Rasca y gana (Adobe Stock)

Ganar un premio en los juegos de azar siempre es sinónimo de alegría entre familiares y agraciado. Alzarse con una alta suma de dinero de forma inesperada es una de las mejores noticias que alguien puede recibir. Sin embargo, también puede ser motivo de disputas entre los allegados y el agraciado por el reparto, el gasto y el qué hacer con las ganancias. Este ha sido el caso de un joven de 22 años, que ha sido agraciado con un bote superior a 24.000 euros. A pesar de ello, le ha supuesto una discusión con su entorno más cercano por la partición del dinero.

La manera en la que ha ganado la lotería ha sido surrealista, digna de una película de la gran pantalla. Según ha informado el medio estadounidense Newsweek, el joven habría ganado los más de 24.000 euros tras un intercambio con uno de sus primos de uno de los premios obtenidos tras un juego en la cena familiar. Por ese hecho, tras ser premiado, los familiares quisieron deshacer sus cambios, pero sin éxito alguno. “La regla era que todos los intercambios eran definitivos”, explica él.

Un juego, un cambio y un boleto premiado que divide la familia

Tras disputar el tradicional juego del Elefante Blanco, el joven, conocido como OP, había obtenido cuatro regalos. Sin embargo, había uno de ellos que no ba a usar: una tarjeta de 50 dólares para la cadena de cafés de Starbucks. Así, decidió negociar con su primo un cambio de ese bien, que obtuvo respuesta positiva. De esa forma, se intercambiaron el cheque regalo por los boletos de lotería, que tenían el mismo valor.

Aunque en un primer momento todo iba bien, todo empezó a torcerse cuando una de las participaciones tenía un premio valorado en algo más de 24.000 euros. No obstante, en un primer momento se preocupó por la familia, pero ninguno tenía problemas económicos. Ante ese hecho, decidió darles 250 dólares a cada una de las personas que asistieron a la fiesta navideña, lo que supuso un problema, tanto para los que fueron como para los que no. “Para unas 30 personas que asistieron, eso son 7.500 dólares, pensé que era justo”, explica.

Tras un tiempo de intercambio de pareceres, finalmente se rompieron los acercamientos de postura por parte de los dos frentes. “Después de unos 30 minutos de discusión, me enojé y dejé de negociar”, sentencia el joven, que decidió no dar ni un céntimo tras la disputa.

Todo para él, una inversión y parte de la familia molesta

Después de su intento de reparto fallido, OP decidió quedarse con todo y pensar en él y en su futuro más inmediato. “Me quedé con todo el dinero, ahorré una parte (15.000) e invertí el resto”, comunicó el joven de 22 años. “Muchos de mis familiares todavía están molestos conmigo, incluso me llaman cruel y desalmada. Les dije que si 250 dólares no son suficientes de un límite de 100, ellos son los egoístas”, recuerda en desacuerdo con lo que sus familiares pensaban de su ofrenda.