El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, solicitó el martes al Congreso aprobar una ley que imponga la pena de muerte obligatoria a quienes asesinen a oficiales de policía. Durante su discurso ante una sesión conjunta del poder legislativo, insistió en la necesidad de endurecer las penas contra criminales reincidentes y destacó su compromiso con la seguridad pública. En este punto, el mandatario sostuvo que esta medida disuadirá futuros ataques contra agentes del orden y reforzará la protección de las fuerzas de seguridad en todo Estados Unidos.

La orden ejecutiva de Trump sobre la pena de muerte para criminales que asesinen policías

Durante su discurso en el Congreso, Trump hizo el anuncio de esta nueva iniciativa en presencia de Stephanie Diller, viuda del oficial del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD, por sus siglas en inglés) Jonathan Diller, asesinado durante un operativo de tránsito en marzo de 2024.

Trump Pide Pena De Muerte

El mandatario recordó que el 20 de enero de 2025, cuando asumió su segundo mandato presidencial no consecutivo, firmó la orden ejecutiva titulada “Restaurar la pena de muerte y proteger la seguridad pública”. Ahora, busca que el Congreso apruebe una legislación que haga obligatoria la pena capital en estos casos.

“Ya firmé una orden ejecutiva que exige la pena de muerte obligatoria para cualquiera que mate a un policía. Esta noche le pido al Congreso que apruebe esa política”, expresó Trump, que subrayó la urgencia de la medida y citó casos de agentes asesinados por delincuentes con un largo historial delictivo.

“Tenemos que sacar a estos asesinos de nuestras calles. Son criminales reincidentes con múltiples arrestos que siguen cometiendo delitos violentos. Empujan a personas a las vías del metro, golpean a inocentes con bates de béisbol. Tenemos que detenerlos”, agregó.

Antecedentes: la pena de muerte en Estados Unidos y el respaldo de Donald Trump

Durante su primer mandato, Trump impulsó la pena de muerte a nivel federal. En ese entonces, supervisó 13 ejecuciones, la cifra más alta para un presidente de EE.UU. Sin embargo, en 2021, el gobierno de Joe Biden suspendió las ejecuciones federales.

ARCHIVO - La cámara para ejecuciones en la institución de máxima seguridad de Idaho, en Boise, Idaho, el 20 de octubre de 2011. (AP Foto/Jessie L. Bonner, archivo)

Ahora, Trump busca que su política se convierta en ley. Para esto, ordenó al Departamento de Justicia que priorice la pena capital en homicidios contra oficiales de policía y agilice los procesos judiciales para evitar largas apelaciones, bajo el argumento que es una medida necesaria para restaurar el orden y disuadir el crimen violento.

Tras imponerse en las elecciones de noviembre pasado, había adelantado que buscaría intensificar el uso de la pena de muerte. “Tan pronto como tome posesión, ordenaré al Departamento de Justicia que aplique enérgicamente la pena de muerte para proteger a las familias y los niños estadounidenses de violadores violentos, asesinos y monstruos”, enfatizó en diciembre de 2024.

La pena de muerte en Florida, obligatoria para inmigrantes ilegales que cometan esos crímenes

Mientras Trump busca reinstaurar la pena de muerte a nivel federal, varios estados, como Florida, han endurecido sus leyes. El gobernador Ron DeSantis promovió reformas que afectan principalmente a los inmigrantes indocumentados e impuso penas más severas para aquellos extranjeros ilegales involucrados en delitos graves. Entre estas nuevas normativas se encuentra la pena de muerte, una medida que generó un intenso debate sobre su efectividad y constitucionalidad.

 El gobernador Ron DeSantis impuso penas más severas para aquellos involucrados en delitos graves

En específico, la nueva legislación de Florida establece la pena de muerte automática para los inmigrantes indocumentados condenados por delitos capitales, como asesinato o violación infantil, así como también en otros crímenes que resulten en el fallecimiento de la víctima. Esta pena se aplica únicamente a los extranjeros ilegales, mientras que para los ciudadanos estadounidenses la máxima sentencia es una opción, no una obligación.