Paleontólogos de la Universidad de Yale, en los Estados Unidos, descubrieron una nueva especie que existió hace 450 millones de años. Esto sucedió en el estado de Nueva York y el proceso de fosilización implicó la infiltración de pirita, conocida popularmente como “oro de los tontos”, por lo que la noticia se hizo viral al referirse al animal como completamente hecho de este elemento químico.
A la nueva especie se la denominó Lomankus edgecombei y sería pariente lejano de los cangrejos herradura, las arañas y los escorpiones actuales, según indicó el artículo de la institución académica que se publicó en su sitio oficial a finales de octubre.
Este animal vivió en el estado de Nueva York cuando estaba cubierto de agua. Los científicos describieron que “no tenía ojos y sus pequeños apéndices delanteros eran ideales para hurgar en los sedimentos oscuros del océano”.
Lo llamativo de su descubrimiento es que “también es de oro brillante” gracias a las capas de pirita que se infiltraron en sus restos. Resulta que este mineral se encuentra en una zona de abundancia de fósiles en la ciudad estatal de Roma, conocida como Beecher’s Bed.
Se comprobó que la pirita ocupó las arterias y estructura ósea del Lomankus antes de que se desintegraran, lo que ayudó a conservarlo de forma casi óptima hasta nuestros días.
“Estos fósiles notables muestran cómo la rápida sustitución de las delicadas características anatómicas de la pirita antes de su descomposición, que es una característica distintiva del lecho de Beecher, preserva evidencia crítica de la evolución de la vida en los océanos hace 450 millones de años”, expresó Derek Briggs, profesor de Ciencias de la Tierra y Planetarias en la Facultad de Artes y Ciencias de Yale.
El docente de Yale dijo que el animal extinto perteneció a un grupo de artrópodos que ya no existen más, llamado Megacheira y que “su evolución fue significativa en diferentes maneras”. “Lomankus tenía una cabeza adaptable y apéndices especializados (como las garras de un escorpión y los colmillos de una araña)”, explicó.
En tanto, sus apéndices delanteros poseían “un trío de flagelos largos, flexibles y similares a látigos” que pudieron ser utilizados para percibir el entorno y detectar comida.
Por su parte, Luke Parry, exinvestigador postdoctoral de Yale, profesor de la Universidad de Oxford y partícipe de la investigación, indicó: “Los artrópodos suelen tener uno o más pares de patas en la parte delantera del cuerpo que están modificadas para funciones especializadas, como detectar el entorno y capturar presas. Estas patas especiales los hacen muy adaptables, algo así como una navaja suiza biológica”.
Incluso, los fósiles de los Lomankus ayudaron a comprender que los megacheiras continuaron un camino de evolución y se diversificaron durante más tiempo de lo que se creía anteriormente. Esta especie de artrópodo es uno de los pocos que se conoce: existió “más allá del Período Cámbrico (hace entre 485 y 541 millones de años) y hasta el Período Ordovícico (hace entre 443 y 485 millones de años) “.
“La conservación es notable. La densidad de la pirita contrasta con la de la lutita en la que estaban enterrados. Sus detalles se extrajeron mediante tomografía computarizada [TC], que nos proporcionó imágenes en 3D de los fósiles”, concluyó Briggs.
Lomankus fue donado al Museo Peabody por un coleccionista de fósiles chino. Yu Liu de la Universidad de Yunnan en China y coautor del estudio, rescató los restos de este animal extinto y lo acercó a los paleontólogos de Yale para profundizar la investigación sobre su origen.