Mario Antonio Mejía-Calderón, un migrante hondureño de 34 años, quedó bajo custodia de las autoridades estadounidenses tras ser acusado de haber ingresado de modo ilegal al país norteamericano y portar una tarjeta de residencia permanente falsificada. Su situación judicial se complicó cuando se confirmó que ya había sido deportado en el pasado. Ahora, si la justicia lo declara culpable de los cargos presentados en su contra, podría enfrentar una dura condena.
Así fue el operativo del ICE en Jacksonville, Florida
Mejía-Calderón fue detenido el 24 de enero en la ciudad de Jacksonville, Florida. Fue arrestado luego de una investigación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés).
Según informó la Fiscalía de los Estados Unidos del Distrito Medio de Florida, en un comunicado de prensa, el hombre fue apresado luego de que los oficiales de migración determinaran que se encontraba en Estados Unidos de modo ilegal y que la green card que exhibió a los agentes para justificar su residencia en el país era falsa.
Tras confirmar su identidad, los agentes descubrieron que este ciudadano hondureño ya había sido expulsado de Estados Unidos, el 11 de junio de 2013. En esa oportunidad, también había presentado una tarjeta de residencia apócrifa.
A pesar de la deportación de hace más de una década, Mejía-Calderón reincidió: volvió a entrar a los Estados Unidos sin autorización y con documentos irregulares.
El reingreso ilegal de personas previamente deportadas es un delito federal en Estados Unidos. Según el caso, las penas pueden ser aún más severas si el acusado tiene antecedentes penales o si —como sucede con el ciudadano hondureño— falsificó documentos oficiales.
Una situación legal complicada y una posible condena de 12 años de cárcel
Tras ser arrestado, el migrante proveniente de Honduras se encuentra en una situación legal complicada. La fiscal federal interina Sara C. Sweeney presentó una acusación formal en su contra por dos delitos: “posesión de una tarjeta de residencia permanente fraudulenta” y “reingreso ilegal a EE.UU. por parte de un extranjero que había sido deportado anteriormente”.
El primero es considerado un delito grave bajo las leyes migratorias de Estados Unidos. Mientras que el segundo, el reingreso ilegal tras una deportación, es una infracción que puede implicar años de prisión.
Si un tribunal lo declara culpable de ambos delitos, la condena máxima podría alcanzar los 12 años de cárcel en una prisión federal.
El caso de Mejía-Calderón quedó bajo la jurisdicción del fiscal federal adjunto Michael J. Coolican, quien se encargará de llevar el proceso ante la justicia. Mientras espera el juicio, el acusado permanece detenido por orden de las autoridades.
Green card: ¿es obligatorio llevarla en todo momento?
Todos los residentes permanentes mayores de 18 años deben portar su tarjeta de residencia en todo momento, según establece la ley. Este documento acredita la presencia legal de una persona en Estados Unidos y es obligatorio presentarla ante cualquier inspección por parte de agentes del orden.
Si una persona no puede presentar su green card ante una solicitud de un funcionario autorizado, puede ser acusada de un delito menor. En este caso, la ley establece una multa de hasta 100 dólares o enfrentar una pena de cárcel de hasta 30 días.