Confirmado el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, pasó lo que el mercado proyectaba para las principales variables financieras: fortalecimiento del dólar, caída de las monedas de países emergentes y un rebote de las tasas de interés estadounidenses.

Un número clave es el movimiento del ‘Dollar Index’ (DXY), un indicador que muestra la evolución de esta divisa frente a otras seis monedas (euro, yen, libra, dólar canadiense, corona sueca y franco suizo) y que en lo que va del día sube un 1,5%. En otras palabras, el rebote del DXY (llegó a 105 puntos) muestra un fortalecimiento del dólar ante otras divisas.

Este movimiento sutil también se reflejó en la volatilidad de las monedas de países emergentes, como los latinoamericanos. El real brasileño llegó a caer un 2% en la apertura de la jornada, aunque luego retrocedió y revirtió ese movimiento.

El peso mexicano, que tiene en los Estados Unidos al principal destino de sus exportaciones, también comenzó el día con un movimiento devaluatorio, y retrocedió 2,48% en a comienzos de la rueda, aunque luego se estabilizó. Similar fue la tendencia que muestran el peso colombiano (caía 1%), el peso chileno (0,57%), el sol peruano (0,1%) y el guaraní de Paraguay (0,7%). El peso argentino, en tanto, no registraba cambios (el mayorista se mantiene en $992,76).

El triunfo de Donald Trump tuvo impacto en las principales variables del mercado financiero.

La devaluación y volatilidad de monedas emergentes, entre las que se incluyen las de algunos de los principales socios comerciales de la Argentina, suma un factor de presión externo sobre el régimen cambiario que mantiene el gobierno de Javier Milei.

Hasta acá, el BCRA ratificó su esquema de crawling peg al 2% mensual, e incluso se insinuó que podría ralentizar ese ritmo devaluatorio hacia delante, en un intento de consolidar la baja de la tasa de inflación mensual. Al mismo tiempo, ese esquema puede afectar a la competitividad de la Argentina frente a otros países, si se profundiza el movimiento de hoy.

El índice del tipo de cambio real multilateral que elabora el BCRA y compara la cotización del peso frente a una canasta de monedas de los 12 principales socios comerciales de la Argentina, se ubica en 82 puntos, en una tendencia declinante tras la devaluación de diciembre de 2023. Para poner en contexto: con su valor actual, se ubica en un nivel similar al que registraba en noviembre de 2023, en las últimas semanas de la gestión de Alberto Fernández y Sergio Massa.

La foto muestra un escenario desafiante para la Argentina y el sector externo, con una pérdida de competitividad que, en términos relativos, abarata las importaciones y encarece o desincentiva las exportaciones.

El déficit de cuenta corriente de los últimos meses, según muestra el balance cambiario del BCRA, enciende una luz amarilla en términos del flujo de divisas hacia delante, especialmente en el sector de servicios. Rubros como el turismo son particularmente sensibles a esta dinámica: la devaluación del real insinúa, por ejemplo, mayor salida de divisas por la demanda de turistas argentinos veraneando en Brasil.

Un dólar fortalecido, a su vez, tiene como consecuencia una tendencia bajista en el precio de las commodities, entre las que se incluyen algunas de las principales exportaciones argentinas. Esta tendencia, además, “se ve reforzada por el temor a que las medidas comerciales de Trump (subas de aranceles) profundicen la desaceleración de la economía china”, según Outlier.

Donald Trump se encontró con Javier Milei en los pasillos de la Conferencia de Acción Política Conservadora en Washington, en febrero de este año.

“En particular, durante la madrugada caían los precios de prácticamente todas las commodities, revirtiendo las recuperaciones de las últimas jornadas. El barril de petróleo WTI retrocedía más de 1,5%, el contrato enero de soja en Chicago hacía lo propio, cayendo 1,4% y amagando con perforar los US$360 por tonelada. El trigo, el maíz, el cobre y el resto de los metales también retrocedían de forma significativa”, sostiene un informe de la firma.

A su vez, el mercado financiero muestra una suba en las tasas de interés de los Estados Unidos. Este movimiento, que se da por las perspectivas de un plan de gobierno de Trump con mayor deterioro de las cuentas fiscales estadounidenses y perspectivas de mayor inflación en ese país, afecta a mercados emergentes por un eventual mayor costo en el financiamiento internacional. “En particular, la TIR de los bonos del Tesoro de EE.UU. a 10 años, que había cerrado ayer en 4,286% anual, sumando la segunda baja consecutiva, subían durante la madrugada y ya se ubicaban en 4,427%”, concluyen en Outlier.