el 22 de diciembre de 2032 (y si es que llega a concretarse). En un intento de conocer en detalle más sobre el cuerpo estelar, la NASA adelantó cuál será la fecha clave que podría cambiar la perspectiva del asunto.

El meteorito se halló en el marco del proyecto ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) desde una de las sedes del Minor Planet Center en Chile. Debido a los informes preliminares, se ubicó a este cuerpo en la posición “3” de la Escala de Riesgo de Turín, al poseer un 2,3% de probabilidad de que colisione con la Tierra, es decir, de 1 en 43.

Imagen real del movimiento del 2024 YR4

En uno de los artículos que publicó la NASA en su sitio oficial, destacó una fecha clave: el Telescopio Espacial James Webb observará en los primeros días de marzo a 2024 YR4 con el motivo de recopilar datos específicos y certeros. Este será el momento bisagra, ya que los científicos podrán entender las dimensiones y la órbita.

De momento se explicó que el asteroide posee un ancho de entre 40 a 90 metros y que, de colisionar con nuestro planeta, causaría daños en un perímetro de 2150 kilómetros cuadrados, similar al que provocó el meteorito de Tunguska en 1908 sobre el bosque siberiano.

Desde la agencia espacial remarcaron que la elección de ese mes fue adrede, en particular porque los telescopios convencionales no logran captar con precisión la luz que emana el cometa. Cabe remarcar que, cuanto más luz refleja, más grande será su tamaño. Además, insistieron en que en mayo, el telescopio James Webb volverá a enfocar su dirección a 2024 YR4, ya que en abril se perderá de vista por los aparatos instalados en la Tierra. Esto servirá para estudiar cuánto cambió su posición.

En los primeros días de marzo el Telescopio James Webb de la NASA observará al asteroide 2024 YR4

Gracias a los sensores infrarrojos del telescopio espacial, los astrónomos podrán conocer también el calor que irradia, lo que proporcionará una mejor idea de qué es lo que enfrenta la raza humana.

Por último, se destacó que el 17 de diciembre del 2028 el asteroide volverá a ser visible de manera definitiva, ya que su circulación estará cerca de nuestro mundo. Aquella será la aproximación más nítida hasta la del 2032.

Es importante remarcar que la peligrosidad del asteroide no representa un riesgo mayor. Los datos que brindó la NASA, al igual que Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), tratan de concientizar a la población y no causar una alarma, ya que en general este tipo de fenómenos astronómicos luego se descarta, como sucedió en anteriores ocasiones con cometas tan grandes como este.

De igual manera, subrayó que el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra, encargado de seguir al cometa, no descartó la idea de que su probabilidad de impacto continúe aumentando.

En cuanto a la zona de riesgo, todavía es impertinente realizar afirmaciones, coincidieron los expertos, pero puntualizaron que el impacto sería en una zona local y desarrollaron una lista de los probables sitios:

  • Océano Pacífico oriental: un impacto en esta zona podría provocar tsunamis de gran magnitud.
  • Norte de Sudamérica: países como Colombia, Venezuela y Ecuador estarían en riesgo si el asteroide impacta en tierra firme.
  • Océano Atlántico: al igual que en el Pacífico, un impacto en esta área generaría grandes olas con posibles efectos en las zonas costeras.
  • África: países como Nigeria, Camerún y la República Democrática del Congo podrían verse afectados.
  • Mar Arábigo: un impacto en esta zona podría tener consecuencias para países como Omán, Pakistán e India.
  • Sur de Asia: regiones de India y Bangladesh también se encuentran dentro del área de posible impacto.