Coch Bach y Bala, conocido como el

En pleno siglo XIX, Gales fue testigo de un hombre que se convirtió en un símbolo de ingenio, desafío y rebeldía al hacer frente a un sistema judicial implacable.

John Jones, conocido como Coch Bach y Bala, fue un ladrón y maestro del escape cuya astucia lo llevó a ser comparado con Harry Houdini.

Este personaje singular, que su historia fue documentada por BBC History, dejó una huella imborrable en la cultura popular galesa gracias a sus espectaculares fugas de prisión y por enfrentarse constantemente con la autoridad.

La policía de la época, limitada por recursos y métodos rudimentarios, enfrentó el desafío constante de capturar a un hombre que parecía siempre un paso adelante

Infancia y primeros pasos hacia el delito

John Jones nació probablemente en 1854 en Llanfor, una pequeña localidad de Gales, y fue criado por su abuela en un entorno rural marcado por la pobreza.

Desde temprana edad, demostró una inclinación hacia el robo, una actividad que desarrollaba con ingenio. Según BBC History, a los seis años ya robaba huevos y pequeños objetos que escondía en muros y arbustos para recuperarlos más tarde. Este patrón, que sería recurrente en su vida, reflejaba una mente metódica y calculadora.

Su primer enfrentamiento con el sistema judicial ocurrió en 1871, cuando fue condenado a un mes de prisión por caza furtiva, un delito común en las zonas rurales de la época.

Dos años después, en 1873, recibió una sentencia de seis años por el robo de 15 chelines, una pena desproporcionada que ilustraba la dureza del sistema legal. Liberado en 1878 por buena conducta, Jones no tardó en reincidir, participando en altercados con la policía en Bala a finales de ese mismo año.

La iglesia parroquial de Llanfor, cerca de Bala, testigo del nacimiento de John Jones, se mantiene como un recordatorio histórico de sus orígenes humildes (Wikipedia)

La escapatoria que lo convirtió en leyenda

El punto de inflexión en su vida llegó en octubre de 1879, cuando fue acusado de robar relojes en Llanfor y Llanycil. Arrestado en Oswestry tras ser visto mostrando los relojes robados en un bar, Jones negó las acusaciones y desafió a las autoridades a probar su culpabilidad.

Según el análisis de BBC History, esta actitud desafiante era característica de su personalidad.

Mientras esperaba el juicio en la prisión de Ruthin, protagonizó su primera fuga espectacular.

Aprovechando un momento de descuido de los guardias, Jones logró abrir varias puertas y salir por la entrada principal. Este acto, que dejó a las autoridades en ridículo, fue el inicio de su leyenda como “el Houdini galés”.

Relatos populares, aunque no confirmados, sostienen que evadió la captura disfrazándose de anciana, un detalle que añadió un aire casi teatral a su historia.

La celda en la prisión de Ruthin donde estuvo recluido Coch Bach era pequeña, fría y austera, pero no lo suficiente para contener su ingenio y determinación de escapar (Wikipedia)

Juicios y condenas: un ciclo interminable

Jones no solo era un maestro del escape, sino también un hábil manipulador del sistema judicial. Durante su juicio en Dolgellau en 1880, se defendió a sí mismo, empleando tácticas destinadas a confundir al jurado y prolongar el proceso.

Sin embargo, fue condenado a 14 años de prisión, lo que no impidió que nuevamente recuperara su libertad antes de cumplir la totalidad de su sentencia.

En 1891, tras ser liberado, volvió a ser arrestado por una nueva serie de robos. La reincidencia marcó su vida, pero también su resistencia ante un sistema que parecía no intimidarlo.

Este ciclo constante de delitos y detenciones consolidó su fama como un hombre indomable, cuyas escapatorias desafiaban las expectativas.

Hoy, la prisión de Ruthin, donde Coch Bach protagonizó una de sus fugas más famosas, fue transformada en un atractivo turístico que relata las historias de sus reclusos más notorios

El ocaso de un escapista

En 1906, su historia dio un giro más oscuro al ser acusado de un ataque violento contra una anciana, Sarah Jones.

Según la documentación de BBC History, este incidente empañó su reputación, llevándolo a cumplir una sentencia de siete años en la prisión de Dartmoor.

Aunque siempre había evitado los crímenes violentos, este caso marcó un punto de inflexión en la opinión pública sobre él.

Su última gran fuga ocurrió en 1913, tras ser arrestado por robar en una oficina de abogados en Bala. En un acto de ingenio característico, perforó la pared de su celda en la comisaría y escapó.

Más tarde, evadió la prisión de Ruthin descendiendo con una cuerda improvisada hecha con ropa de cama. Durante días se escondió en los bosques cercanos, pero fue descubierto por Reginald Bateman, quien, creyendo que Jones estaba armado, le disparó en la pierna. La herida resultó fatal, y Jones murió desangrado en el lugar.

John Jones encontró su trágico final en 1913. Sus restos descansan en el cementerio de Llanelidan, donde su leyenda sigue viva entre las lápidas

El legado de Coch Bach y Bala

La figura de John Jones trascendió los límites de su vida para convertirse en un símbolo cultural en Gales.

Aunque sus crímenes eran innegables, su habilidad para escapar de situaciones imposibles, su desafío constante a la autoridad y su carisma lo convirtieron en un personaje fascinante. BBC History lo describe como un hombre “astuto, capaz y verdaderamente talentoso”, una opinión que refleja la dualidad de su legado.

Enterrado en el cementerio de Llanelidan, Coch Bach y Bala sigue siendo recordado como un hombre que, a pesar de sus defectos, desafió las normas de su tiempo y dejó una marca en la memoria colectiva.

Su historia es un testimonio de cómo la audacia y el ingenio pueden transformar a un criminal en una leyenda.