Un nuevo caso de violencia de género causó indignación en el país, pues una mujer de la comunidad indígena embera fue víctima de un intento de feminicidio en una zona rural del municipio de Urrao, en el departamento de Antioquia. Según informó la Gobernación, la víctima sufrió graves heridas en la cabeza y las manos con un arma blanca, aunque se encuentra estable y recibe atención médica y psicológica. Sin embargo, se informó que el agresor aún no ha sido capturado, lo que llevó a la comunidad y colectivos feministas a exigir una pronta judicialización.
De acuerdo con declaraciones del gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, el ataque ocurrió en una zona rural del popular municipio, lo que complicó la atención inmediata a la víctima, pero después de la activación de los protocolos de emergencia, la mujer fue trasladada para recibir tratamiento médico oportuno. Del mismo modo, el mandatario regional calificó el hecho como “una tragedia” y reiteró la importancia de no normalizar ningún tipo de violencia contra las mujeres.
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Pese a que se informó que la mujer indígena está recibiendo acompañamiento integral para su recuperación física y emocional, la situación fue rechazada por los ciudadanos que piden acciones, debido a que el agresor continúa en libertad, por lo que las autoridades departamentales hicieron un llamado urgente a la Fiscalía General de la Nación para que se aceleren las investigaciones y se logre la captura del responsable. Este caso pone nuevamente en evidencia la vulnerabilidad de las mujeres en comunidades rurales y la necesidad de fortalecer los mecanismos de protección y justicia en estas zonas.
Cabe mencionar que el ataque contra la mujer embera no es un hecho aislado, sino que forma parte de la problemática de violencia de género en Colombia. Las organizaciones indígenas informan que las mujeres enfrentan múltiples formas de violencia, agravadas por su condición de vulnerabilidad en contextos rurales y por la falta de acceso a sistemas de justicia eficaces.
El intento de feminicidio en Urrao no es el único caso de violencia contra mujeres indígenas, pues hace algunos meses, un video que circuló en redes sociales mostró a una mujer indígena que fue golpeada en un albergue ubicado en el centro de Bogotá.
Aunque las imágenes evidenciaron el maltrato, la víctima decidió no presentar una denuncia formal contra su agresor por ser líder de su comunidad, lo que resalta las barreras que enfrentan las mujeres indígenas para acceder a la justicia, además del temor a represalias y la falta de confianza en las instituciones.
Estos casos se convierten en un nuevo llamado para abordar de manera integral la violencia de género en Colombia, con especial atención a las comunidades indígenas; así como de promover campañas de sensibilización que permitan erradicar las prácticas de violencia normalizadas en algunas comunidades.
Ante el caso de la mujer embera en Urrao, la Gobernación de Antioquia ha insistido en que este tipo de hechos no pueden quedar impunes e hizo un enfático llamado a la ciudadanía para que denuncie cualquier acto de violencia contra las mujeres y así se contribuya a la construcción de una sociedad más equitativa y libre de violencia.
La violencia de género sigue siendo una de las principales problemáticas sociales en Colombia, pues 2024 terminó como el año más violento desde que el Observatorio de Feminicidios en el país tiene registros, lo que demuestra las fallas en el sistema de justicia y la importancia de trabajar en la prevención y en la transformación de las dinámicas culturales en diferentes zonas del país para eliminar la violencia contra las mujeres.