Esta semana se hace, en Barcelona, el MWC 2025, la edición anual del Congreso Mundial de Móviles (o de Movilidad, según la traducción), un escenario donde los grandes fabricantes de celulares muestran sus últimos modelos, y donde este año varias marcas rindieron homenaje, a su modo, a un dispositivo al que desplazaron a un nicho: la cámara de fotos tradicional (pese al breve repunte de ventas mundiales en 2024).
En el MWC toda la industria de telecomunicaciones se reúne para discutir ideas, conocer nuevas tecnologías y, en general, hacer negocios: la feria tiene stands donde cada empresa muestra sus productos, y todo un mundo paralelo de salitas donde se hacen acuerdos de compra, colaboración y más.
25 años después
En lo que respecta a los celulares, los lanzamientos de cada año muestran, desde el debut del Kyocera Visual Phone VP-210 en 1999 (el primer smartphone con cámara digital, seguido de cerca por el Sharp J-SH04 y el Samsung SCH-V200, en 2000) una evolución en la calidad y capacidad de las cámaras de fotos de los teléfonos que es impresionante, que hoy es insoslayable, que es parte de nuestra vida (le sacamos fotos a todo y por cualquier motivo, usamos la cámara para dialogar con una inteligencia artificial, lo que sea) y que ha hecho que la cámara digital como objeto individual quede para profesionales del rubro, para entusiastas de la fotografía, o para amantes de lo vintage.
Sí, en algunas situaciones los lentes de una cámara digital, y su sensor de mayor tamaño, harán una diferencia positiva en una foto. Pero para el 99% del tiempo, la mejor cámara es la que se tiene en la mano: el celular, no solo porque está ahí, sino que la fotografía hoy se hace en gran medida para ser compartida de inmediato.
Esta madurez en lo que a cámaras refiere no evita que los fabricantes sigan buscando mejorar su rendimiento año a año, pero la coincidencia en este inicio de 2025 está en tomar ideas de las cámaras convencionales e integrarlas a los celulares. En algunos casos, como algo estándar y de producción masiva; en otros, como una prueba de concepto.
Los 35 mm de toda la vida
El Nubia Z70 Ultra, por ejemplo, usa un sensor con apertura variable de f/1.59-f/4.0 y una distancia focal equivalente a los 35mm clásicos de una cámara convencional, y alejados sutilmente de los 24 a 27 mm de las cámaras que usan los celulares (es la distancia entre el sensor y el centro de la lente). Se supone que esos 35mm generan un recorte en la imagen capturada similar al ángulo de visión del ojo humano; si el número (13 mm, por ejemplo) es menos es gran angular; si es mayor, es un teleobjetivo. Por supuesto, es posible lograr esos 35mm con un celular normal, pero en forma digital. La ventaja de los 35mm es una menor distorsión en una foto de rostro cercana; a la vez, los 24mm permiten que entre un poco más de información en la imagen (es más amplia) y son más compactos, un punto clave a la hora de diseñar un smartphone. Nubia es, hoy día, la única en ofrecer un equipo con estas características.
El otro detalle “fotográfico” del Nubia Z70 Ultra es un obturador de dos tiempos en el marco del smartphone, al estilo de los Xperia de Sony (y más convencional que el nuevo botón de control de la cámara del iPhone 16, que hace más cosas), para fijar el foco y disparar la cámara.
A propósito, el Z70 Ultra debería llegar a la Argentina a mitad de año.
Nubia también se inspiró en otra idea clásica de la fotografía con el Focus 2 Ultra, que tiene un bloque de cámaras circular rodeado de un anillo que, al girar, permite controlar las funciones de la cámara del teléfono, como el que se usa en las lentes para hacer foco manual.
Un teleobjetivo de verdad
En la feria, dos fabricantes chinos volvieron sobre una idea que es casi tan vieja como los 25 años de cámaras en los celulares: poder agregar una lente grande, de las “de verdad”, a la cámara de fotos del smartphone. Una lente de mayor tamaño permite un teleobjetivo óptico de más alcance y, además, el mayor diámetro admite más luz, lo que debería terminar en imágenes de mejor calidad.
Pero no con esas pequeñas lentes de plástico que se enganchaban como un clip al borde del teléfono, sino como algo mucho más serio. Samsung probó suerte en 2013 con el smartphone Galaxy S4 Zoom, que tiene una lente telescópica convencional, pero resultó muy voluminoso: era una cámara de bolsillo con celular. Sony, ese mismo año, probó con otra idea: crear un accesorio (el DSC-QX10 y QX100) que es una lente con su propio sensor de 1 pulgada, y que depende de un smartphone para recibir energía, para almacenar las imágenes y para tener visor.
Tres años más tarde, en 2016, Motorola reiteró la idea con un accesorio para el Moto Z: un módulo que traía una cámara con sensor propio, una lente telescópica Hasselblad y el obturador integrado.
Fueron todas ideas que surgieron cuando los smartphones tenían una única cámara (eso cambió en 2014 con el HTC One m8), y que estaba lejos de ofrecer la calidad que permite hoy.
Su ausencia actual en el mercado alcanza como dato para saber si fueron ideas que funcionaron o no; pero no detuvo a dos compañías, Xiaomi y Realme, de volver a probar con este concepto, pero con enfoques diferentes, y lo estuvieron mostrando en el MWC 2025.
Realme fue por la practicidad: la clave está en poder usar lentes convencionales, con una montura estándar DSLR (para Leica, en este caso), porque esto abarata muchísimo los costos. El prototipo del teléfono que mostraron tiene tres sensores: dos con su propia lente para sacar fotos normales -como un celular-, y uno de 1″ (grande, para los estándares de los smartphones) que queda centrado para usar un par de lentes Leica y aprovechar su mayor capacidad para captar la luz. Las lentes llevan la luz al sensor del teléfono (protegido detrás de un cristal) y el resto del hardware del teléfono hace el procesamiento correspondiente.
Es 100% un prototipo, así que no hay garantías de nada sobre su transformación a producto en venta.
Si suena conocido es porque Xiaomi probó el mismo concepto en 2022: un Xiaomi 12 con un sensor de 1 pulgada y una montura Leica.
Misma idea, aunque Xiaomi la abandonó y volvió a la de Sony de antaño: este año presentó en la MWC 2025 un prototipo de un dispositivo que tiene una montura especial, con una tecnología de comunicación láser interna que desarrolló la compañía, y que permite agregar una cámara externa al teléfono: una lente de diseño propio y un sensor 4/3 (un formato muy usado en fotografía convencional) y 100 megapixeles de resolución. Usa el link láser para transmitir los datos del sensor al teléfono. Xiaomi lo llama Sistema Óptico Modular.
Lo bueno de esta aproximación es que reduce el costo del teléfono y puede integrarse en un diseño convencional; lo malo es que aumenta el costo del accesorio, que tiene que aportar su propio sensor. Xiaomi dice que esta tecnología de conexión (con el link láser y unos conectores pogo convencionales) se puede usar para cualquier clase de accesorios.