El juego de la luz no solo se aplicó a las tonalidades de la playa de la Malvarrosa. Las calles de París, con sus cielos y terrazas, sus tejados grisáceos y su escasez de tonalidades azules, también fue un escenario idílico en el que Joaquín Sorolla encontró un espacio para la inspiración. Uno de sus lienzos, considerado como desaparecido hasta hace relativamente poco y que plasmaba una de las boyantes cayes de la capital francesa, ha resurgido después de más de un siglo. Por primera vez en 134 años, el cuadro Boulevard de París, una obra que fue expuesta en la Exposición Nacional y vendida en 1890, se muestra al público.
Lo hace en la exposición Sorolla, cien años de modernidad, que se podrá visitar hasta el 16 de febrero de 2025 en la Galería de las Colecciones Reales en Madrid. Esta muestra culmina los más de doce meses de homenajes pictóricos hacia uno de los grandes maestros de la pintura española, que en 2023 obtuvo un más que merecido reconocimiento por parte de diversas instituciones culturales y organismos públicos con motivo de su centenario (el ‘Año Sorolla’).
La gran novedad de la exposición que pone el broche de oro a la celebración es la presentación de este lienzo, que se pintó entre 1889 y 1890 en una de las visitas del pintor valenciano a París. “La obra inmortaliza uno de los innumerables cafés de los bulevares parisinos y el discurrir de las multitudes en la ciudad”, ha señalado la galería en un comunicado. “Sorolla presentó la obra en la Exposición Nacional de 1890, donde su singularidad la diferenció inmediatamente de la pintura española de la época”, añaden.
Blanca Pons-Sorolla, bisnieta del pintor y comisaria de la exposición, considera que en Boulevard de París “llama la atención la composición panorámica de la obra, muy fotográfica, sin preocuparse por las figuras recortadas de los extremos que le dan una frescura al cuadro y que son aviso de lo que en adelante haría de forma más rotunda”. El lienzo es una de las 77 obras totales que componen la muestra de la Galería de las Colecciones Reales. “El dibujo es muy preciso, las pinceladas contenidas y los detalles tienen un verdadero virtuosismo que define la pintura más cuidada y definida de sus primeras obras”, ha añadido Pons-Sorolla, experta en la colección de su bisabuelo.
Sorolla, cien años de modernidad, que ahonda en la capacidad del artista de adelantarse a la técnica pictórica moderna, es testamento de por qué Sorolla se convirtió, no sólo en uno de los grandes artistas impresionistas de la época, también en uno de los pintores españoles con mayor proyección internacional. La exposición está organizada por Patrimonio Nacional y Light Art Exhibitions en colaboración con el Museo Sorolla y la Fundación Museo Sorolla.
Las pinturas expuestas proceden de las instituciones que atesoran las colecciones del artista, como el ya mencionado Museo Sorolla y la Fundación Sorolla, la Hispanic Society of America, el Museo del Prado o el Museo de Bellas Artes de Asturias y la Colección Pedro Masaveu. También hay obras procedentes de algunas de las pinacotecas más notorias, como el Musée d’Orsay, de fundaciones como Colección Carmen Thyssen-Bornemisza y de colecciones particulares nacionales e internacionales, entre otras, de México y Estados Unidos.