Con la llegada de las altas temperaturas, las cucarachas suelen aparecer y, si no se las controla a tiempo, pueden invadir el hogar y convertirse en una plaga difícil de erradicar, incluso con el uso constante de insecticidas y remedios caseros. Por eso, es fundamental tomar las precauciones necesarias para mantener la casa libre de estos insectos, que están asociados con malos hábitos de higiene. Afortunadamente, existe una forma natural de prevenirlas, que promete ser efectiva.

Aunque en la actualidad los insecticidas son una opción habitual para combatir las cucarachas, no son la única alternativa. Esto teniendo en cuenta que existen soluciones naturales que pueden ser igual de efectivas y, además, menos agresivas tanto para las personas como para el medio ambiente. Una de las opciones más recomendadas es el uso del laurel, una planta que se destaca por sus múltiples beneficios.

Según lo informado por la revista especializada Cuerpo Mente, las hojas de laurel actúan como un repelente natural contra las cucarachas. En relación con eso, se recomienda colocarlas en las áreas donde se encuentren los huevos para ahuyentarlas de manera efectiva. Además de ser una solución simple y accesible, el laurel no representa un riesgo para la salud, lo que lo convierte en una excelente alternativa a los productos químicos.

El laurel, además de ser un ingrediente indispensable en la cocina por su aroma y sabor, es también un remedio natural muy eficaz para ahuyentar cucarachas. Estas plagas se caracterizan por ser sensibles a los aromas fuertes, por lo que no soportan el olor que emanan las hojas de laurel, lo que convierte a esta planta en una excelente barrera natural.

Cómo usar las hojas de laurel como repelente

Para aprovechar al máximo sus beneficios, se deben colocar hojas frescas o secas de laurel en las zonas problemáticas del hogar, como las esquinas de la cocina, los rincones de despensas o cerca de las puertas y ventanas, o en aquellos sitios donde suelen aparecer las cucarachas. Esto es crucial, ya que el fuerte olor de sus aceites esenciales actúa como un repelente, interfiriendo con el sentido del olfato de las cucarachas y haciéndolas evitar esas áreas.

Además, a diferencia de los productos químicos, el laurel no representa un riesgo para la salud de las personas o mascotas, lo que lo convierte en una opción segura para mantener el hogar libre de cucarachas.

Otras plantas que repelen las cucarachas en el hogar

Pese a que el laurel es altamente recomendado para combatir a las cucarachas en el hogar, hay otras alternativas naturales para ahuyentar a estos insectos. A continuación, algunas de las más destacadas:

• Ruda

La ruda es conocida por su intenso y penetrante olor, que, además de resultar desagradable para algunas personas, también puede serlo para roedores e insectos, incluidas las cucarachas. Este aroma tan particular actúa como un repelente natural, lo que la convierte en una opción efectiva para despedirse de las plagas. Para maximizar su efecto, se recomienda tener una planta de ruda fresca en el jardín o en una maceta dentro del hogar, especialmente cerca de las áreas más problemáticas, como las entradas o la cocina.

• Menta gatuna (Nepeta cataria)

La famosa menta para gato, o “catnip”, es ampliamente conocida no solo por su efecto relajante en los felinos, sino también por ser un excelente remedio natural contra las cucarachas. Mientras que para los gatos esta planta resulta atractiva y calmante, para las cucarachas es todo lo contrario: su olor les resulta altamente desagradable. Para aprovechar sus propiedades, se debe esparcir un poco de ella en las entradas de la casa y colocar una pequeña cesta cerca de la puerta de la cocina, lo que potenciará el aroma y ayudará a mantener alejadas a estas plagas de forma natural y sin químicos.

• Lavanda

Otra planta eficaz para repeler cucarachas es la lavanda. Una buena alternativa es cultivarla en el exterior de la casa para así mantenerlas alejadas. Mientras que, en el interior, se recomienda mezclar los aceites esenciales de lavanda con agua jabonosa y rociar los puntos de entrada, como, por ejemplo, la cocina.