El calor puede ser un desafío tanto para humanos como para nuestras queridas mascotas. Por eso, los gatos, aunque parecen tener un aire de independencia y adaptabilidad, también necesitan cuidados especiales durante las altas temperaturas, incluso cuando no lo parezca.

Los gatos domésticos descienden de gatos salvajes que habitaban regiones desérticas del Medio Oriente, según cuenta National Geographic. Por esto, su historia evolutiva les dotó de ciertas adaptaciones al calor, como la capacidad de conservar agua y un pelaje que protege tanto del frío como del calor. Sin embargo, eso no significa que sean inmunes a las altas temperaturas.

Aunque tienen cierta tolerancia al calor debido a sus orígenes, pueden sufrir golpes de calor si las temperaturas son extremas. Por ejemplo, la temperatura ambiente ideal para un gato oscila entre los 25 y 30 grados, según el medio especializado Catster y cuando el ambiente supera esta franja, el bienestar del gato puede estar en riesgo.

La temperatura ambiente ideal para un gato oscila entre los 20 y 26 grados

Cuando este animal experimenta calor excesivo, su cuerpo comienza a sobrecalentarse. Esto puede llevar a un aumento de su frecuencia respiratoria, letargo y una posible deshidratación. En casos graves, puede desencadenar un golpe de calor, una condición potencialmente mortal. Este puede ocasionar problemas serios como daño en órganos, shock o incluso la muerte si no se trata a tiempo. Además, un calor prolongado puede provocar insolación y hasta quemaduras en las patas si caminan sobre superficies calientes.

Es importante estar atento a los siguientes signos que podrían indicar que un gato sufre por el calor. Una respiración acelerada o jadeo constante puede ser una de las primeras señales de alerta, ya que los gatos no suelen jadear como parte de su comportamiento habitual. El exceso de saliva o babeo también puede indicar que intentan regular su temperatura corporal.

El letargo, la debilidad y el mareo son algunas de las señales de que un gato sufre un golpe de calor

Si se nota letargo, debilidad o incluso que el gato busca lugares inusuales para esconderse, es probable que el calor le afecte. Otro indicador clave son las encías enrojecidas o secas, que pueden reflejar deshidratación severa. Vómitos y movimientos descoordinados o tambaleantes son signos graves que requieren atención inmediata. Si se observa cualquiera de estas señales, es importante actuar sin demora y consultar con un veterinario para proteger la salud del gato, indica la empresa de alimentos para animales Purina.

También es importante considerar que las altas temperaturas no afectan a todos los gatos por igual. Algunas razas de gatos son más propensas a sufrir por el calor. Los gatos de pelo largo, como los persas o los himalayos, tienen más dificultades para regular su temperatura corporal. Asimismo, los gatos de cara achatada son más propensos a padecer golpes de calor debido a sus vías respiratorias más estrechas.

Es importante ofrecer agua abundante a los felinos

Consejos para que un gato no sufra por el calor

Para proteger a los felinos de las altas temperaturas, la aseguradora RSPCA armó una lista de consejos y medidas para los dueños y responsables de mascotas:

  1. Ofrecer agua fresca y abundante: Los gatos son exigentes con la calidad de su agua, así que se recomienda colocar varios recipientes en diferentes lugares de la casa y cambiar el agua varias veces al día.
  2. Crear espacios frescos: Proveer lugares donde los gatos puedan descansar cómodamente durante el calor. Una toalla húmeda o una alfombrilla refrescante colocada en zonas sombreadas puede ser de gran ayuda.
  3. Controlar la ventilación: Mantener las habitaciones bien ventiladas y, si es posible, utilizar ventiladores o aire acondicionado. Es importante asegurarse de que el flujo de aire no sea demasiado fuerte para evitar incomodar al gato.
  4. Evitar el sol directo: Si hay un balcón o patio, es necesario garantizar que haya sombra disponible y evitar que las superficies como baldosas o metales estén demasiado calientes para sus patas.
  5. Cepillar al gato: Especialmente si tiene un pelaje largo o denso, un cepillado regular ayuda a eliminar el pelo muerto y permite que el aire circule mejor por su piel.
  6. Evitar el ejercicio excesivo: Es conveniente limitar las actividades físicas intensas del gato. Se pueden proporcionar juguetes tranquilos o actividades que no impliquen demasiado movimiento.
  7. Ofrecer comidas ligeras: Durante los días de mucho calor, se sugiere optar por porciones más pequeñas y frecuentes. Esto ayuda a evitar sobrecargar su metabolismo y facilita la digestión, lo que puede ser más cómodo para el gato en temperaturas altas.