Esta casa de gran presencia horizontal fue recientemente premiada por el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires (Capba) como la mejor vivienda individual construida entre medianeras. “Pero el proyecto no tiene demasiadas complejidades”, anticipa, con humildad, el arquitecto Gonzalo Callegari, quien también obtuvo ese mismo premio 2024 en la categoría “vivienda individual aislada” por otra casa del mismo calibre arquitectónico. Las dos perlitas se lucen en su ciudad, Chivilcoy, en donde fundó su estudio 30 años atrás.
Usé el vidrio como una negación material, tanto en las barandas interiores como en las de los balcones. Es un elemento esencial para la seguridad, pero que me gusta que pase desapercibido.
Arq. Gonzalo Callegari, de Estudio Callegari
Como cliente, un matrimonio con dos hijos adolescentes que confió plenamente en el criterio de su coterráneo y le dio libertad para perseguir el detalle arquitectónico. “No hubieron demasiadas premisas, así que tomamos las riendas de la obra y del interiorismo a nuestro modo; sin obviar, por supuesto, el debido control presupuestario”, agrega el creador de Estudio Callegari.
¿El resultado? Una casa con tres bloques independientes, cosidos por un patio semicubierto que penetra en la planta y distribuye la circulación hacia los distintos núcleos: el privado, con el living, el comedor-cocina y los dormitorios; uno de servicio, con el lavadero y los vestuarios de la pileta, y uno social, con salida directa a la calle, en donde conviven el quincho, el garage y una oficina. Y en toda esa extensión, una misma gama de materiales y colores.
La galería es un espacio de encuentro y de articulación. No solo conduce hacia los distintos bloques cubiertos, sino que genera sus propias áreas y rincones de ocio: una isla con parrilla, patios laterales y una extensa línea de reposeras enfrentada a la pileta.
Puertas adentro
Todas las paredes están revestidas con MDF ranurado y pintado. “Considero que esto ablanda el espacio; le aporta calidez. Además, pone un freno a la tendencia a decorar los planos vacíos con cualquier objeto, algo que, a veces, termina opacando la arquitectura”.
Las puertas interiores generan transparencia tanto abiertas como cerradas: son de vidrio y, al correrse, se meten dentro de la pared, dejando la planta completamente conectada.
“El revestimiento de MDF se pintó de negro hacia el lado de la fachada principal, para seguir con el mismo valor que tiene la palillería que recubre el exterior, y, hacia adentro, de blanco, dando aire a la doble altura”.
Con líneas perpendiculares a las de la pared, pero con sus colores unificados, las cortinas de madera venecianas filtran la luz con elegancia y proyectan un juego de luces y sombras que suma textura a los ambientes.
Coherencia estética
La elección de colores, materiales y gestos es sintética; se repite en cada ambiente. En el dormitorio, por ejemplo, la madera ranurada –eco de los revestimientos de la fachada y de las paredes interiores– aparece como respaldo de cama.
Una idea para los terrenos en esquina
“Tengo una cuestión personal con la ochava, por eso la convertí en una curva y sumé vegetación, de modo de disimular el ángulo de la esquina y hacerla más orgánica”.
“Para no generar fachadas con paredones altos y continuos, pienso los planos con volúmenes y materiales distintos. Aquí, convive el hormigón con el revoque de un balcón que sobrepasa el eje perimetral, y a lo largo del muro medianero, a nivel horizontal, sucede lo mismo”.