FLORIANÓPOLIS (De un enviado especial).- Las lluvias que azotaron la ciudad dejaron un rastro de destrucción no solo en las calles principales, sino también en los hogares de los residentes.
Por ejemplo, a una cuadra del Floripa Shopping, el panorama es desolador: muebles flotando, colchones arruinados y familias enteras tratando de rescatar lo poco que les quedó.
Gabriel Santos, vecino de una de las calles cercanas al centro comercial, todavía no puede creer lo que sucedió. “Fue cuestión de minutos. El agua comenzó a subir rápido y en menos de media hora ya estaba a un metro y medio dentro de mi casa. Perdí todo: heladeras, muebles, ropa, colchones, casi todo lo que tenía”, relató. En su rostro, la mezcla de cansancio y resignación evidenciaba las largas horas que pasó intentando limpiar y salvar lo que podía.
Similar fue la experiencia de Joana Alves, una jubilada de 68 años que vive sola en la misma zona. “La corriente era muy fuerte. Cuando por fin pude salir, vi cómo el agua se llevaba sillas, ropa y todo lo que estaba en la entrada”, contó.
Alves ahora depende de la ayuda de vecinos y familiares para limpiar su casa, que quedó llena de lodo. “Las paredes tienen marcas de agua hasta la cintura. Esto nunca había pasado, ni siquiera con las lluvias más fuertes de otros años”, lamentó.
Para Marcos y Ana Oliveira, una joven pareja que se mudó al barrio hace apenas tres meses, la experiencia fue devastadora. “Estábamos terminando de amueblar la casa. Acabábamos de comprar una cama nueva y una heladera, y ahora todo está arruinado”, explicó Ana.
En medio de tanta pérdida, la solidaridad entre los vecinos ha sido el único alivio. “Nos estamos ayudando entre todos porque la situación es desesperante. Aquí no tenemos grandes recursos, pero compartimos lo que tenemos para salir adelante”, expresó João Pereira, otro residente afectado.
La intensidad de las lluvias de ayer fue devastadora. Según datos de Epagri-Ciram, Florianópolis acumuló 305 milímetros de agua en 24 horas, mientras que otras ciudades como Tijucas y São José registraron otros 305mm y 138 mm, respectivamente. Balneário Camboriú, declarada en estado de emergencia, sufrió anegamientos en múltiples sectores, y las calles se convirtieron en ríos que arrastraron vehículos y complicaron el rescate de personas atrapadas.
Rutas cortadas
La BR 101, una de las arterias más transitadas hacia las playas, fue escenario de múltiples cortes. En el kilómetro 181, cerca del acceso a Governador Celso Ramos, el tránsito en el carril de sur a norte quedó interrumpido tras el colapso de parte de la calzada debido a la presión del agua acumulada. La Policía Rodoviaria Federal instó a los viajeros a tomar desvíos en la curva de nivel de Gran Florianópolis para evitar quedar varados.
Para llegar a la curva de nivel, las alternativas propuestas incluyen la SC-281 (junto al Shopping Continente), la BR 282 (kilómetro 19, cerca de Santo Amaro da Imperatriz) y la BR 101 en el kilómetro 219. Sin embargo, en el kilómetro 232, a la altura de Palhoça, en la zona de Morro dos Cavalos, la BR 101 permanece completamente cerrada en ambos sentidos. Este corte, sin vías alternativas, afecta directamente el acceso a Florianópolis y a las playas cercanas. Según las autoridades, no hay estimaciones de cuándo se reabrirá el paso.